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El 54% de los hombres cree que el ser mujer influye en carrera laboral

ESTUDIO DE OPINIÓN. La FCJE-Ufro y El Austral indagaron en el empoderamiento femenino consultando las vidas cotidianas en hogares de Temuco y PLC.
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Andrea Arias Vega

El empoderamiento femenino y a facultad de tomar decisiones sin consultar a la pareja, es directamente proporcional a los años de estudio. Sin embargo, el vivir en pareja disminuye el grado de esa autonomía en las mujeres, sobre todo, si poseen postgrados universitarios.

Este es el resultado general del estudio de opinión que realizó la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales de la Universidad de la Frontera y El Austral de La Araucanía, encuestando cara a cara a 400 contactos efectivos (hombres y mujeres) distribuidos en hogares de Temuco y Padre Las Casas, entre los días 24 y 25 de marzo.

El objetivo del estudio de opinión no es lograr una verdad concluyente, sino más bien desarrollar "hipótesis plausibles para establecer variables explicativas y probables tendencias" respecto de aspectos cotidianos que afectan o condicionan la independencia y el empoderamiento de las mujeres.

Dicha inquietud, según detalla el académico de la FCJE de la Ufro, Mauricio Partarrieu, surge luego de "los cambios ocurridos en nuestra sociedad a nivel global respecto del rol de la mujer, los enfoques de género ampliamente incorporados en distintos ámbitos de la vida, la forma de relacionarnos y los desafíos que esto implica para Chile y La Araucanía".

El estudio no se limitó única y exclusivamente a describir la opinión de las mujeres, ya que consideró que era pertinente también conocer la opinión de los hombres, dado que las percepciones no siempre coinciden.

SER MUJER Y TRABAJAR

En lo que compete al ser mujer en el mundo laboral, el 60% de las mujeres encuestadas considera que no influye el género para ascender laboralmente, sin embargo, para el 54% de los hombres sí influye el ser mujer a la hora de desarrollar una carrera.

En todo caso, sin que existan diferencias de género, un tercio de los encuestados considera que el ser mujer "es una desventaja".

Más allá de esta importante diferencia de percepción que no es solo machismo, sino una realidad palpable, no en vano, el estudio muestra una dispar participación de géneros en la fuerza laboral en La Araucanía, ya que mientras las mujeres representan el 47,8%, los hombres llegan al 70%.

Al analizar el organigrama de la empresa y el rol de las mujeres, de los casos encuestados, solo el 41% declara trabajar en organizaciones donde la máxima autoridad es mujer. Otro dato de la causa es que son las microempresas los espacios en donde las mujeres lideran.

Respecto de ello, la decana de la FCJE-Ufro, Valeska Geldrez, hace hincapié en el rol de las universidades y su responsabilidad de enseñar equidad con el ejemplo, dado que el escenario actual es bastante desalentador.

"En un análisis que he realizado a nivel nacional, de 45 universidades públicas y privadas, la participación de las mujeres como rectoras, miembros de las juntas directivas, vicerrectoras y decanas, está sólo entre un 9 y 26%", señaló, consignado además, que la Ufro posee un 50% de participación femenina en las vicerrectorías, "no así en los decanatos y junta directiva, y nunca ha tenido una mujer como rectora".

De hecho, basta con recordar la polémica fotografía en donde había solo hombres rectores en el Cruch. Recién en agosto de 2016 se integró la primera rectora del órgano colegiado (María Teresa Marshall-Universidad de Aysén).

EMPODERAMIENTO

A la hora de evaluar el nivel de empoderamiento femenino (independencia personal vinculada con la toma de decisiones), el estudio concluye porcentualmente que a más años de escolaridad, mayor es el nivel de empoderamiento, lo que se traduce entre otros aspectos, en decisiones económicas de compra, salidas del hogar, elegir el colegio de los hijos o vacaciones.

El estudio entrega otra variable de análisis que tiene que ver con el empoderamiento y lo que ocurre cuando la mujer está o no en pareja.

Aquí, curiosamente, a mayor escolaridad, incluso, con grados de postítulos, el estar en pareja resta autonomía y libertad a diferencia de aquellas mujeres que solo tienen educación básica. Para Geldrez, la academia desde su sitial de formación tiene mucho que decir en la transformación de esta realidad puesto que tiene una larga tradición de toma de decisiones en manos de hombres: "este modelo queda en el inconsciente colectivo de hombres y mujeres y se replica inconscientemente cuando nuestros jóvenes se gradúan y llegan al campo laboral".

"Ues deben enseñar con el ejemplo"

Valeska Geldrez decana Ciencias Jurídicas y Empresariales Ufro
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La decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Empresariales de la Universidad de la Frontera, Valeska Geldrez, sostiene que hoy está en las decisiones de rectores y decanos el conformar equipos más equitativos en género, estando "las capacidades disponibles". Además -asegura- las universidades tiene el deber, dado su rol en la sociedad, de avanzar en la equidad y enseñar con el ejemplo.

-¿Cómo sería posible avanzar a tasas de participación equitativas en la toma de decisiones dentro de las universidades?

-Siempre he estado en contra de las cuotas, pero creo que es el único camino para lograr una paridad en la gestión del sistema universitario, algo que ya existe en otros países. También se podría incorporar en los sistemas de enseñanza desde la edad preescolar, incorporando el tema de la igualdad de oportunidades y equidad en la toma de decisiones en los programas académicos. Las diferentes áreas disciplinarias en las universidades, en general, no cuentan con cursos de formación en género y equidad en sus programas académicos.

-¿Cómo se encarga la universidad de lograr la equidad?

-Hoy está en las decisiones de rectores y decanos de conformar equipos más equitativos en género, estando las capacidades disponibles. Es como en la casa, cuando la mesa la pueden poner los niños o las niñas, pero eso debe ser impulsado y valorado por la familia. Quizás los refuerzos positivos puedan ser algo que el sistema de educación pueda implementar, incorporando entre los indicadores de evaluación de la gestión de la educación superior la equidad de género, así como son incorporados, por ejemplo, el nivel de retención de estudiantes. Es importante decir que no estoy hablando del poder por el poder, sino de una visión en la que hombres y mujeres puedan verse como iguales, con los mismos deberes y derechos.