Visita del Papa I
Hemos tenido la visita del Papa Francisco al país y en especial a nuestra Región, respecto de ella me ha parecido pertinente hacer algunas reflexiones. El viaje del Sumo Pontífice a Chile lo hace en su doble calidad; como Jefe del Estado Vaticano, con el cual nuestro país tiene relaciones diplomáticas normales, y como máxima autoridad de la Iglesia Católica. Respecto a su visita en su calidad de Jefe de Estado todo se ha llevado dentro de la normalidad que estos encuentros se efectúan; fue recibido por la Presidenta de la República y las más altas autoridades de la nación donde se le otorgaron los honores correspondientes y se le dio el trato que su alta dignidad le corresponde. Cuestión distinta es, a mi entender, lo acontecido con su condición de autoridad de la Iglesia Católica. En efecto, Chile es un estado laico y cuesta entender, a quienes propiciamos la absoluta separación del Estado de cualquier credo religioso, los cuantiosos recursos públicos involucrados en una actividad proselitista como hemos presenciado. Expectantes estaremos los ciudadanos y contribuyentes a la cuenta pública que nos habrán de dar nuestras autoridades respecto al gasto directo que la visita ha costado al erario nacional, del mismo modo como esperamos lo hagan los alcaldes de Freire, Padre Las Casas y Temuco, sobre todo, cuando frecuentemente escuchamos de estas autoridades lamentar la insuficiencia de recursos que disponen para resolver las elementales carencias de los vecinos de estas comunas. En el mismo sentido anterior, es inexplicable que nuestras autoridades y legisladores hayan propuesto y aprobado otorgar feriado el día de su visita a La Araucanía. Imagino que habrán calibrado las consecuencias directas e indirectas que dicha decisión ha significado; miles de atenciones que los servicios públicos han dejado de realizar, incremento a las ya abultadas listas de espera hospitalarias, daño a las actividades productivas y comerciales, sin dejar de mencionar el trastorno a la vida cotidiana de los vecinos, por nombrar algunas de las derivaciones negativas. Por último, un porcentaje importante de la población se declara no católica y es lícito entonces preguntarse si ¿es correcto imponerles, violentando su conciencia, el conjunto de hechos y situaciones que hemos señalado, visto y vivido durante estos días sin haberles preguntado si quiera? Es de esperar que ésta sea la última vez. Nabor Urzúa Becerra
Visita del Papa II
La visita del Papa Francisco a nuestro país trajo consigo una serie de buenos deseos y ánimos para las chilenas y chilenos. Palabras tales como reencuentro, unidad, trabajo y paz marcaron su agenda de cuatro días. No obstante, y como es la tónica por lo general en Chile, terminada esta visita es natural volver a la rutina del día a día que las palabras, en vez de quedar, se las lleve el viento. Ante esta disyuntiva, y considerando la profundidad tanto reflexiva como espiritual de Francisco I, bien cabe preguntarse: ¿Será que las chilenas y chilenos, de una buena vez, se atreverán a ser mejores personas o seguiremos sumidos en el subdesarrollo evolutivo, el conformismo y la apatía colectiva a la cual nos hemos, como sociedad, malacostumbrados? Sin duda que esta visita papal es una oportunidad inmejorable para despertar del letargo, dejar el estancamiento y avanzar.
Rodrigo Durán Guzmán
Visita del Papa III
A propósito de la visita del Papa Francisco a La Araucanía, cabe recordar que la Iglesia Católica ya en la década de los 50 comenzó a misionar en la zona, y en los 60, monseñor Piñera creó el Instituto Indígena destinado a la preservación de las costumbres y el idioma. Dos sacerdotes, los padres Theisen y Beiec comenzaron en 1967 con la Pastoral Indígena. El año 1978, bajo el obispado de monseñor Sergio Contreras, se crearon los Centros Culturales Mapuches, cuya función, entre otras era cautelar los derechos del pueblo mapuche. El primer programa radial en lengua mapudungun lo creó la Diócesis de Temuco. Un año después, los obispados de Concepción, Los Ángeles, Temuco, La Araucanía, Valdivia y Osorno publicaron una significativa carta pastoral sobre la evangelización del pueblo mapuche. El mismo san Juan Pablo II al visitar Temuco el año 1987 instaba a mantener las tradiciones: "Por eso, el Papa, hoy desde Temuco, alienta a los mapuches a que conserven con sano orgullo la cultura de su pueblo: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios".
El actual obispo Héctor Vargas ha promovido diferentes instancias de diálogo con los alcaldes mapuches, entre los temas que se han abordado se cuentan el reconocimiento institucional, la presentación parlamentaria, la justicia social y diferente tipo de compensaciones. En este contexto, el llamado de Francisco a practicar la solidaridad como única arma "contra la 'deforestación' de la esperanza" y la defensa de una "cultura del reconocimiento mutuo" se ubican en el surco ya labrado por la Iglesia Católica chilena en La Araucanía.
Eugenio Yáñez, director Magíster en Doctrina Social de la Iglesia Universidad San Sebastián