En la Sala de Urgencias del Hospital de Pitrufquén, ayer hubo una ventanilla menos para atender al público. Una cortina metálica fue puesta por los funcionarios de Admisión para ocultar el cartón con cinta adhesiva que fue puesto sobre los restos del vidrio que quebró el sujeto de 18 años que ingresó con un revólver y rompió ese vidrio para luego intimidar a más de una docena de pacientes y dos médicos.
Los funcionarios todavía no pueden creer el episodio. "Estábamos con una paciente cuando escuchamos los gritos, lo único que atinamos a hacer fue encerrarnos hasta que controlaran la situación", relató una alumna de Obstetricia de la Universidad Mayor, que estuvo a metros del individuo armado en los momentos del incidente.
"¡atiéndanme ahora!"
Luis Antonio Chávez Carhuatanta es el nombre del protagonista de la historia. Tiene 18 años, es peruano y llegó a Chile con su familia en 2008.
A las 11:58 del miércoles, llegó al mesón de admisión exigiendo que lo atendieran, pero antes de que le tomaran el nombre y le dijeran que esperara, sacó de su pantalón un revólver calibre 32 -cargado y con la bala pasada, listo para disparar- con el que rompió el vidrio y avanzó hacia los boxes de urgencia.
Allí, apuntó directamente a las paramédicos y a dos médicos, obligando a uno de ellos a atenderlo.
El joven fue reducido por Carabineros luego de que el mismo personal de salud llamara a los efectivos al fono 133. El capitán Víctor Quezada, comisario de la Quinta Comisaría de Pitrufquén, valoró "la rápida coordinación realizada" que permitió evitar mayores daños.
La formalización
A las 12 del día, en el Juzgado de Garantía de Pitrufquén, el fiscal Mauricio San Martín formalizó a Chávez Carhuatanta por tres delitos: porte ilegal de arma de fuego y municiones, amenazas condicionales reiteradas y además, daños simples, por quebrar el vidrio.
Argumentando que su conducta lo transformó en "un peligro para la sociedad", el magistrado lo dejó en prisión preventiva y otorgó un plazo de 75 días para la investigación.
"Él es tranquilo, tuvo un tiempo que era malo y estuvo perdido, pero ahora es un buen muchacho que tiene trabajo y solo se desesperó", justificó su madre, Flor Carhuatanta, aparentemente refiriéndose a la condena que tuvo en 2015, siendo un menor, por un robo con intimidación ocurrido en Santiago.
Más seguridad
Pedro Sepúlveda, director del Hospital de Pitrufquén, comenta que "no hay una explicación racional" para entender lo ocurrido.
"Nuestro personal quedó afectado y shockeado. Pedimos comprensión y esperamos que algo así jamás se vuelva a repetir", comunicó el directivo, confirmando que ahora serán dos guardias los que cubrirán urgencias.
Yenny Rivas, presidenta de Fenats Pitrufquén, hizo un llamado a que "los directivos se sienten con los trabajadores a analizar medidas de seguridad porque tenemos que evitar que esto se repita".