Respetemos los estándares de salud en Chile
Hace diez años se comenzó a realizar el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom), prueba que habilita para trabajar en el sistema de salud pública del país, y que en el presente año cumplió cifra récord con 4.500 médicos realizándolo. Pese a su alto nivel de reprobación, el número de profesionales extranjeros que aprueba el test aumentó 12 veces entre 2009 y el año pasado.
Como Sociedad Chilena de Cirugía plástica (SCCP) queremos resaltar en la importancia de la realización de este examen para que se les garantice a los pacientes su derecho a una salud de calidad, siendo atendidos por un médico acreditado. Este examen no determina ni certifica especialidad médica, certifica lo que conocemos como "médico general". En este sentido, creemos que el Eunacom es un instrumento válido de medición de aptitudes y conocimientos y apoyamos totalmente en que esta prueba se siga realizando para subir el nivel de la medicina en Chile. También es importante advertir a la población que aquellos médicos que aducen una certificación de especialidad por haber aprobado este examen faltan a la verdad.
Todas las personas, tanto las que se atienden en sistema público como en el privado, tiene el derecho de ser atendidas por un profesional capacitado y certificado. En este sentido, como SCCP luchamos constantemente para que los pacientes sean tratados con profesionales certificados y en centros médicos que también tengan la acreditación correspondiente, de esta manera encaminarnos a una mejor calidad de salud a nivel nacional.
Claudio Thomas, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica
El mejor profesor del mundo
Peter Tabichi, el mejor profesor del mundo (Global Teacher Prize 2019) que ejerce en Kenia, está de visita en Chile, entre varias recomendaciones que les hizo a sus colegas nacionales estaban creer en sus alumnos, amar lo que haces y por último "hablar menos y hacer más".
A buen entendedor, muy poquitas palabras.
Luis Enrique Soler Milla
Más que un premio
El sistema actual destruye el modelo de excelencia de los Liceos Emblemáticos y los Liceos Bicentenario, que han mostrado históricamente que la selección por mérito y la exigencia académica son compatibles con la inclusión socioeconómica.
Contrario a lo que piensan algunos parlamentarios del PC y el Frente Amplio, el mérito en la educación no es un premio, es justicia. Detrás de cada historia de éxito está el esfuerzo de un joven, de una familia y de los docentes por impulsar un mejor futuro para él y para nuestro país. Una red de apoyo que vio frustrados sus sueños en el proceso 2019, y que hoy es nuevamente ofuscado gracias al rechazo del nuevo proyecto de admisión escolar.
José Correa Ariztía
Realidad nutricional en Chile
Los inadecuados hábitos de alimentación y las alteraciones del estado nutricional, inciden en el gasto en salud pública y la morbimortalidad en Chile, cuya implicancia es reconocida en las enfermedades del sistema circulatorio, cáncer, y en toda afección metabólica u orgánica que requiera modificación dietética. No obstante, la relación entre la necesidad de abordar el tema de manera preventiva o terapéutica con las acciones necesarias para facilitar el acceso de la población al nutricionista.
Más bien, las estrategias de intervención parecen desconocer la profesión y el rol de la dieta en condiciones fisiológicas y patológicas, lo cual se evidencia en las aún vigentes limitaciones para acceder al bono de atención nutricional (prestación 26-02-001), en el histórico déficit de nutricionistas en servicios de salud (Rev Med Chile 2015; 143: 1468-1477) y en la ausencia de su rol en guías clínicas ministeriales.
La alimentación es base de la vida, los nutrientes pueden modular la actividad metabólica, inmune y toda respuesta orgánica o sistémica, pueden interactuar con el tratamiento farmacológico, influir en el ámbito psicológico y más. Por lo mismo, es clara necesidad de incorporar a los nutricionistas en cada equipo multidisciplinario e instancia de trabajo relacionada con la salud, y de facilitar el acceso de la población a sus prestaciones. Sin embargo, es tan efímera la comprensión respecto a lo que significa ser especialista en nutrición y dietoterapia, que aún la participación del nutricionista parece ser considerada secundaria y/o de elite.
Así en el ámbito clínico, queda en terreno de nadie la responsabilidad de ofrecer orientaciones dietéticas que un nutricionista realiza responsablemente luego de 5 años de formación académica. Si es necesario el bono de libre elección, si el rol del nutricionista debe incluirse en las guías clínicas, si debería aumentarse la dotación de nutricionistas en centros de salud debe puede ser discutido, ya que el avance epidemiológico del país, y los resultados de impacto de las estrategias de salud pública con los nutricionistas en segunda fila, no está resultando.
Stefanie Chalmers E., nutricionista U. Andrés Bello