Frases
"Nuestra comunidad está profundamente afectada por lo ocurrido".
Héctor Vera,
"Estamos confiados en que vamos a cumplir con los plazos estipulados".
Henry Leal,
"Nuestra comunidad está profundamente afectada por lo ocurrido".
Héctor Vera,
"Estamos confiados en que vamos a cumplir con los plazos estipulados".
Henry Leal,
Cada 5 de septiembre se celebra el Día de la Mujer Indígena. El origen de este homenaje se remonta a 1983, durante el Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, en donde se destacó la figura de Bartolina Sisa, una valiente mujer aymara que luchó contra los conquistadores. Justamente, esa lucha constante le valió la animadversión de sus enemigos, quienes la asesinaron y ultrajaron el 5 de septiembre de 1782, fecha que se convirtió en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena.
En el marco de este homenaje, bien vale preguntarse ¿cuál es la realidad de las mujeres mapuches del sur de Chile?
Entre las principales conclusiones de una investigación de la Fundación Instituto Indígena, realizada en 2016, se determinó la situación desfavorable con respecto a las mujeres no mapuches. Por ejemplo, se constató un ingreso promedio que no supera los 200.000 pesos mensuales en al menos dos de las regiones estudiadas, situación que se acentúa al tratarse de mujeres mapuches que viven en zonas rurales.
A pesar de esta situación desfavorable que constata el estudio, también se destacan sus altos niveles de participación en distintos espacios, en organizaciones como las comunidades y asociaciones indígenas, siendo la vecina Región de Los Lagos la que alcanza los mayores índices, con mujeres indígenas en cargos dirigenciales, políticos, sociales y laborales.
La investigación reafirma que las mujeres indígenas son activas ciudadanas y portadoras de un gran potencial. Teniendo ese antecedente, es fundamental contar con políticas y relaciones con el Estado que protejan sus culturas y su identidad frente a la población no indígena.
Sin duda la realización de este estudio despeja varias dudas respecto de las motivaciones e inquietudes de la mujer indígena, lo que debiera servir como insumo para mejorar las políticas públicas dirigidas a ellas.
No hay dinero para implementar el Centro de Formación Técnica estatal que se había prometido instalar en la comuna de Angol. Esa fue la respuesta que le dieron a las autoridades regionales desde el Mineduc cuando consultaron por la actual situación del proyecto en esa cartera. Así lo confirmó a El Austral el diputado Mario Venegas (DC).
Con la asistencia de las máximas autoridades de la IX Región, así como de la Pontificia Universidad Católica de Chile, fueron celebradas ayer las dos décadas de vida de esta institución educativa en la Región.
La comunidad universitaria vivió momentos de emoción durante la ceremonia de conmemoración del nacimiento de la UC en estas tierras.
Los camioneros locales no están pasando por la ruta que une las comunas de Collipulli y Victoria para evitar ser víctimas de nuevos atentados incendiarios.
Además, las hosterías de la zona también han acusado el golpe, estimándose en un altísimo 90% la baja de la clientela de estos locales al paso en este tramo de la Ruta 5 Sur.
Este se es uno de los titulares con que el Diario Austral del 9 de septiembre de 1959, anunciaba la creación, por parte del Obispo de la Diócesis de Temuco, monseñor Alejandro Menchaca Lira, de la que hoy es nuestra floreciente Universidad Católica de Temuco. Importante destacar que su creación en esa época, contó con el respaldo de cerca de dos mil "propiciadores", adelantados ciudadanos de la Región, que se atrevieron a acompañar a monseñor en la osada aventura de crear el primer centro de educación superior de la Región, cuando apenas existían 8 universidades en el país.
Su visionaria decisión de ofrecer universidad en un territorio rezagado, formando profesores para las necesidades de esa época, se ha ampliado y consolidado hasta convertirse hoy en una universidad acreditada por cinco años, manteniéndose fiel al sentido original otorgado por su fundador: "Investigación en su primordial papel, la formación amplísima de los futuros profesionales y la paciente y cotidiana búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien".
En la actualidad, 60 años después, la UCT en conformidad con su misión institucional y sello identitario, caracterizado por el humanismo cristiano y solidario, ha orientado sus capacidades hacia el cumplimiento de tres propósitos esenciales: en primer lugar, la formación amplísima de profesionales que se insertarán luego en sus comunidades para aportar con sus capacidades y valores a la promoción del desarrollo regional; en segundo lugar, al fortalecimiento de la investigación que perfecciona la vida y las instituciones en el territorio, abriendo con ello nuevos horizontes y posibilidades a su gente; y, en tercer lugar, el establecimiento de una interlocución virtuosa con diferentes actores de la comunidad para -en conjunto- avanzar en la superación de las brechas y fragilidades, que mantienen en rezago social y económico a La Araucanía respecto de las demás regiones del país.
Esta Región obliga a la universidad a una misión particular de visibilizar, reconocer y proyectar la dimensión intercultural, como un rasgo constitutivo de la realidad regional, que debe armonizarse con justicia social en el entramado del desarrollo del territorio.
Es por ello que desde la fe, se anuncia a los jóvenes que la grandeza del hombre consiste precisamente, en ser imagen de Dios y la razón más alta de la dignidad humana es la vocación del hombre a la unión con Dios. Así es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas. La Universidad, en consecuencia, busca preparar generaciones capaces de construir un orden social más humano para todos, educando en el valor de la solidaridad para hacer resaltar el valor absoluto de la persona y su inviolabilidad.
Pedimos a Jesús Maestro, el Dios de la vida, la protección para esta obra de la iglesia que tanto bien realiza, particularmente con su servicio a la región y el país, y así honrar el legado de Monseñor Menchaca y de todos quienes nos han precedido en esta irrenunciable tarea.