Carabineros
Si bien el desenlace de los hechos en la comunidad de Temucuicui en La Araucanía hasta aquí condena a algunos carabineros, que no se preste a confusión y que los políticos no pretendan sacar dividendos y más bien se preocupen de reafirmar los pilares de orden, seguridad y respeto, que si pueden contribuir a una mejor sociedad y menos se instale en la opinión pública lo que no corresponde, que carabineros como Institución está fuera de norma, o son los malos de la película.
Lo anterior independiente que la investigación final termine por comprometer entre otros comuneros, al fallecido Catrillanca en el hecho delictual de ese día, precisiones y conclusiones aun no definidas ni terminadas.
Carabineros es el ente público que por ley debe resguardar y mantener el orden social y como tal tener a raya la delincuencia entre muchas funciones.
Que no se pierda el foco, un hecho delictual que puede eventualmente y colateralmente generar consecuencias lamentables es parte de las posibilidades.
Preocupémonos de reprochar y controlar como sea posible la delincuencia que crece sin control y ya con el carácter de pandemia o tiranía o dictadura concebible, y, si la clase política no lo tiene claro, en mi opinión y mayor beneficio es para la nación que se queden en casa.
José Manuel Caerols Silva
No todo es rol del Estado
Muchas veces se exige al Estado la solución de todos los problemas y necesidades de la sociedad, sin embargo, se suele olvidar el rol creador de las personas y la búsqueda de su felicidad.
Esta búsqueda pasa por cada uno de nosotros y el "Estado" no es una entidad mágica que satisface nuestras necesidades.
El rol del Estado es garantizar un piso mínimo para que podamos desenvolvernos en sociedad, he aquí la importancia del Estado de Derecho, protección a la propiedad privada y libertad de elegir en diferentes facetas de nuestra vida.
Por lo cual "exigir" que el Estado satisfaga nuestras necesidades es dejar a otros nuestras elecciones y sueños.
Francisco Sánchez
¿Con Sebastián Moreno en las duras y las maduras ?
Antes, durante y después de haber sido elegido Sebastián Moreno como el nuevo presidente de la ANFP por los propios presidentes de los equipos en competencia, salieron al ruedo algunos hechos protagonizados por él y que no habrían recomendado su elección. Pero eso es cuento del pasado, lo que ahora corresponde es que si las personas que votaron por él obviaron dichas informaciones, tendrán sus motivos y quedando en claro que con su aprobación y posterior elección, avalan si o sí, a todo evento la gestión presidencial de Sebastián Moreno, asumiendo sus respectivas responsabilidades.
No se debe olvidar que cuando ocurrió la debacle de Sergio Jadue, sus promotores, electores y acompañantes habituales de lista, al igual que el Apóstol Pedro, negaron más de tres veces seguidas que lo conocían. No asumieron nada y menos que lo acompañaban en sus periplos sudamericanos antes de que comenzara a cantar el mismo Sergio Jadue en Miami.
Luis Enrique Soler Milla
La vigencia de Andrés Bello
Hace 237 años, un pasado 29 de noviembre, nació el célebre Andrés Bello. La conmemoración de su natalicio puede invitarnos a una breve reflexión, pues pese a los años que nos separan de él, su obra sigue vigente. Si bien nació y se crió en Venezuela, fue Chile el lugar donde sus ideas dieron sus frutos más trascendentes.
Es reconocido su rol en nuestra historia de la educación y el derecho, como primer rector de la Universidad de Chile y autor de nuestro Código Civil. Pero más allá de la reseña sobre los hitos de su vida, son sus reflexiones las que permiten ponerlo en valor frente a los debates actuales y la búsqueda constante - en apariencia infinita- de una educación de calidad.
Bello decía que la educación era el cimiento básico para construir una sociedad virtuosa y verdaderamente libre, mientras la ignorancia condena a los pueblos, en cambio, a ser esclavos de la voluntad de otros. Hablaba así del valor social de la educación, que se lograba complementando el cultivo de las ciencias y las letras, áreas del saber igualmente importantes, en la medida en que aquello que se perseguía no era la instrucción profesional ni el éxito material de los individuos, sino el bien de la comunidad política, así como el placer elevado del saber por el saber.
En su reciente visita a Chile, el filósofo Nuccio Ordine nos recordó precisamente eso, y hablando de la "utilidad de lo inútil", llamó a reivindicar el lugar de la cultura, quizás perdido en una sociedad que sólo parece apreciar el valor de lo inmediato y lo contingente. Los ecos de Bello suenan aún en ese llamado y deben servir de inspiración, mientras sigamos debatiendo sobre el verdadero sentido de educar, que no consiste solo en la instrucción técnica o en la sola transmisión de conocimientos, sino en formar mejores personas, para construir una mejor sociedad.
María Gabriela Huidobro, Universidad Andrés Bello