Médicos venezolanos mitigan déficit de especialistas en las comunas
REFUERZOS. El Servicio de Salud Araucanía Sur y en particular el Hospital Intercultural de Nueva Imperial han sido testigos de la masiva llegada desde Venezuela de personal médico altamente calificado, que desde hace un año, trabaja en pos de la reducción de las abultadas listas de espera que exhibe nuestra zona.
El contingente de médicos venezolanos que ha desembarcado en La Araucanía está provocando de manera silenciosa una verdadera revolución en el modelo de salud.
A su alto nivel de formación y buenas calificaciones en el célebre Eunacom, se suman dos antecedentes no menores que marcan su sello: han aumentado el número de atenciones y cirugías y, como si fuera poco, la satisfacción usuaria se está elevando a niveles nunca antes vistos en la salud pública debido a la calidez y el trato humanitario de los médicos que han emigrado con dolor desde su querida tierra venezolana.
Desde hace aproximadamente un año, alrededor de 24 médicos están cumpliendo funciones en los hospitales nodo del Servicio de Salud Araucanía Sur donde la principal consecuencia ha sido el desahogo de la siempre asfixiante lista de espera quirúrgica gracias a la llegada de cirujanos especialistas. Un ejemplo en tal sentido es el Hospital Intercultural de Imperial donde si antes se realizaban 6 cirugías semanales, ahora se está llegando a las 80 mensuales.
A diferencia de lo que sucede en Chile, en Venezuela existe una enorme cantidad de especialistas, sin embargo, hoy no pueden ejercer en un su país por la falta de recursos en los hospitales, donde la escasez de insumos es dramática, a lo que suma el clima de inseguridad cotidiana. En nuestro país en cambio, no hay déficit de insumos ni medicamentos, pero la brecha de recurso humano ha sido un problema complejo de resolver hasta ahora.
Según la estimación hecha por el Ministerio de Salud, en 2018 en Chile faltarán 4.195 médicos especialistas y el plan estatal de formación de estos profesionales solucionará el 69% de ese número, es decir, aportará 2.904 especialistas formados en Chile. Si se contara además con los especialistas venezolanos, se podría paliar e incluso terminar con el déficit de especialistas en el país, en la eventualidad que el déficit coincidiera con las formaciones de los inmigrantes.
GRAN APORTE
Precisamente la posibilidad de ejercer su especialidad en un hospital, ha sido uno de los elementos atractivos para los médicos que hoy se desempeñan en el Hospital de Imperial. Allí el doctor Freddy Mantilla, cirujano especialista en cirugía bariátrica reconoce que no ha sido fácil emigrar, pero hoy existe una sensación de enorme satisfacción.
"Hace un año llegamos, rendimos el Eunacom, el que fue aprobado por el 99% de nosotros y ahora estamos distribuidos en los diferentes hospitales nodos. La mayoría de nosotros trabajaba regularmente en Venezuela, pero lamentablemente por la situación política- social fuimos desplazados por decirlo así y gran cantidad de la población ha tenido que emigrar, pero esto ha sido un ganar y ganar, porque mientras Chile nos abre las puertas para que nosotros podamos trabajar, la comunidad también se ve beneficiada", señala.
Al mismo tiempo, el facultativo agrega que efectivamente la parte más álgida es la lista de espera. "Este tema lo hemos estado abordando desde marzo. Cuando llegamos acá, el Servicio de Cirugía resolvía de 4 a 6 pacientes semanales, hoy estamos resolviendo entre 20 y 22 pacientes semanales", enfatiza.
Su esposa, la doctora Belkis Leal de Mantilla, es dermatóloga y ya ha logrado resolver a unos 400 pacientes que esperaban por una respuesta en esta especialidad de la que hay una alta demanda por existir más de 4 mil enfermedades dentro de la Dermatología.
"Yo también hago teledermatología con los casos que están más lejanos y no tienen acceso directo a venir al hospital, entonces me comentan el caso por WhatsApp o tenemos un telemóvil y ahí yo respondo con fotos de las lesiones si es que es posible y en caso que el paciente no mejore, lo tratamos aquí de manera presencial", indica.
Uno de los aspectos que no deja de llamarle la atención a Belkis es la longevidad de la gente de la zona.
"Tienen hipertensión, diabetes, son sedentarios, pero ahí están con 90 años, lúcidos y activos laboralmente. En general la gente es muy educada, los niños son muy inteligentes y quizás el choque más fuerte para nosotros es que nuestro país es de inmigrantes porque recibíamos muchas personas de otros países y nunca fue tema, entonces al llegar aquí, nos toca ahora a nosotros ser los inmigrantes y hay que adaptarse a eso", expresa con esperanza.
El estilo de vida de nuestros connacionales que desemboca en enfermedades cardiovasculares de alta prevalencia, hace urgente implementar programas de neurorehabilitación para pacientes con secuelas de infartos y accidentes cerebrovasculares. A cargo del equipo dedicado específicamente a esta área en Imperial se encuentra la doctora María Elena Bautista, fisiatra que señala que "en este hospital existía este proyecto de neurorehabilitación y no había fisiatra así que vine para integrarme al equipo y ha sido una experiencia muy linda, he aprendido mucho, he aportado bastante también, formamos un equipo multidisciplinario y sobre todo por esto que en Chile ocurre más de un accidente cerebrovascular al día a diferencia de lo pasa en Venezuela porque acá son mayores los índices de hipertensión, obesidad, dislipidemia y diabetes".
Una de las situaciones que le llama la atención es que pese a ser una patología prevalente, no existan especialistas dedicados a la rehabilitación. "Acá en Chile el porcentaje de fisiatras que egresan de las universidades es muy pobre en relación a la cantidad de kinesiólogos por ejemplo, lo que es sorprendente para mí. De hecho me enteré que este año la beca de fisiatra estuvo vacante tanto en Santiago como en Concepción y eso no ocurre en Venezuela", enfatiza María Elena.
OPERAR SIN DESCANSO
Sin perdonar a nadie y operando todo lo que se le presente, está por estos días como bromean sus colegas, la doctora Jesneri Yánes, quien es cirujana general y realiza sobre 24 cirugías semanales principalmente a pacientes con hernias y vesícula biliar. Como ella misma expresa, desde octubre "estamos operando todo y hemos bajado la lista de espera que es lo más importante. He tenido una súper buena experiencia, tenemos una gran relación con los pacientes, aunque hay que hablarles con sus modismos porque 'en venezolano' no nos entienden", comenta.
A la vez precisa que "aquí operamos todos los días de lunes a viernes, hay días que operamos mañana y tarde desde las 8.00 u 8.30 hasta la tarde y eso se puede hacer ahora porque antes no existían los especialistas".
La falencia de anestesistas se ha dejado sentir a lo largo del último tiempo y esto bien lo sabe Marcela Ortiz, anestesióloga chilena, pero radicada desde pequeña en Venezuela donde estudió Medicina y luego su especialidad.
"Es un déficit casi general diría yo. Mis padres emigraron de Chile a Venezuela en la época de Pinochet y yo me eduqué allá gratuitamente y ya llevaba ejerciendo un tiempo allá, pero por la situación que se está viviendo en Venezuela decidimos regresar para acá y abrirnos camino", manifiesta.
Según su visión, efectivamente el sello de los venezolanos es la calidad humana y eso los pacientes lo notan. "Somos más de piel, risueños, buenos para bailar y bueno ahora después de haber recibido personas de distintas partes del mundo por muchos años, ahorita nos tocó a nosotros tocar puertas de otros países y estamos agradecidos con Chile", indica.