Frases
"Tenemos más de 600 cupos en tres proyectos que ya están en trámite".
Hugo Cruz, director regional Serviu
"Ser bombero voluntario es aceptar estar siempre a disposición de entregar amor por la humanidad".
Leonel Nualart,
"Tenemos más de 600 cupos en tres proyectos que ya están en trámite".
Hugo Cruz, director regional Serviu
"Ser bombero voluntario es aceptar estar siempre a disposición de entregar amor por la humanidad".
Leonel Nualart,
El crecimiento desmedido y/o inorgánico de muchos pueblos ha significado que los grupos habitacionales queden aledaños a plantaciones forestales que por lo general datan con anterioridad a las construcciones, originándose un riesgo de proporciones con ocasión de incendios forestales.
La convivencia de bosques y casas ha sido desastrosa y el más brutal ejemplo de ello fue el megaincendio que afectó a la zona central hace tres años. De su origen no hay antecedentes fidedignos, pero todo parece indicar que hubo una estrecha relación con la presencia de líneas de media y alta tensión, en franjas donde no se hizo la limpieza adecuada, propagándose las llamas con inusitada rapidez.
Asimismo, ráfagas de viento hacen que árboles caigan sobre estos tendidos, causando incendios e interrumpiendo el suministro del servicio.
Afortunadamente las empresas eléctricas están destinando fuertes sumas de dinero para la limpieza de estas franjas -en total miles de kilómetros- cortando los árboles que impliquen peligro, para evitar la propagación de las llamas en caso de producirse.
Los municipios, por su parte, deben catastrar aquellos sectores donde las poblaciones, por lo general irregulares, se han extendido peligrosamente hasta las cercanías de los bosques ya existentes. En caso de incendios, que son frecuentes en verano, los vecinos corren riesgo por sus vidas, esas viviendas resultan destruidas y la gente pierde sus enseres y el esfuerzo de muchos años.
Este trabajo de las distribuidoras eléctricas -que debe ser permanente- es valioso, entonces, tanto en el caso de incendios forestales como en aquellos en que los temporales derriban árboles cercanos que destruyen los tendidos. Muchas desgracias pudieron evitarse al actuar así a su debido tiempo.
Una intensa nevazón cerró -por primera vez en este año- el tránsito por el camino que une a la comuna de Curacautín con su vecina, Lonquimay, en el sector de Las Raíces.
Varios vehículos que se dirigían a la zona cordillerana debieron devolver su andar, entre ellos un bus que provenía de Temuco.
Pandillas, robos y consumo de alcohol son parte del panorama que -aseguran los vecinos- se repite diariamente en las calles de Fundo El Carmen. De acuerdo con lo señalado por los dirigentes del sector, muchos jóvenes utilizan los lugares eriazos para drogarse hasta altas horas de la noche, especialmente los fines de semana.
Tras la reunión sostenida con el Papa Francisco en Roma, el obispo de la Diócesis de Temuco, Héctor Vargas, y el de Villarrica, Francisco Stegmeier, pusieron sus cargos a disposición del Santo Padre, tras verse interpelados en una carta donde Francisco expone presuntas responsabilidades en encubrimiento de denuncias por abusos.
La Iglesia siempre ha intentado promover internet, al servicio del encuentro entre las personas y de la solidaridad entre todos, y a redescubrir, en la vastedad de los desafíos del contexto comunicativo actual, el deseo del hombre que no quiere permanecer en su propia soledad. La red es una fuente de conocimientos y de relaciones hasta hace poco inimaginable. Hay que reconocer que, por un lado, las redes sociales sirven para que estemos más en contacto, nos encontremos y ayudemos los unos a los otros; pero por otro, se prestan también a un uso manipulador de los datos personales con la finalidad de obtener ventajas políticas y económicas, sin el respeto debido a la persona y a sus derechos. Entre los más jóvenes, las estadísticas revelan que uno de cada cuatro chicos se ha visto envuelto en episodios de acoso cibernético.
La red hoy, no es automáticamente sinónimo de comunidad. En el mejor de los casos, las comunidades de las redes sociales consiguen dar prueba de cohesión y solidaridad; pero a menudo se quedan solamente en agregaciones de individuos que se agrupan en torno a intereses o temas caracterizados por vínculos débiles. Además, la identidad en las redes sociales se basa demasiadas veces en la contraposición frente al otro, frente al que no pertenece al grupo: este se define a partir de lo que divide en lugar de lo que une, dejando espacio a la sospecha y a la explosión de todo tipo de prejuicios (étnicos, sexuales, religiosos y otros). Esta tendencia alimenta grupos que excluyen la heterogeneidad, que favorecen, también en el ambiente digital, un individualismo desenfrenado, terminando a veces por fomentar espirales de odio. Lo que debería ser una ventana abierta al mundo se convierte así en un escaparate en el que exhibir el propio narcisismo.
La red constituye una ocasión para favorecer el encuentro con los demás, pero puede también potenciar nuestro autoaislamiento, como una telaraña que atrapa. Los jóvenes son los más expuestos a la ilusión de pensar que las redes sociales satisfacen completamente en el plano relacional; se llega así al peligroso fenómeno de los jóvenes que se convierten en "ermitaños sociales", con el consiguiente riesgo de apartarse completamente de la sociedad. Esta realidad multiforme e insidiosa plantea diversas cuestiones de carácter ético, social, jurídico, político y económico.
El uso de las redes sociales es complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a través del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si se usa la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de mí, abriendo el camino al diálogo, al encuentro, a la sonrisa, a la caricia, a la solidaridad, entonces es la red que sí queremos. Nuestra vida crece en humanidad al pasar del carácter individual al personal, y vivir en comunión, como el Dios Trino, del que somos semejanza.
Héctor Vargas, obispo de Temuco