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A 5 años del crimen de los Luchsinger-Mackay voces locales analizan el impacto en la Región

RETROSPECTIVA. El conflicto se judicializó y la inseguridad en la vida rural creció, aseguran.
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Camilo Garrido

Hoy se cumplen exactamente cinco años desde que Werner Luchsinger y Vivianne Mackay fallecieron en medio del incendio de su hogar en La Granja Lumahue, en la comuna de Vilcún.

Durante esta media década, el hecho fue la piedra angular de una serie de repercusiones policiales, judiciales, políticas, gubernamentales y sociales. Indiferencia es lo que menos existe en torno a esta temática.

Diversos rostros de la Región analizan el impacto que la madrugada del 4 de enero de 2013 tuvo en la Región y el país hasta hoy.

El director de la Multigremial, Emilio Taladriz, cuyo terreno de su propiedad, el fundo Palermo, colindaba con el de los Luchsinger-Mackay, recuerda esa noche como "una de las mayores tragedias que uno tenga memoria" e indica que desde entonces la vida en la zona rural ya no es la misma.

"Quedó el temor instalado de que esto se repita, y por lo tanto las costumbres tradicionales que se vivían en ciertos sectores de La Araucanía se vieron modificadas para tratar de evitar que se repitan este tipo de hechos", consignó.

En la sede de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (Sofo), desplegaron un cartel que dice: "No los hemos olvidado". El presidente de esta sociedad, Marcelo Zirotti, se acopla a las palabras de Taladriz: "Existe el temor de ser hoy atacados y muertos", dice.

"En el campo hoy somos más desconfiados. En la noche nos preocupamos mucho cuando hay movimientos, existe un temor de transitar en la Región. Hablemos de Araucanía norte. La visión ha ido cambiando hacia el terror", dijo.

El conflicto

Desde organizaciones de identidad mapuche, el caso se recuerda desde otro ángulo. Por ejemplo José Millalén Paillal, consejero de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), piensa que la muerte de los vilcuninos agudizó la relación de conflicto que existía en la Región y marcó un quiebre con la posición de reivindicación de las comunidades mapuche.

"Lamentablemente este caso muy doloroso viene a recordar eso y a agudizar esas contradicciones, diferencias, en la Región. Ha sido muy negativo (...) Viene a mostrar crudamente una situación que estaba ahí latente desde hace mucho tiempo, un dolor, una herida que viene desde hace mucho tiempo a abrirse tan dolorosamente con ese caso", aseguró Millalén.

El abogado y director ejecutivo de la Corporación de Profesionales Mapuches (Enama), Richard Caifal, recuerda el crimen como un hecho de mucho dolor para las familias "afectadas directamente", pero también como una sensación de injusticia no sólo para la familia Luchsinger Mackay, el cual comenta bajo el contexto del nuevo juicio oral que se desarrollará el 26 de febrero.

"Lamentablemente es una herida abierta, una herida racional y que, sea cual sea el desenlace que este proceso judicial actualmente en desarrollo tenga, obviamente van a haber expresiones de malestar. Primero, por la tardanza, la falta de claridad y también porque las familias se sienten con esa necesidad de justicia", indicó.

Jorge Luchsinger

Para el hijo del matrimonio fallecido, Jorge Luchsinger, desde la madrugada de ese 4 de enero la violencia en la Región evolucionó de forma expansiva. "Hemos visto que no sólo nosotros, agricultores y forestales, éramos las víctimas de este tipo de atentados, sino también las iglesias y flotas de camiones. Eso ha ido haciendo ver a la población de que cualquier persona que vive en La Araucanía, en especial en las zonas rurales o más alejadas de la urbe, puede ser víctima", indicó.

Además, consignó que la muerte de sus padres demostró al gobierno que ya no podían "esconder más el problema que venía arrastrándose por años en La Araucanía" y criticó que la administración de Sebastián Piñera cometió el error de "creer que este era un problema de fácil solución y que se arreglaba con tierra para los violentistas, como se había hecho antes, y algunas otras políticas".

En cuanto a la ya comentada división social en la Región, Jorge Luchsinger cree que "esa división existe solamente en los tribunales y en algunas zonas de la Región donde están operando estos grupos violentos. Yo no creo en el discurso que he escuchado de que hay una división de los mapuches y los no mapuches o los indígenas y los que no", dijo.

Andrés Molina, exintendente

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El intendente de la época cuando ocurrió el crimen de los Luchsinger-Mackay, Andrés Molina, comentó que este hecho provocó un cambio de sensibilidad en los chilenos, "donde tendían a explicar o entender los distintos actos de presión bajo una connotación de reivindicaciones políticas. Esto cambió y hoy no es aceptado ningún tipo de presión o violencia en democracia por la gran mayoría". Además, observa que la ciudadanía hoy exige más resultados al sistema jurídico que antes. Finalmente, Molina criticó que "el único condenado (Celestino Córdova) no ha dicho una palabra ni ha manifestado un atisbo de arrepentimiento o petición de perdón, sumado a la incapacidad del sistema persecutor de encontrar a los demás autores.