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Sacristán de la Catedral: "Pensé que me iban a matar"

GOLPIZA. José Parra (51) aseguró que no teme volver a su trabajo y que espera pronto regresar a sus funciones en el principal templo católico de Temuco.
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Rodrigo Zamorano C.

Con 13 años oficiando como sacristán de la Catedral de Temuco, José Parra Aravena (51) dice sentirse desconcertado por la brutal agresión que el jueves pasado sufrió al interior del principal templo católico de la ciudad.

Allí, cuatro comuneros mapuches lo agredieron con golpes de puños y pies, dejándolo con diversos hematomas y dos costillas rotas. La golpiza ocurrió momentos después de que una turba de 20 personas ingresó al recinto religioso "con el ánimo de tomarse la Catedral", recuerda Parra.

Para el sacristán todo ocurrió demasiado rápido. Según indicó desde su domicilio, ubicado en el sector ribereño de Temuco, los hechos no tomaron más de un minuto en ocurrir.

"Ya se había acabado una misa cuando de repente siento ruidos en la puerta de acceso. Al llegar veo que un grupo de mapuches está moviendo las bancas y rompiendo las vitrinas para hacer barricadas en la puerta y tomarse la Catedral", apunta Parra.

Mientras hacía intentos por despejar la Catedral, Parra señala que uno de los comuneros que vestía una manta lo toma por el cuello diciendo a viva voz: "A este hay que sacarlo".

Parra recuerda que "fue ahí cuando me agarran y me sacan fuera, yo quise defenderme porque me estaban sacando de mi lugar de trabajo. Yo pertenezco ahí, no ellos".

El sacristán aseguró que en un momento logró zafarse de uno de sus agresores, lanzándolo contra los muros exteriores de la Catedral. "Después se me vienen los demás encima y caigo por las escaleras mientras me siguen golpeando", rememoró el funcionario de la iglesia.

"Pensé que me iban a matar, porque no paraban de golpearme", señaló.

Tras lograr ponerse de pie, Parra comentó que volvió al interior de la Catedral pero que en ese momento ya no había nadie en su interior.

"Un oficial de Carabineros me llevó a constatar lesiones en el Consultorio Miraflores, donde además me hicieron un electrocardiograma, porque yo sufro de hipertensión y después de que me pegaron sentía mucho dolor en el pecho", recordó.

"NO TENGO MIEDO"

Aún con dolores en su cuerpo, José Parra manifestó sus deseos de volver a trabajar en la Catedral.

"Estas son cosas que pasan. No tengo miedo de volver. No creo que haya represalias. ¿Por qué? Si yo solo recibí golpes", indicó el sacristán, quien hace 28 años que colabora en el Obispado de Temuco, incluso siendo por más de ocho años chofer del exobispo Sergio Contreras.

Consultado por versiones que indican que dentro de la Catedral se habrían registrado agresiones de su parte a niños que ingresaron al lugar, Parra lo desmiente categóricamente.

"No recuerdo haber visto niños adentro, habían más mujeres que hombres. Había uno muy alto que habló conmigo y de ahí me sacaron tomándome del cuello", indicó Parra.

El sacristán sostuvo que tras ocurridos los hechos ha recibido diversas muestras de preocupación, especialmente de personas ligadas a la Iglesia Católica, quienes se han acercado hasta él para conocer su estado de salud.

"He recibido mucho apoyo de la gente y de la Iglesia. Me llamó el exobispo Manuel Camilo Vial para entregarme su apoyo", aseguró Parra, agregando que una vez que pasen los 15 días de licencia médica que le dieron, volverá a cumplir sus labores de sacristán.

Pese a la repercusión que tuvieron las agresiones que sufrió el pasado jueves, el funcionario aseguró no sentir rabia ni resentimiento con las personas que lo golpearon.

"No hay rencor, no hay nada de eso. Fue algo puntual que pasó y ahora seguir adelante nomás", sostuvo.