"No sé si Contrasangre es una nueva mirada, pero incorpora algunos componentes que antes no habíamos tocado", cuenta Guido Brevis, director del largometraje que aborda el pasado y el presente de la relación entre el Estado y el pueblo mapuche y que se estrenó el 8 de marzo en el Aula Magna de la Universidad Católica de Temuco.
"Dentro de esos componentes, uno principal es el nivel individual de reflexión frente a la problemática, complementando lo político, y también estos componentes de salud mental o psicológicos que ya en el transcurso de más de 100 años de relación cíclica en términos de violencia, todavía se expresan", añade.
Contrasangre presenta además la historia del estudiante universitario de Construcción Civil, Nelson Curiñir Lincoqueo, quien a sus 22 años, en octubre de 1973, fue apresado durante la época de dictadura. El cuerpo del joven, militante de las Juventudes Comunistas, apareció en 1990, en el cementerio de Nueva Imperial.
-¿Qué ocurre con este otro componente que viene a significar Nelson Curiñir?
-Nosotros pensamos que de alguna forma viene a representar algo que el poeta Elicura Chihuailaf dice en muchas entrevistas y que sus amigos recuerdan como ejemplo. El dice que: "Nosotros los mapuches siempre hemos vivido en dictadura". Y esa figura para mí lleva a pensar en el caso de Nelson no solo como una especie de metáfora de un caso concreto que expresa el cómo los mapuches también se han relacionado con la sociedad chilena.
También, el caso de Nelson viene a ser una especie de código común que tanto la sociedad chilena como la sociedad mapuche viven en su momento con la dictadura.
-¿Por qué aborda ese código en el documental?
-Porque con ese código en común pensamos que la población o la ciudadanía no mapuche, también puede entender y puede ponerse en la posición de cómo los mapuches han vivido bajo una subordinación del Estado de Chile. Por ahí va la relación que hacemos con Nelson Curiñir.
-Además de Francisco Huenchumilla, Jorge Pinto, Isolde Reuque, Francisco Rothhammer y Humberto Maturana, participa Eduardo Rapiman, por ejemplo...
-Está Eduardo Rapiman como un joven y gran artista mapuche que para mi gusto refleja, de alguna forma, ese sector amplio de mapuche que se invisibiliza cuando nosotros caemos en esta dinámica, en este juego, entre negros y blancos, entre los buenos y los malos, en una relación que no siempre es así. El pueblo mapuche, aparte de ser un pueblo enraizado ricamente en su cultura en lo rural, se expresa también en forma muy compleja y muy rica a nivel urbano. Entonces, este documental, por ejemplo, a través de la participación de Eduardo Rapiman trata de resetear y romper el mito de que el mapuche solamente está en lo rural, que solamente está en una representación estereotipada que hacemos principalmente desde la cultura dominante. Él y quienes participan en Contrasangre están llamados a hacer una reflexión personal frente a lo que vivimos hoy día.
El documental de 70 minutos que comenzará una itinerancia (ver recuadro), es financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, convocatoria 2017.
En primera persona
"Puedo decir que en ciertas partes el documental está relatado en primera persona (...) porque me enamoré y me casé con una mujer mapuche, tenemos un hijo, y en ese transcurso de tiempo me interpelo: cómo puedo aportar a develar, a desmitificar ciertas situaciones", precisa Brevis, quien adelanta que junto al INDH realizará una itinerancia por La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, el Biobío y Santiago con Contrasangre.
minutos dura el largometraje dirigido por el realizador audiovisual Guido Brevis. 70