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Abstención regional se mantuvo en el rango de los últimos años

LA ARAUCANÍA. 56% del padrón electoral no asistió a las urnas. En las Presidenciales de 2013 fue un 52 por ciento.
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Hugo Soto Cárdenas

Un total de 365.816 fueron los votos válidamente emitidos en las elecciones del domingo en La Araucanía. Sumando los 4.304 nulos y los 3.504 votos en blanco, la Región aportó a los comicios nacionales con 373.624 personas, una cifra que a primera vista parece bastante alta en cuanto a la abstención, si se compara con el padrón electoral regional, de 848.032 personas.

Sin embargo, esta participación de 44.05% (o abstención del 55.95%) no es -a juicio de los analistas políticos- una cifra que sorprenda, e incluso se alza por sobre las estadísticas de las últimas elecciones.

"La abstención que hubo me parece que está dentro de lo esperable y hasta es una buena participación, de cerca de los 6 millones de personas en Chile", señala el académico Mauricio Partarrieu, quien agregó que "en cuanto a La Araucanía, la cifra (373.624 votantes) es baja, pero no es tan mala, al menos mejor que la cifra de las Municipales, que esa sí daba pena".

Ahondando en las bases para esta leve alza en la cantidad de votantes, Partarrieu indicó que "hay un proceso que se dio tras la caída de la Unión Soviética allá por los 90, no sólo en Chile , sino también en las democracias representativas de occidente, donde se generó una suerte de despolitización de la política, y ya en el siglo 21 comienza a generarse una repolitización liderada esta vez más por los movimientos sociales que por los partidos. Entonces, para estimular la participación, los partidos políticos tienen que tener la capacidad de articularse con los movimientos sociales y con las nuevas demandas que existen, y ejemplo de ello en Chile es el Frente Amplio, aunque es un proceso en gestación".

En todo Chile, el domingo votaron 6 millones 669 mil 627 personas (6.594 mil 22 votos legalmente emitidos tras sacar los nulos y blancos). En total, se instalaron 43.052 mesas a lo largo del territorio nacional, a las que se sumaron 162 mesas en el extranjero, donde sumaron sus votos 23.308 compatriotas.

SEGUNDA VUELTA

¿Qué proyecciones se pueden realizar para la segunda vuelta, a mediados de diciembre? Según Partarrieu, "puede ser que mejore el nivel de participación dado que será una elección más polarizada y cuando eso ocurre, la gente tiende a participar más".

¿Qué pasó en años anteriores?

En las elecciones Municipales del 2012, La Araucanía registró un 61% de abstención en las urnas. La cifra mejoró al año siguiente -2013- con ocasión de las elecciones Presidenciales, donde la abstención fue de 52 por ciento. Esta vez, el porcentaje de los vecinos de la Región que no votó llegó a los 55,95 por ciento, cifra que se ubica dentro de los márgenes históricos de abstención de los últimos años.

El fantasma de la participación electoral

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Nuevamente está presente el fantasma de la baja participación electoral en las elecciones acontecidas este domingo. La participación bordeó el 46,3%, siendo menor que en 2013. Tal vez, en la segunda vuelta, pueda existir un leve incremento producto del eventual entusiasmo de una reñida elección. Lo que está claro es que siguen votando prácticamente los mismos de hace cuatro años. En concreto, participaron aproximadamente 30 mil votos más que la primera vuelta del 2013.

El punto es que el domingo teníamos una situación distinta a la de 2013. En estas elecciones debutaba un sistema electoral proporcional que buscaba oxigenar el cristalizado sistema de partidos, que imperó desde 1990. Además, se implementó la ley de cuotas en pro de la igual de género, y se impuso mayores restricciones a las campañas políticas en función de la transparencia y la probidad. Es decir, se esperaba un mayor número de candidatos en juego para atraer más electores, una mejor representación de las mujeres y un proceso eleccionario más transparente y confiable. Claramente estas reformas, a la luz de los resultados que tenemos hoy, tuvieron un impacto en la reconfiguración del sistema político, pero no significativo en la participación electoral.

Quizás la ciudadanía aún sigue atrapada en una inercia originada por un sistema político que por años no ofrecía un cambio sustantivo en sus vidas. Sin embargo, ante los resultados obtenidos, que reordenaron las fuerzas en el mapa político, puede iniciarse un cambio en la conducta del electorado. La ciudadanía puede cotejar que hoy su voto puede tener una incidencia real en la conducta de la clase política y los proyectos que en la actualidad se están formulando. Un sistema político más dinámico, y un poco más incierto, debería concitar mayor atención de los electores, no tal vez para un cambio drástico en la participación pero sí para alcanzar niveles que contribuyan a fortalecer nuestra democracia. Hay que ser pacientes.

Juan Carlos Arellano,

académico de Ciencia Política

Universidad Católica Temuco