La educación como palanca social
LICSA. Universidad de La Frontera
La escolaridad aún es baja en la Región y eso se transforma en un obstáculo para acceder a mayores ingresos, según la encuesta Casen 2017, la Región registra 10.2 años de escolaridad promedio. Un poco de contexto: el 1,3% de los ocupados de la Región declara no tener nivel educacional primario; el 24,1% de los asalariados de la Región declara tener un nivel educacional básico (ed. Primaria nivel 1 y 2); la mayoría declara tener un nivel educacional secundario (41,9%); el 9,3% un nivel de educación técnica; 21,2% educación universitaria y apenas el 2,2% estudios de postgrado. Cabe preguntarse ¿cómo el nivel educacional de los ocupados de la Región impacta en su nivel de ingresos? La evidencia nacional y regional es clara, existe una relación positiva y creciente entre escolaridad y nivel de ingresos. El 50% de las personas que declaran que nunca estudiaron obtienen un ingreso de a lo más de $120.000, en cambio las con estudios universitarios lograrían un ingreso de $700.000, y los ocupados con estudios de doctorado percibieron un ingreso mediano de $1.300.000. Si comparamos los ingresos de los trabajadores con un nivel educacional universitario, tenemos que una persona que no haya estudiado ganaría 82,9 % menos que una persona con nivel educacional universitario. Si comparamos los ingresos de los ocupados con un nivel educacional universitario, por sexo, un hombre que no haya estudiado ganaría 78,6 % menos que un hombre con nivel educacional universitario. Este porcentaje aumenta al 92,6% epara la mujer.
Podemos concluir que el nivel educacional es muy relevante para optar a mejores ingresos, especialmente para las mujeres. Además, tal como lo señalan Calero y Choi en el 2012, "una estructura salarial poco igualitaria hace que la potencial igualación de las posiciones que genera el sistema educativo se circunscriba precisamente al sistema educativo, manteniéndose amplias desigualdades".
Sonia Salvo Garrido