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Con críticas al fenómeno del arrastre debuta el nuevo sistema proporcional

ELECCIONES. El modelo privilegia el proyecto político por sobre candidatos. Eso dejó a votantes que sufragaron por "personas" sin representatividad.
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Andrea Arias Vega

A 48 horas de la entrega de los resultados de las elecciones presidenciales, parlamentarias y de cores, el nuevo sistema electoral proporcional que puso fin al binominal después de 25 años, se encuentra en la hoguera de las críticas y también en el pedestal del reconocimiento, todo depende del punto de vista.

El espíritu de la ley, que fue promulgada hace dos años, fue establecer una mayor representatividad, tener más parlamentarios para las regiones, asegurar la representatividad femenina y disminuir las barreras para los candidatos independientes.

ES MALO

En este minuto, los grandes detractores son los propios candidatos no elegidos que, en algunos casos, con más votos que otros, no lograron un escaño, molestia que comparten sus seguidores a través de las redes sociales.

Es el caso, por ejemplo, del exgobernador de Cautín, José Montalva (PPD), quien fue la quinta mayoría del distrito 23, pero no logró ser electo, pese a haber obtenido 105 votos más que el diputado radical reelecto, Fernando Meza y 36 más que el diputado electo, Miguel Mellado (RN).

Fue en su página de Facebook en vivo y conectado con más de cien personas donde Montalva manifestó su malestar haciendo un llamado, inclusive, a establecer la posibilidad de un "referéndum revocatorio", dependiendo del desempeño de los parlamentarios electos.

En opinión de Montalva, "esto no es un dolor personal, sino colectivo (...) no sé a quién pone en riesgo que salga el que saque más votos, no hay más riesgo de gobernabilidad, acaso, en que la gente no quiera ir a votar porque considera que está votando por un conglomerado y no por la persona. Este sistema es extraño, la gente no vota por conglomerados políticos".

Quien comparte con Montalva que el nuevo sistema "es malo" es el abogado y académico de la UA, Roberto Munita. "Los sistemas proporcionales son de listas, uno no vota por un candidato, uno vota por una lista, por eso a la lista de Evópoli le alcanzaba para sacar dos senadores", explica el experto, quien además valida las críticas que han surgido.

"Las críticas son válidas porque la gente entiende que está votando por personas y se siente defraudada cuando ve que su candidato sacó mayor votación y no fue electo, el caso más emblemático es el de Germán Becker que sacó una alta votación. Para mí el sistema es malo porque no se hace cargo de que la gente tiene expectativas distintas", enfatizó.

Según el profesor de marketing político, Roberto Munita, quien es el director de Postgrados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chile sede Temuco, otra de las falencias del sistema "es que no juega muy bien con los sistemas presidenciales, está más en sintonía con los parlamentarios. Para el nuestro es más aconsejable tener uno mayoritario, como el de los norteamericanos, donde son distritos más pequeños y se elige un diputado por distrito, ese sistema no produce arrastres y además al ser una zona más pequeña hay una mejor relación entren el parlamentario y su electorado".

ES MEJOR

A diferencia de Munita, Mauricio Partarrieu, académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales de la Ufro, quien considera válidas las críticas, acota que la pregunta que aquí cabe "es ¿qué es más importante, la coalición política o la persona?".

Al respecto advierte que en muchas ocasiones las iniciativas individuales "carecen de sustancia y se convierten en caudillismos o propuestas oportunistas que se aprovechan de la contingencia".

Más allá de la crítica, en su opinión, no tan sólo para Chile, sino para cualquier dominio político, "un sistema proporcional es mejor que un sistema directo donde ganen las mayorías simples, ya que es probable que unos pocos ganen todo y las fuerzas políticas con menor votación no tengan representación política, lo que generará problemas de legitimidad futura".

Otra de las fortalezas del sistema, a juicio de Partarrieu, es que se fortalecen los mecanismos de control desde los propios partidos, impidiendo, por ejemplo, "situaciones de cohecho que pudieran surgir de acciones individuales, donde el representante electo se siente dueño de sus votos sin tener que responder a ninguna institucionalidad, más que a sí mismo".

Considerando estos alcances, el director de la carrera de Ciencia Política de la UCT, Roberto Mardones, también estima que el sistema "sí funciona, no hay duda que, por lo menos, ha permitido el ingreso de una nueva fuerza al escenario político, cuestión que con el binominal no ocurrió. Por lo tanto, hay mayor competencia y mejor representatividad. Me imagino que si eligiéramos por mayoría juzgaríamos más a las personas que a los proyectos y programas".

"Celebremos, desapareció el binominal"

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Christopher Martínez

Dir. Mag. en Gobierno y Asuntos

Públicos UCT

En las elecciones legislativas del pasado domingo debutó el sistema electoral de representación proporcional, el cual es utilizado en 85 países. Esperamos décadas para ver el fin del binominal, sistema que inhibía la competencia y limitaba severamente la posibilidad de que partidos pequeños o minorías pudieran llegar al Congreso.

Ahora bien, el nuevo sistema permitió la elección de varios candidatos con muy baja votación, quienes fueron "arrastrados" por sus compañeros de listas. Escandalizados, algunos han, erróneamente, etiquetado al nuevo sistema como binominal "encubierto". Todos los sistemas electorales generan distorsiones y este no es la excepción, pero comparar al binominal, con todos sus vicios, al sistema actual es de una ignorancia supina.

Casi un 60% de los diputados serán debutantes en el cargo, algo impensado bajo el binominal. El nuevo sistema electoral permite recompensar y castigar más efectivamente a nuestros representantes. Solo en la Araucanía, la ciudadanía no respaldó a conocidas figuras como Germán Becker, Fuad Chahin y el Rojo Edwards, mientras que en otras regiones perdieron la elección emblemáticos como Fulvio Rossi, Andrés Zaldívar e Ignacio Walker. Más importante aún, gracias al nuevo sistema electoral, el Congreso representará de mejor manera la diversidad política del país y no sólo las visiones de dos bloques, como lo hacía el binominal.

A futuro se podría establecer un umbral mínimo para que candidatos con muy bajas votaciones no puedan acceder al legislativo gracias al "arrastre". Asimismo, es necesario que los ciudadanos asuman la responsabilidad de que no solo votan por una candidata sino por su lista. Por su parte, los candidatos deben usar esta experiencia para planificar de mejor manera sus futuras postulaciones al Congreso. Adaptémonos al nuevo sistema electoral y celebremos que el binominal desapareció, eso es lo importante.