El campeón ya está en casa. Tras conquistar el Mundial de Rusia con una contudente victoria 4-2 sobre Croacia en Moscú, la delegación de la selección de Francia arribó ayer a París, donde fue recibida con todos los honores.
Cientos de miles de personas salieron a los Campos Elíseos para homenajear a los campeones, tal como hace 20 años lo hicieron con leyendas como Zinedine Zidane o el propio Didier Deschamps, que ahora repitió como entrenador.
Las bengalas rojas, azules, blancas tiñeron de colorido el recorrido, igual que la patrulla de Francia, la formación de aviones de acrobacia del Ejército galo que dibujaron en los cielos la bandera francesa.
Copa en mano entró en el patio del palacio presidencial el capitán del equipo, Hugo Lloris, acompañado del seleccionador y del presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noel Le Graet.
El Mandatario francés Emmanuel Macron descendió al patio para abrazar, uno por uno, a los 23 futbolistas y a los miembros del cuerpo técnico.
Macron les agradeció "haber traído la copa y despertar orgullo en la población".
Homenaje al segundo
Por otro lado, la selección de Croacia también arribó ayer al aeropuerto de Zagreb, donde fue recibida por cientos de miles de aficionados que celebraban el histórico segundo puesto planetario alcanzado por los balcánicos en Rusia.
Según datos de la policía local, más de medio millón de personas salieron a las calles de Zagreb, una ciudad de 800.000 habitantes, para dar su bienvenida al equipo liderado por Luka Modric, ganador de Balón de Oro del Mundial.
Tras arribar a la céntrica plaza Ban Jelacic, donde una gran fiesta esperaba a los jugadores, el capitán croata tomó el micrófono para señalar que "hemos realizado nuestro sueño".
A Modric lo siguió su colega Ivan Rakitic, quien dijo que "es imposible describir estos sentimientos. Realmente estamos orgullosos por haber defendido nuestros colores. Cuando veo todo esto, sé que todos estuvimos juntos en Rusia. Seguiremos intentando que sean felices y orgullosos".