Rodrigo Zamorano C.
El exmayor de Carabineros, Jorge Aguirre Hrepik, investigador del Labocar y perito judicial especializado en armas y proyectiles convencionales, abrió la discusión respecto a la eventual trayectoria que habría tenido la bala que terminó con la vida del comunero mapuche, Camilo Catrillanca, el pasado 14 de noviembre, en Temucuicui.
El experto en criminalística asegura que debido a las lesiones que presentó el cuerpo de Catrillanca, y particularmente el cráneo, se puede establecer que el proyectil que ingresó al cráneo de Catrillanca corresponde a un rebote desde una superficie más dura, por ejemplo el tractor en que se desplazaba. Esto porque el proyectil no tuvo salida y quedó alojado en la cabeza de la víctima.
Teoría del rebote
Aguirre, quien exhibe una réplica del fusil Colt M4 Carabina, sostiene que "a 13 metros, un proyectil disparado con esta arma, en una trayectoria limpia y llana a la cabeza de una persona le causa una lesión típica, vale decir: entra al cráneo dejando un orificio más o menos circular, con salida al otro lado del cráneo con una trayectoria horizontal".
Sin embargo, el informe de autopsia al cadáver de Catrillanca, emitido por el Servicio Médico Legal, señala que hay "una laceración de cuero cabelludo de región parietal posterior izquierda con forma de L".
El reporte tanatológico además precisa que la lesión que le causó la muerte al comunero fue provocada por "un proyectil que siguió una trayectoria rectilínea de 16 centímetros (...) de atrás hacia adelante, ligeramente de abajo hacia arriba y sin salida de proyectil".
Al ser consultado por la teoría del rebote, Aguirre detalla que "cualquier objeto de una masa superior al proyectil lo puede detener, deformar o alterar su trayectoria. En algunos casos la bala también puede desviarse y al perder masa el proyectil, ya sea de su encamisado, puede fragmentarlo".
Para Aguirre "el disparo que mató a Camilo Catrillanca fue un rebote desde una superficie más dura, como por ejemplo el tractor en que se desplazaba ese día".
Evidencias
"Conozco de primera fuente los efectos normales, especiales y atípicos de las heridas que provoca el calibre 5.56 en el cuerpo humano", señala con confianza el exmayor de Carabineros, que cuenta con experiencia en casos emblemáticos como la muerte del coronel Gerardo Huber, la muerte de Ariel Antoniolleti y la fuga de los frentistas desde la cárcel de alta seguridad en Santiago.
A la vez que sostiene que su postura no es una defensa corporativa a Carabineros. "Las lesiones que provoca el proyectil y el cadáver de Catrillanca hablan por sí solos. Yo no le creo ni a los Carabineros ni a la gente de Temucuicui, porque todos están contaminados en el afán de salvar una posición. Pero lo que habla es la evidencia física, el arma, el proyectil, el cadáver y el tractor", dice.
Sobre este último, Aguirre asegura que es "importantísimo en la causa. Yo no entiendo cómo no lo sacaron de inmediato desde la comunidad. Ahí se encuentran los indicios balísticos necesarios para poder establecer lo que pasó".
De corroborarse la teoría que plante a Aguirre el caso podría incluso dar un giro judicial a un eventual cuasidelito de homicidio.