Deuda con pueblo mapuche es el contexto de la visita papal
MOTIVO. Isolde Reuque, de la Pastoral Mapuche, y el obispo de Temuco, Héctor Vargas, esperan que el Pontífice aborde el "Reconocimiento Constitucional".
En el marco de la visita oficial y apostólica que realizará el miércoles 17 de enero el Papa Francisco a Temuco, tanto la Pastoral Mapuche como el obispo de Temuco, Héctor Vargas, esperan que su legado sea un aliciente que ayude a concretar el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios y un estímulo en la búsqueda de la paz social.
Si bien el pontífice estará sólo seis horas en Temuco ese día, la esperanza de Reuque y Vargas es que su mensaje logre un impacto en la sociedad civil y política respecto de la deuda del Estado con el pueblo mapuche.
Así lo expresaron ambos durante el Encuentro Preparatorio para Comunicadores Temuco realizado en la UCT, donde también se valoraron los avances en esta materia realizados por los sucesivos gobiernos de turno, pero también se dejó en claro que todavía no se ha logrado llegar al fondo del asunto.
"El hecho de que el Papa venga a Temuco es una esperanza y es un aporte al pueblo mapuche, espero que se logre un diálogo entre el mapuche y el no mapuche de igual a igual y así pasar de la autogestión a la autodeterminación", planteó Reuque.
Ella sabe que lo más probable es que el Papa no lo diga tácitamente, pero confía en que se siembre un lenguaje que pueda servir para que los legisladores vean con buenos ojos la pluriculturalidad y la interculturalidad.
Compromiso
Sólo dos años después de que viniera el Papa Juan Pablo II a Temuco el año 1987, el Presidente Aylwin firmó el Pacto de Nueva Imperial con el mundo mapuche, en donde quedó estampada la voluntad de reconocer a los pueblos originarios constitucionalmente.
Desde entonces han pasado 30 años y ese compromiso sigue pendiente. Respecto de ello, la dirigente mapuche Isolde Reuque explica que "el Presidente Aylwin sí cumplió" con lo comprometido al enviar los proyectos" y que el culpable es "el Congreso", ya que "no ha habido voluntad política".
"Quienes no cumplieron son los señores diputados y senadores, quienes además han cambiado los artículos 20, el 13, y el 8, porque beneficiaban demasiado a los indígenas", concluyó Reuque.
El obispo Vargas, por su parte, acotó que existe un momento político único debido a los últimos avances que se debe aprovechar y que para ello están colaborando como Iglesia.
"Después del trabajo de la Comisión Asesora se comienza a ver la voluntad política para avanzar en estos temas y prueba de ello es que el 60% de las propuestas fueron acogidas en el Plan Araucanía. Ahora, lo que llama la atención es que se está terminando el Gobierno y no se le ha dado urgencia a la Ley Araucanía, pero sí a temas ideológicos", lamentó Vargas.
El obispo añadió que para conseguir la paz social "urge mejorar las políticas dirigidas a los pueblos indígenas" y en este ámbito enumeró el reconocimiento constitucional, contar con representación en las instituciones políticas del Estado, la materialización del Ministerio de Pueblos Indígenas y el Consejo de Pueblos Indígenas, despachar la Ley Araucanía y, por último, revisar la actual ley de reparación territorial, ya que a su juicio es superada por la burocracia, hechos de violencia y falta de consenso.
"Espero que la visita papal logre un diálogo entre el mapuche y el no mapuche de igual a igual y así pasar de la autogestión a la autodeterminación". Isolde Reuque, Pastoral Mapuche "El Santo Padre llega a una región herida y fragmentada por la pobreza y la deuda del Estado con el pueblo mapuche".
Héctor Vargas,, obispo de Temuco"
Vargas: "Trabajando por la paz social"
El obispo Vargas señaló que la visita papal encuentra a una Iglesia "muy sencilla y de periferia, que se ubica en una región herida y fragmentada, tanto por los altos niveles de pobreza como la deuda del Estado con el pueblo mapuche que se ha postergado por más de un siglo, lo que ha motivado que grupos radicalizados hayan tomado la decisión equivocada de buscar justicia por su propia mano mediante acciones violentas (...) hay que entender que la Pacificación de La Araucanía generó heridas y resentimientos que hoy claman justicia".