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Acusan que pastor de templo quemado le arrendó terreno a dueña analfabeta por 198 años

PADRE LAS CASAS. La propietaria del sitio firmó un contrato en julio de 1987 por un alquiler de 200 mil pesos. Ella denunció aprovechamiento de su condición.
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Camilo Garrido

Engañada por un contrato en que se aprovecharía su condición de analfabeta es como se expresó Yolanda Melihuén Sandoval (59 años), la propietaria de un terreno en el sector Niágara de la comuna de Padre Las Casas, donde se emplazó un templo evangélico perteneciente a la Iglesia del Señor.

El centro de culto es el mismo que fue atacado en junio de 2016 por un grupo de encapuchados que amenazó a los feligreses en medio de una actividad religiosa para luego incendiarla. Tal delito mantiene a cuatro personas imputadas: Benito Trangol Galindo, Pablo Trangol Galindo, Ariel Trangol Galindo y Alfredo Tralcal Coche, acusados de perpetrar la agresión en un juicio denominado como Caso Iglesias.

Según la denunciante, el 29 de julio de 1987 firmó un contrato con el pastor Manuel Fuentealba Castillo, a quien arrendó el lugar por un valor de $200.000, aunque el valor del sitio corresponde a $1.461.867, según los reclamos que se hicieron eco en el werkén del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcaman.

El contrato

El documento en el que se selló la transacción indica un período de 99 años de vigencia del contrato, los que se prorrogaron automáticamente por otro período de 99 años. En caso de fallecimiento de los participantes en el trato, las condiciones se mantienen con los herederos. Además, de dar fin al acuerdo, la dueña del terreno deberá pagar el valor de todo lo que se encuentre construido dentro del sitio. En este caso, se trata del templo que ya fue reconstruido después del incendio.

En un intento de anular el contrato, la Corte de Apelaciones de Temuco no acogió la solicitud de Yolanda Melihuen.

El presidente del Consejo de Pastores en La Araucanía, Matías Sanhueza, afirmó que Aucán Huilcamán buscó que el pastor medie en el conflicto para buscar un acuerdo.

"Ellos (los pastores) también tienen su opinión frente al hecho, que no sienten que hayan vulnerado derechos, porque al fin y al cabo también hubo pagos, colaboración con la persona que se siente afectada", consignó Sanhueza.

Respecto a esta situación también habló el hijo de Manuel Fuentealba, el pastor Elías, quien lamentó que haya resurgido la polémica "después de 30 años desde el arriendo". En alusión al plazo sellado por 99 años y luego 99 años más, Fuentealba defendió que históricamente los contratos de arrendamiento en torno a terrenos indígenas han sido por ese plazo.

Finalmente, Elías Fuentealba dijo que "los contratos son para respetarlos".