Secciones

El fuego no ve etnias: las historias de los afectados por los siniestros

PROVINCIA DE MALLECO. Un mapuche que perdió su casa y la familia Urban, que lamenta la pérdida de hectáreas de siembra, relatan sus testimonios.
E-mail Compartir

Para llegar a la zona de Malleco que esta semana ha sido afectada por incendios forestales de gran magnitud, no basta con avanzar por la Ruta 5 hacia el norte de Victoria. Hay que salir de la autopista pavimentada y levantar polvo los caminos secundarios, que llevan a los sitios por donde el fuego pasó y ahora solo quedan cenizas.

Pero hay que bajarse del vehículo y seguir a pie por el camino interior desde Pidima hacia Los Aromos para llegar a la casa de Juan Marileo Saravia, en la comunidad Boyén Mapu.

El lof en llamas

El nombre de Marileo es conocido porque en el año 2005 se le condenó a diez años y un día de presidio por su presunta participación en el incendio intencional al fundo Poluco - Pidenco de Forestal Mininco, ocurrido en el 2001. Esa misma condena fue anulada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), organismo que consideró que se violó el principio de legalidad y el derecho a la presunción de inocencia cuando se aplicó la Ley Antiterrorista.

Su casa fue reducida a cenizas el día miércoles por un incendio que empezó en el predio de la familia Urban y consumió dos mil 64 hectáreas de pastizales, árboles y siembras agrícolas.

"Mi casa de madera, con todas las cosas que tenía dentro. No alcancé a sacar nada, el fuego avanzó muy rápido", lamenta.

"Acá vivimos rodeados de forestales que se llevan los recursos y nosotros quedamos en la pobreza y con escasez de agua", añade.

Marileo reclama porque el avance del fuego fue detenido solo por un grupo de vecinos. "Las empresas usan los helicópteros para salvar sus plantaciones y no nos ayudaron a evitar que el fuego agarrara la casa".

María Pilar Palma, que vive a metros de allí, en una casa que no fue alcanzada por las llamas. "Ya estaba resignada a que se quemara mi casita", dice.

Los urban

Al otro lado del mismo incendio, que fue denominado "Collico" para efectos operativos de la Conaf, está la familia Urban.

Pisando los granos de trigo quemado, acusan que el fuego fue iniciado de manera intencional en las siembras de trigo y avena, por personas que, por enésima vez, buscan provocarles daño con la intención de amedrentarlos a tal punto de que abandonen los fundos.

"Este incendio fue planificado, como una estrategia. El primer foco que hicieron fue en el predio de mi hijo (Héctor) y después vinieron otras personas a encender en un lugar en el que el viento llevó el fuego directamente a las siembras", relata René Urban, agregando que en los primeros instantes escuchó disparos que atribuyó a "la celebración de la hazaña" que era quemar el fundo.

Urban calcula que perdió 250 millones de pesos, entre 32 hectáreas de avena y 60 hectáreas de trigo, sumado a los cercos quemados. Lo anterior, sin contar más de 50 hectáreas quemadas en el predio de su hijo Héctor.

"El día lunes nos robaron más de 50 novillos y después nos quemaron las siembras. La pérdida es mucho mayor que las utilidades", cuenta Melanie Urban, la hija menor del agricultor.

"Crecí entre las comunidades, conocí y compartí con ellos, los mismos a los que mi mamá les hacía clases (...) De mí no pueden esperar venganza", concluye René Urban.

¿Pedirán algún apoyo al Gobierno?

La familia Urban y la gente de la comunidad Boyén Mapu concuerdan en que no esperan mucho apoyo del Gobierno. "Que el Gobierno haga lo que quiera. Nunca he andado poniendo la mano, mendigando nada. Todo lo he tenido gracias a mi trabajo", responde René Urban. De la misma forma, Juan Marileo, de la comunidad Boyén Mapu, descartó ir a pedir cualquier ayuda. "Todo lo he logrado a punta de ñeque. Toda la vida luchando contra las forestales... no pienso ir a pedir nada al Gobierno. Sería inconsecuente", finaliza.

hectáreas afectó el incendio "Collico", en Ercilla. El mismo foco alcanzó a los protagonistas de esta crónica. 2.064

Prisión para acusado de robos y violaciones en la Isla Cautín

E-mail Compartir

En prisión preventiva quedó Edison Cid Contreras (33), quien fue sindicado como autor de una seguidilla de asaltos y agresiones sexuales que afectaron a parejas de adolescentes en el sector Isla Cautín.

Los hechos ocurrieron en diciembre pasado e involucraron una serie de diligencias por parte de la unidad especializada de Carabineros, quienes lograron dar con su paradero cuando su pareja intentó vender el teléfono celular perteneciente a una de las víctimas.

Al ingresar y registrar su casa, se encontraron distintas especies provenientes de esos robos, así como también el cuchillo que habría sido utilizado para amenazar a las víctimas.

Las víctimas reconocieron sus pertenencias y el sujeto quedó en prisión preventiva.