Andrea Arias Vega
"El padre me llamó y como soy de efecto retardado le dije que sí sin pensarlo, pero después creo que hasta la presión me subió de la emoción, luego empecé a asimilar lo que significaba participar en la liturgia leyendo una petición junto al Papa y me vino un ardor muy fuerte en el cerebro, me volví loca un rato, tuve que controlarme porque venía viajando".
Con estas palabras Elizabeth Riquelme, quien participa activamente en su parroquia en Angol, cuenta la montaña rusa de emociones que vivió el día que supo que sería parte del selecto grupo de feligreses que tendrán un rol protagónico en la liturgia que oficiará el Papa Francisco en La Araucanía.
El padre encargado de la liturgia, Patricio Trujillo, detalla que este grupo está conformado por 47 feligreses, los que fueron elegidos porque participan activamente en sus respectivas comunidades diocesanas.
Estos feligreses son mapuches y no mapuches, provenientes de ambas diócesis y participarán durante la liturgia en aquellos momentos de la eucaristía en donde quienes no son del clero pueden intervenir. Algunos lo harán de manera individual y otros como familia.
Este grupo de fieles estará muy cerca del Papa Francisco, compartiendo en el altar junto a quienes concelebrarán la misa en Maquehue. Entre obispos, sacerdotes nacionales y extranjeros, seminaristas, diáconos y la coral San José suman un total de 483 personas.
El padre Trujillo explicó que a la hora de seleccionar primó "el compromiso con sus comunidades, cada uno se sintió emocionado y feliz, reconociendo que era como una bendición y afortunadamente nadie dijo que no".
ROL PROTAGÓNICO
Entre las 47 personas, hay un grupo de 22 mapuches de distintas comunidades, quienes estarán al comienzo de la liturgia, durante el acto penitencial.
"Ellos harán una rogativa mapuche tradicional y en el momento oportuno subirán y se ubicarán frente al altar para ofrecer sus plegarias", comentó el padre Trujillo.
El grupo de las ofrendas está compuesto por 18 personas. De ellos, el matrimonio de la parroquia San Pedro de Curacautín, compuesto por Natalia Gazaue y Alejandro Andrade, más sus tres hijos, entregarán la ofrenda del pan y el vino al Papa.
"Lo tomamos como una bendición inmerecida, porque uno siempre cree que hay alguien mejor, pero lo aceptamos felices y emocionados. Nuestra familia es gracias a Dios, ya que fue un largo camino para tener a nuestros hijos, entonces esto es un regalo muy significativo", consideró Natalia Gazaue.
En el momento de las ofrendas también pasará un matrimonio mapuche, uno campesino, otro de agricultores, algunas personas del mundo empresarial y una familia de venezolanos en representación del fenómeno migratorio.
En las peticiones u oraciones participarán junto a Elizabeth Riquelme otros cinco fieles. Completa este grupo el lector a cargo de la primera lectura, ya que el salmo será labor de la Coral San José.