Violencia educativa
Como ciudadanos nos producen orgullo los logros económicos alcanzados en las últimas décadas, pero a nivel social poseemos un talón de Aquiles que nos aleja del tan preciado desarrollo, la naturalización y defensa de la violencia como acto válido de expresión o activismo, situación en extremo preocupante por sí misma, y alarmante en comparativa con sociedades de primer mundo.
Pero iniciativas como el aula segura o la de retomar el año académico e iniciar acciones legales hacia los responsables de destrozos en la Universidad de Concepción por parte de rectoría, muestra que viene en retroceso la que era un alzada progresiva y constante de violencia por parte de una minoría minúscula de estudiantes que legitiman la toma de un espacio de manera ilegal con una votación que no cumple ningún estándar democrático básico y que como resultado evita que los funcionarios puedan acceder a sus trabajos, que estudiantes puedan utilizar las dependencias como centro de estudio, que se destruyan los edificios, que amenacen a académicos y estudiantes, amedrentando, evitando el libre tránsito, vetando de espacios democráticos o lisa y llanamente agrediendo.
Eugenio González Flores
Multiuso
En la calle, en la micro, en el banco, en todos lados: si no quiere hacer un acto de cortesía, concéntrese en su celular. Sin siquiera bajar una aplicación, un nuevo uso para el infatigable aparato: ocultar la mala educación.
José Luis Hernández Vidal
El eclipse de la economía
Las últimas medidas anunciadas por el Gobierno para reactivar la economía en materia de inversión en sectores como obras públicas y vivienda, son positivas y constituyen un esfuerzo serio por tratar de recuperar terreno en materias de crecimiento, pero no hay certezas de que vayan a lograr sus objetivos.
Si bien estas medidas están alineadas con la decisión del Banco Central de bajar en 50 puntos base la tasa de política monetaria, la última cifra de desempleo de un 7%, la más alta desde octubre del año pasado, todavía refleja una economía que no se reactiva, y para ello, es necesaria la inversión.
No obstante, la inversión fue un dato positivo a comienzos de año, pero en el transcurso de este primer semestre sus proyecciones se han ido deteriorando, tanto así que, desde el empresariado, se le puso domicilio político al llamado del ministro de Hacienda de recuperar la confianza, por cierto, elemento clave para invertir.
Si a ello sumamos un panorama mundial complejo, con guerra comercial y tecnológica de por medio, tampoco es posible esperar prontas señales de recuperación. Además, índices como la venta de autos, también se han deteriorado, tras temporadas espectaculares, y tampoco se puede soslayar el alto nivel de endeudamiento entre los chilenos pues, parte importante del consumo interno está apalancado, precisamente, por la deuda.
El panorama es preocupante. Las sombras que hoy pasan por nuestra economía, parecen eclipsarla mientras el gran deseo compartido, es volver a ver el sol.
Catalina Maluk Abusleme
Movimiento ciudadano ¡Basta!
Como nunca en los últimos años, estamos viviendo un clima de violencia que a diario pone en riesgo la seguridad de nuestras vidas y familias, nuestra convivencia, nuestro trabajo y actividades cotidianas.
Como ciudadanos somos testigos de la extensión territorial de la violencia que ha ido mutando su alcance y forma, dejando a la fecha a cientos de habitantes de las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, así como emprendedores y pequeños agricultores en la más absoluta indefensión.
El deterioro del Estado de Derecho y por tanto de nuestra democracia en algunas zonas del sur de Chile, no puede dejar indiferentes a nuestras autoridades, quienes tienen como principal labor, velar por el estricto cumplimiento de las leyes que rigen por igual a todos los habitantes del país.
Los niveles de violencia de los últimos 20 años en estos sectores evidencian la incapacidad estatal de proveer seguridad a la población, sobre todo en sectores rurales. Si bien la violencia política no es endosable a un Gobierno en particular, resultan alarmantes los grados de impunidad; lo que en efecto permite hacer un diagnóstico negativo de la institucionalidad mandatada por nuestra Constitución para prevenir, reprimir y sancionar los hechos delictivos.
Llevamos años siendo postergados e invisibles para las autoridades y el resto del país. Como víctimas hemos tenido que enfrentar el día a día con miedo e incertidumbre, sin justicia, sin voz y sin derechos. A la espera de soluciones que no llegan, quienes vivimos en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos nos hemos unido para darle vida a un movimiento ciudadano donde todos los que buscamos vivir en paz y respeto por las personas sacamos la voz para decir: basta a la violencia, al miedo, al abuso, a la inseguridad y a la impunidad.
Personas, ciudadanos, gremios, comunidades, empresas, autoridades nos unimos sin colores políticos y sin exclusiones para decir: "No más miedo, no más violencia, no más víctimas, no más impunidad, no más rivalidades…".
Movimiento Ciudadano ¡Basta!