Museo de la Memoria
Desearía complementar las interesante apreciaciones del Sr. Ricardo Brodsky, exdirector del Museo de la Memoria, quien se refirió en columnas de opinión de cierto medio de prensa escrito en días pasados, al Museo de la Memoria; textual, "sostengo que el Museo de la Memoria -en tanto memorial e instancia de reparación moral a las víctimas-promueve una toma de conciencia respecto del deber ineludible de respetar los derechos humanos, cualquiera sea el contexto. Y que esa toma de conciencia es exigible para todos sin importar el lugar que hayan ocupado en la historia que relata el museo".
Ahora como ciudadano y sujeto de derechos, pero también deberes, quiero señalar mi apreciación al respecto, amén de ser testigo vivo de los hechos acaecidos y que aún separan a nuestra sociedad chilena y si se respetan los míos y de todos, debiésemos ver en un Museo criterios que no dejen dudas y mucho menos que estén ausentes; agregando y complementando a lo señalado, por ejemplo "y en cualquier periodo de la historia", ya que ella representa hechos reales que a veces concatenados afectan a toda la sociedad por igual, como es el caso.
También sostiene que contribuiría a potenciar una toma de conciencia no partisana al respecto, el que pudiera de manera explícita incluir a todas las víctimas de la violencia política del periodo en cuestión. Me parece, sin duda, la única forma posible de avanzar de forma segura a un nunca más a esta tragedia que nos ocurrió y que responsabiliza a todas las partes, descartando de cuajo negacionismo alguno.
Además un Memorial, no podría tener un sentido nacional y transversal, si se presta para conceptualizaciones sobre el juzgamiento de la inmoralidad de los otros, exculpando persé a los propios. Los hechos están, los DD.HH. son universales y un supuesto seriado sobre las lecciones que estos hechos históricos nos dejarían, requiere que sean vistos y analizados profundamente capítulo a capítulo en su totalidad, o todo habría sido en vano.
José Manuel Caerols Silva
Flexibilidad laboral
Los cambios en materias laborales generalmente son bien duraderos, bien irreversibles, por lo que si nos equivocamos en esto, podemos cometer errores muy profundos.
El Gobierno propuso un máximo de 180 horas por mes. Eso equivale a 2.160 horas al año. El año tiene 52 semanas. Si divides 2.169 por las 52 nos da un resultado de 41.5 horas por semana. Es decir, una hora más que el proyecto del PC, el cual, recoge de mejor manera las recomendaciones internacionales sobre cómo modernizar el Código del Trabajo.
Si hacemos leyes que tengan un buen titular, pero redunden en un mayor desempleo, el problema va a ser gigantesco. No nos dejemos engañar por las promesas. La propuesta de flexibilidad laboral del Gobierno permitirá que trabajemos menos horas por semana y que dispongamos de nuestro tiempo.
Juan Francisco Rosales
Mujer y trabajo
En un año hemos visto cambios significativos en la inclusión de la mujer en el mundo laboral. El desafío sigue siendo gigante y urge levantar barreras a las oportunidades de trabajo remunerado que enfrentan las mujeres.
Desde el 2018 a la fecha, la participación laboral femenina sube 0,4 puntos, con 100 mil nuevos empleos ocupados por mujeres. Año a año, las mujeres estamos más dispuestas a trabajar y existen mayores posibilidades de que se fomenten mejores condiciones para el trabajo de la mujer como: el proyecto de lactancia materna, trabajo a distancia, Sala Cuna Universal que se tramitan y las gestiones para avanzar hacia una mayor incorporación de mujeres a los directorios de empresas.
Las mujeres hemos entrado con más fuerza, solo falta crear las condiciones necesarias para que el futuro sea aún más prometedor, solo falta que los parlamentarios nos apoyen en estos cambios y aprueben reformas tan fundamentales como éstas. Gracias a ello, miles de mujeres podrán tener sus propios ingresos, pero sobre todo sentirán y tendrán la libertad de tomar sus propias decisiones.
Renata García Economista
Tiempo en trámites
Un país que camina hacia el desarrollo supone un Estado que avanza al compás y no uno que se queda atrás. Mejorar y facilitar los trámites, actualizar los sistemas y generar políticas digitales es un reflejo de que el Gobierno es consciente de los beneficios que puede traer a sus ciudadanos la modernización del Estado.
Una persona que realiza 8 trámites al año, gasta cerca de 18 horas de su vida en esto. De éstas, el 70% se invirtió en conseguir algún papel. Si, además a esto le sumamos que el costo anual de mantener estos procesos implica, a lo menos, la inversión de alguna gran obra en salud o educación.
Así, resulta valioso que el actual gobierno haya hecho de este tema una de sus líneas de acción, pues permite desburocratizar y simplificar la relación del Estado con los ciudadanos a través de la nueva propuesta que apunta a movilizar las instituciones de Gobierno en transformación digital, política de datos y servicios compartidos.
Sofía Maldonado C. Cientista Político UC