Puentes sureños
La concentración de ríos en el sur del país origina una gran cantidad de puentes cruzados por la Ruta 5 o Ferrocarriles varios de los cuales ya han sido reemplazados por otros modernos, algunos de los cuales han mostrado fallas técnicas y otros se mantienen suspendidos y probablemente en vías de demoler.
Cerca de Osorno se derrumbó el puente Cancura tanto por fallas técnicas como por extracción incontrolada de ripio en sus bases. En Valdivia, el simbólico Cau Cau es atracción turística con sus dos tramos hacia el cielo. Su tecnología elegida fue la menos acertada por ser la más onerosa en operación y mantención. En su cambio se debió repetir el aledaño puente fijo en subida y bajada, sistema que por lo estático es de nula mantención y operación: sólo de limpieza.
Al norte de Temuco, sector Lautaro, otro puente en construcción yace exhibiéndose como muestra de inoperancia técnica. Y desde ahí hacia el norte, los puentes antiguos no muestran mayores problemas, suponiendo que es la tecnología e intervención profesional contemporánea la que origina las deficiencias comentadas.
El puente Chacao, hacia Chiloé, se ha iniciado en varias oportunidades y se asume que los actuales trabajos son los definitivos, a pesar del permanente escepticismo de lugareños.
Este panorama comentado recomienda mejorar nuestra imagen de inexpertos en puentes, justo en un país cuya geografía los exige.
David Benavente
Un acto de arrepentimiento
Mauricio Rojas Mullor, exministro de las Culturas, de las Artes y el Patrimonio, último cargo en el que duró solo un fin de semana -hace un tiempo atrás- en el programa de televisión "Camilo" de CNN Español, manifestó lo siguiente: "…tendrían que ver el Chile de hoy donde están renaciendo todas estas tendencias que parecen no haber aprendido nada ni olvidado nada del pasado. En Chile hay que luchar fuertemente para restaurar la memoria y para también crear una esperanza…" A continuación, manifiesta que a la izquierda chilena le falta un acto de arrepentimiento en el cual se deben desprender de su capital político, reconociendo que propiciaron y crearon el camino por el cual transitaron los tanques. Termina su idea con la siguiente frase, "...decir eso, qué bien le haría a Chile, qué bien le haría a la juventud chilena que ha nacido con este cuento…".
Palabras y expresiones que no fueron aceptadas por quienes son el mayor grupo de presión del país y además tienen el verdadero poder político, la izquierda de Chile.
Esa izquierda que antes de septiembre de 1973, durante el gobierno de Allende y también durante el Gobierno de Frei, llamó a la lucha armada, auspició los grupos paramilitares, las tomas y expropiación de empresas y fundos, el asesinato de decenas de carabineros y del exministro Edmundo Pérez Zujovic. Esa izquierda que recibió por 23 días a Fidel Castro y sus revolucionarios. La que ingresó toneladas de armas a través de "bultos" destinados a la Embajada de Cuba. La misma, que en palabras del Presidente Allende, le prometió armas al pueblo. Una izquierda que formó y organizó los cordones industriales para "barrer con el barrio alto" y que vociferaba en sus violentas manifestaciones, ¡los momios al paredón y las viejas al colchón!
Una izquierda atemorizante, arrogante e indolente que justifica cualquier medio para llegar al poder y que hasta ahora, nunca lo ha negado y, menos, se ha arrepentido de su pasado.
Christian Slater Escanilla, coronel en retiro del Ejército de Chile
Uso limitado de la obra
Un servicio ferroviario para pasajeros y carga, que atraviese el futuro puente sobre el canal de Chacao y que cruce Chiloé, implicaría inmensas ventajas de toda especie. Sin embargo, el puente está destinado sólo para automóviles y camiones. Estos circularán en gran cantidad, saturando y deteriorando decisivamente la calidad de vida en esa isla ¿Según qué criterio se determinó el uso de ese puente?
Patricio Farren C.
Museo de la Memoria
Sin lugar a ninguna duda, si una persona que no sabe nada de lo que ocurrió en Chile en los años ´70, y que por primera vez ingresa para ver todo lo que se muestra en el Museo de la Memoria y tras la visita, finalmente se enterara de todo lo que ocurrió en nuestra patria en forma fidedigna las causas que lo desencadenaron.
Es decir, todos los protagonistas, sus palabras y sus acciones, incluso para hacerlo más pedagógico siguiendo una línea del tiempo y por último cómo pudo ser evitada. El antes, el durante y el post, explicados exhaustivamente hasta el mínimo detalle, sin ningún sesgo. Entonces el eterno debate, si el Museo de la Memoria representa o no fielmente nuestra historia pasada, estaría absolutamente demás y claramente cumpliría los objetivos de ser un gran aporte a la deseada reconciliación de todos los chilenos y que estos hechos nunca más se vuelvan a repetir.
Los más agradecidos serían nuestras futuras generaciones.
Luis Enrique Soler Milla