Frases
"El Raymi no se quemó, sigue vivo y vamos a aprovechar la reconstrucción para mejorar".
Antony Flores,
"Apelaremos e iremos al TAS. Vamos a pelear con la Conmebol".
Marcelo Salas,
"El Raymi no se quemó, sigue vivo y vamos a aprovechar la reconstrucción para mejorar".
Antony Flores,
"Apelaremos e iremos al TAS. Vamos a pelear con la Conmebol".
Marcelo Salas,
Las ochenta y cuatro viviendas sociales que están contratadas para construirse durante el presente año, por mandato de los respectivos Comités Habitacionales Comunales, quedarán terminadas próximamente. Actualmente se realizan los estudios para la llamada a propuesta de nuevas viviendas que serían entregadas en 1979.
El presidente de la ANFP Harold Mayne - Nicholls estuvo de visita en las obras del Estadio Germán Becker de Temuco y dijo que "Temuco cumplirá un buen rol en el Mundial Femenino". La máxima autoridad del balompié chileno habló del estado de avance de los trabajos y se refirió a la gestión del seleccionador nacional, Marcelo Bielsa.
Alrededor de 60 contactos "sospechosos" de una joven mujer fallecida por enfermedad meningocócica en las últimas horas, deben obligatoriamente recibir el tratamiento antibiótico preventivo a la brevedad debido a que se trata de una enfermedad altamente transmisible y, en algunos casos, puede llegar a ser mortal.
Escribo esta columna en mi calidad de trabajador social, ciudadano y concejal de la comuna de Collipulli. El primer punto que quisiera exponer, trata sobre lo legalmente establecido en Chile y lo necesariamente adecuado, sobre todo para sobrevivir de manera digna a un tratamiento medicinal con uso de cannabis.
En este contexto, y como bien se expone en el título de esta columna, debo mencionar que el cultivo de cannabis, sin límites en cuanto a número de plantas, en la medida que lo autorice el SAG tiene trabas legales. Ustedes como ciudadanos deben estar en conocimiento que en nuestro país se encuentra autorizada la elaboración de productos que contengan cannabis, previa autorización del ISP, y la venta de productos elaborados con cannabis para fines de investigación y medicinales, todo esto bajo receta médica.
Igualmente, está autorizado el consumo privado, con cualquier fin (sea este espiritual, recreacional o medicinal), en la medida que sea efectuado en un lugar privado y con acuerdo de otras personas. En consecuencia, la tenencia y porte de cannabis, sin excepción, están sancionados en nuestro país ¿qué contradicción, no?
Como pueden ver, la cannabis para uso medicinal está permitida en Chile y también el autocultivo, lo que sucede es que tenemos muchas trabas burocráticas y esas son difíciles de sortear para un ciudadano y paciente común.
Considero que debemos avanzar en crear un marco regulatorio más adecuado y menos burocrático para el uso medicinal de la planta, que busque generar conciencia en el autoconsumo y generar aportes significativos en su uso medicinal y más aún en tratamientos que combaten enfermedades terminales.
Otro punto es la legalización lisa y llanamente, donde experiencias como la argentina y uruguaya, países que no solamente autorizaron su uso para fines medicinales, si no más bien avanzaron significativamente en un ámbito cultural como sociedad.
En consecuencia, considero también un verdadero fracaso la Ley 20.000, la cual ha tenido un fin persecutor desde su creación. La cual no ha disminuido el consumo y tampoco el tráfico y mucho menos los delitos asociados, pese al tremendo gasto que hace el Estado con sus policías, jueces y cárceles. Pero, siendo optimista, considero que se debiese usar todo ese gasto público en prevenir, educar y perseguir otros delitos mucho más graves.
En definitiva, hago un llamado al debate en la Región, ya que es de conocimiento público (Senda 2016) que los ciudadanos de nuestra Región fuman más que un cigarrillo y cajetilla entera y los índices de consumo de alcohol van en aumento, al igual que hoy nadie consume whisky llenando un vaso de cerveza. Por lo mismo, debemos como país y sociedad, fomentar la educación sobre estos temas y eso pasa por conocer los límites y los potenciales daños al momento de consumir cualquier sustancia. La sustancia en sí no es necesariamente el problema, sino más bien el conservadurismo que nos rodea como sociedad y la falta de información sobre la materia.
Andrés Llano, concejal de Collipulli
En reiteradas ocasiones hemos abordado la importancia de la participación ciudadana, ya que, entendemos, es la mejor forma de proteger la democracia de nuestro país. Vivir en sociedad no es sólo reclamar derechos, sino que es también asumir deberes y el cuidado del sistema. Implica nutrirlo desde dentro, ayudando a formar ciudadanos comprometidos con su entorno.
Variados estudios realizados en nuestro país al respecto, dan cuenta que los chilenos, en general, valoran la participación ciudadana, la que incluso consideran un deber, aunque una mayoría no la ejerce. Al menos no a través de instituciones donde su actuar genere cambios sociales, emita opinión política o contribuya a alguna causa. Se trataría de una expresión más del doble estándar nacional, según el cual se dice una cosa y se hace otra. Y es probable. Sin embargo, la experiencia invita a escarbar algo más profundo y preguntarse por qué existe esa diferencia de apreciación.
Diversos estudios han coincidido que la mayoría de la población se siente lejos de la toma de decisiones generales.
Es decir, habría una falta de sentido real para la participación, una idea instalada respecto de la inutilidad práctica de ella, que contrasta con la necesidad (y obligatoriedad legal, en algunos casos) de su existencia. En otras palabras, la sensación que existe es que las decisiones finales son tomadas por algunos que "escuchan, pero no hacen caso".
Las anteriores elecciones municipales dejaron en evidencia que para los chilenos participar no es solamente acudir a sufragar cada cierto tiempo. La verdadera participación comienza en cada unidad, en la junta vecinal, en el centro de padres, en las instituciones sociales, profesionales, gremiales, deportivas, recreacionales, etcétera. Hay que superar la desconfianza y pensar que cada uno puede aportar para que cada entidad sea mejor, porque todo eso contribuirá para que seamos mejor como sociedad.