En Nueva Imperial todavía hay consternación por el doble crimen que quedó al descubierto durante la madrugada del lunes. El doble homicidio de una madre y su hijo y posterior suicidio del victimario, ocurrido en una vivienda del sector El Alto, todavía mantiene en shock a la comunidad que no se explica la crueldad con que actuó un hombre contra una mujer que era ampliamente reconocida por su profesionalismo.
Sara Riquelme Avilés (25) llevaba dos años trabajando en el Hospital Intercultural de la misma comuna. A pesar de que no tenía contrato fijo, los reemplazos la mantenían ocupada casi toda la semana. Sus colegas la destacan como una trabajadora siempre atenta a los requerimientos de urgencia, en tanto que los pacientes dicen que se destacaba por su carácter voluntarioso y amable.
A Miguel Rapimán (9) sus compañeritos de la Escuela Particular "Belén" lo describen como un muchacho fanático del fútbol. Era el "regalón" de su tata y era experto en videojuegos de fútbol, en los que practicaba las jugadas que luego repetía en la cancha cercana a su casa.
Contrario es lo que muchos recuerdan respecto al homicida, Ignacio Rapimán Lienqueo. Los vecinos dicen que no se veía recurrentemente en la calle y hay varios que lo describen como "muy reservado". "Se lo pasaba siempre pegado al computador o si no jugando playstation", dice un hombre que vivía a pocos metros de él.
La historia de sara
Sara Riquelme Avilés (25) era la mayor de los dos hermanos del matrimonio entre Esmirildo Riquelme (57) y Olivia Avilés (67). Su madre recuerda que aunque Sara tuvo a su hijo siendo muy joven, aquello no fue impedimento para que ingresara a estudiar técnico en enfermería en Santo Tomás.
"Quedó embarazada cuando estaba en tercero medio. Después de criar a su hijo un tiempo, terminó la enseñanza media y entró a estudiar en Temuco. Se sacrificó mucho, tuvo que dejar a su hijo con nosotros para que pudiera estudiar, por eso él nos decía papá y mamá a nosotros", cuenta.
"Le dije que tenía que estudiar y que yo le iba a cuidar a su hijo porque no quería que fuera una mujer ignorante como yo. Ella sonreía, pero se lo decía porque de verdad sentía que ella tenía que ser mucho más que yo", añade.
"Ella quería seguir estudiando porque no quería quedarse con el técnico, por eso estaba haciendo un preuniversitario. Me dijo que si le alcanzaba para elegir, iba a tener que decidir entre Enfermería u Obstetricia, porque eso le gustaba", cuenta la madre de la mujer asesinada.
Antecedentes previos
Olivia Avilés dice que Sara mantenía contacto con Ignacio para que él conservara contacto con el pequeño Miguel. Sin embargo, hace poco más de un mes, Sara le había contado que le había pedido a Ignacio que se alejara de ella.
"Él no quería que trabajara, y le decía que si trabajaba, que fuera solo donde hubieran mujeres. Era muy posesivo, le miraba los mensajes del celular sin su autorización, se metía a ver si alguna otra persona la había llamado y le preguntaba quién era cada persona que la contactaba. Era muy celoso, por eso quería terminar todo tipo de relación", lamenta.
Esmirildo Riquelme dice que aunque el homicida nunca dio sospechas ante ellos de ser "violento", porque "nunca lo demostró", reafirma que su teoría de que su hija no les contó para no preocuparlos.
"El desgraciado no trabajaba desde el año pasado, por eso creo que lo venía pensando desde antes", dice con impotencia.
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"Ellos se veían los fines de semana, nunca sospechamos, pero hace un mes ella le pidió que se alejara".
Olivia Avilés,, madre y abuela de víctimas"
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"Él nunca demostró ante nosotros ser violento, estaba muy celoso porque mi hija era mucho para él".
Esmirildo Riquelme,, padre y abuelo de víctimas"
