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Conocidos por todos en Temuco

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Ayer eran varios los visitantes a las ramadas que en el último día de Fiestas Patrias quisieron bailar algún pie de cueca o tomarse un terremoto en La Tucá Loca, conscientes de que era un día histórico. Los hijos del matrimonio fundador de la popular ramada también estaban en el local, apoyando en el último día de su funcionamiento. "Todo el mundo nos conoce, gente de campo y gente de la ciudad", asegura Segundo Martínez, quien agrega que "son esas cosas las que hacen un poco más difícil tomar la decisión de cerrar, pero es algo que nos debíamos. Ahora los 18 serán tranquilos".

"La Tucá Loca" cierra sus puertas tras medio siglo de animar las Fiestas Patrias

RAMADA. Matrimonio de temuquenses instaló en 1967 su primera fonda, en calle Uruguay. A 50 años de ese hito, decidieron poner fin a la historia.
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Fue en 1967 -cuando la música de Violeta Parra y Víctor Jara sonaba fuerte en las radios del paísque el temuquense Segundo Martínez decidió aventurarse en un área poco explorada todavía en Temuco, la instalación de ramadas.

La primera fonda tuvo como punto de instalación las cercanías del Cementerio Municipal. A partir de allí y con el apoyo incondicional de su esposa, Nancy Rifo, emprendieron un camino de medio siglo de animar las Fiestas Patrias. Y tanto es así que la ramada "La Tucá Loca" se transformó en sinónimo del "18" en la capital regional. Una institución de la chilenidad en Temuco que hoy cierra sus puertas, siendo el 19 de septiembre de 2017 -ayer- el último día de funcionamiento.

"Es muy difícil mantenerse en estos tiempos con una ramada así de grande", señala Segundo Martínez, quien agrega que "piden demasiadas cosas, son muchas exigencias y que aparecen incluso cuando uno ya tiene construido. Y todo esto significa plata, gasto, a lo que se suma que ya son demasiados años de sacrificio. Ni yo ni mi señora sabemos lo que es el "18", todo ha sido trabajo y creo que ya merecemos un descanso".

Medio siglo

"La historia de la Tucá Loca parte en 1967, cuando yo tenía 23 años", rememora Segundo Martínez, de actuales 73 años. "Por ese entonces tenía intenciones de instalarme con una botillería, pero se me ocurrió que una ramada o fonda sería una buena idea para ganar dinero durante las Fiestas Patrias. Con ayuda de mi padre partí, construimos un localcito chico en calle Uruguay, éramos 7 ramadas chiquititas, de 10 x 10 metros. Imagínese que nos entregaban el terreno el día 15 y apenas dos días después ya estaban las autoridades inaugurándolas, así es que pasaban y no entraban porque todavía las estábamos terminando de armar. En el fondo era poner la música y poner un par de ramas, la diferencia es que una vez que la ramada empezaba a funcionar ya no se paraba hasta el día del cierre".

La itinerancia por la ciudad de "La Tucá Loca" fue continua durante el medio siglo de funcionamiento.

"Parecíamos gitanos, estuvimos en el Ñielol, al frente de la cárcel, en Pueblo Nuevo, hasta que terminamos aquí, en la Isla Cautín".

Respecto del nombre -que para muchos es "La Tuca Loca", sin tilde- Segundo Martínez señala que "el nombre es con tilde, la tucá, no la tuca, como le puso la prensa. Fue pasado el 73 que le pusimos el nombre, porque la plata era escasa , y se le decía la tucá al dinero. Y como andaba dando vueltas quien sabe por donde, le pusimos tucá loca".

Precisamente fue 1973 el único año en que no se levantó la ramada, pues el Golpe Militar había ocurrido hacía apenas una semana y se había instalado el toque de queda.

"Al año siguiente no se entregó un lugar para que se instalaran todas la ramadas, así es que me instalé solo en Pedro de Valdivia, lugar donde vivimos hasta hoy", apunta Segundo Martínez, quien agrega que "desde entonces no paramos hasta hoy, y es por eso que viene mucha gente adulta a saludarnos que nos cuenta que conocían "La Tucá Loca" desde que eran pequeños, porque los había llevado su mamá o su papá".

A descansar

Nancy Rifo (67) indicó que "ha sido una experiencia muy linda, pero agotadora, con años buenos y otros donde nos hemos ido a pérdida. Pero quisimos parar, pues a veces da la impresión de que no nos va a dar más con mi viejo".

Nancy Rifo asegura estar orgullosa de haber instalado el nombre de la ramada en el inconsciente colectivo de la ciudad y de la Región.

"Lamentablemente, ni a mí ni a mi viejo la salud nos acompaña mucho, por lo que ahora vamos a irnos al campo a descansar. Pero de que va a ser extraño pasar unas Fiestas Patrias sin abrir las puertas de la Tucá Loca, va a ser extraño...", concluyó.