El Austral
Cinco años le tomó redactar el guión y filmar la película "Los sueños del castillo", que ganó el premio al Mejor Largometraje Chileno en la edición 25 del Festival de Cine de Valdivia.
El temuquense René Ballesteros es el director de este documental financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que a través de su filme hace una invitación a escuchar a los jóvenes que viven en los centros de detención.
-¿Qué quisiste retratar en tu película?
-Tiene que ver con un fenómeno que ocurre en la realidad, que son los sueños recurrentes, sobre todo pesadillas frecuentes en el centro de detención juvenil de Cholchol. Hace unos años una colega psicóloga me dijo que en este lugar los jóvenes sufrían de pesadillas recurrentes y sucede en un territorio mapuche, entonces yo dije, "ahí están todos los elementos para hacer una película de terror".
-¿Entonces tu filme es la exhibición de una realidad que no se está mostrando?
-Yo creo que lo que no se ha mostrado es cómo se sienten los jóvenes por dentro. Me han dicho que es una película que puede generar mucha angustia porque los espectadores se sienten identificados con los jóvenes y su situación.
¿Por qué la titulaste con ese nombre, "Los sueños del castillo"?
-El título de trabajo de la película era "el castillo" y cuando llegué a la cárcel me presentaron a un detenido que me dijeron que tenía muchos sueños y este joven me dijo que estaba escribiendo una novela, yo le pregunté cómo se llamaba y me dijo "El castillo" y que soñaba con uno, eso aparece en la película.
-¿Qué fue lo más complicado que te tocó enfrentar en el proceso de producción?
-La escritura fue difícil porque no había continuidad con los personajes a causa de traslados, fugas, que es lo propio de una cárcel juvenil. Lo otro es que hay que conocer los códigos de conducta, pero cuando se dan cuenta que los quieres escuchar, que no tienes miedo, ceden. Ellos se dan cuenta que provocan miedo por su ropa, por su piel, por su pelo, por la manera en que hablan. Son jóvenes con vidas distintas, con conductas diferentes. No te niego lo que hacen, pero se puede entablar una relación de confianza sin problema. El contacto fue muy franco y con mucha generosidad de su parte.
-¿Cuál fue el relato que más te impactó?
-No lo puedo decir, porque sería un spoiler. Pero estamos hablando de menores de edad, son jóvenes que tienen entre 14 y 18 años, este es un centro que depende del Sename. Lo que más me impactó es la violencia social, de las instituciones, la segregación que ellos han vivido desde la pequeña infancia.
-¿De qué manera sobrellevan estos sueños?
-Lo que es impresionante es que los jóvenes se cuentan los sueños de manera natural porque están muy obsesionados con esto, le van a preguntar a los educadores qué significa tal sueño y hay jóvenes que le piden a los tíos que les traigan libros de interpretación de sueños. Están muy interesados porque quieren saber lo que les pasa. En el centro hay especies de apariciones, no quiero decir paranormal, pero eso también tiene que ver con la película.
-¿Cuáles eran tus expectativas con el documental?
-Colocar al espectador en una posición de escucha porque estos jóvenes no son escuchados. Que sea capaz de ver a los jóvenes como un igual, como alguien que pueden entender más allá de su apariencia, acento, de los hechos que han cometido. A partir de eso, establecer un momento de comprensión. La idea era que el espectador entrara en la noche mental de la subjetividad de los jóvenes.
-¿Dónde exhibirás la película próximamente?
-El sábado en el Ficwallmapu, a las 17:45, horas en el Aula Magna de la U Mayor de Temuco y en el FIDOCS en noviembre en Santiago.
"Al ver la película uno se mete un poco en las emociones y en la cabeza de los jóvenes. Ese era el objetivo de la producción de estos cinco años de trabajo". "Comenté el documental con mis colegas y me di cuenta que no hay películas acerca de la realidad de los niños del Sename"."
años le tomó al equipo redactar, filmar y editar esta producción filmográfica. 5