Andrea Arias Vega
Después de 10 años de militar en Renovación Nacional, la concejala más votada de Temuco, la abogada y jefa jurídica del Serviu, Solange Carmine, decidió renunciar al partido el pasado 25 de octubre en medio del estallido social, según explica, tras ser juzgada por participar de una de las primeras marchas masivas de los funcionarios públicos.
Al respecto, Carmine, quien ya había tomado la decisión de no ir a un tercer periodo de concejala y participar, eventualmente, en primarias con el alcalde Miguel Becker (RN) por la alcaldía de Temuco, es sincera en admitir que su relación con RN y, en general, con la lógica partidista "nunca funcionó".
De hecho, cuenta que siempre supo que la invitaron a participar en política porque "había que llenar un cupo con mujeres", pero en el camino sintió y experimentó "la falta de apoyo", sumado a más de un codazo para intentar sacarla del camino.
"Como me estaban dando un cupo lo hice, pero en ese momento todas las fichas estaban con Ximena Urzúa. Luego, en mi segundo periodo, quien se dedicó a hacerme la guerra fue el diputado Miguel Mellado (RN), de hecho, él decía en círculos políticos "para qué van a votar por esa vieja". En el fondo, no me querían en el partido, salvo destacar a Mario Desbordes y personas puntuales como el senador García", comenta Carmine.
Esta desafección política, explica que incluso la vivió con el propio alcalde Miguel Becker (RN), con quien "nunca tuve una buena relación, ya que siempre voté en consciencia. Fui la única del conglomerado en no apoyar a la empresa WTE y eso me significó el enojo de muchas personas de RN, sin embargo, el tiempo me ha dado la razón", plantea la concejala, quien recalca que aunque la han "pololeado" de otros partidos permanecerá en la independencia y que no abandonará la política.
Y para despejar las dudas, recalca que "estoy contra el lumpen que ha azotado mi país, mi corazón es de centro derecha" y "jamás pediría la renuncia del Presidente Piñera", pese a que es crítica respecto del manejo que ha tenido su gobierno con el estallido social.
A lo anterior agrega que "votaré que no, porque una Constitución no va al fondo de los problemas que generan la actual desigualdad social".
LA GOTA QUE REBAlSÓ...
Consultada por el factor que gatilló su decepción final, Carmine explica que tras participar de una marcha como funcionaria pública, ya que comparte las demandas del movimiento social y la "precariedad en las que están muchos funcionarios, hubo operadores políticos del Serviu que me tomaron una foto y después empezó a circular por WhatsApp internos de RN, donde por supuesto no estoy. Aparecía con una flecha roja en la cabeza y fui tratada de comunista y traicionera. Todo esto derivó en que pidieron mi cabeza y el seremi tuvo que pedirme el cargo de jefe de gabinete".
Respecto de esta situación puntual, Carmine comenta que "fue mi dignidad la que se vio afectada. Esto fue la gota que rebalsó el vaso de mi desgano y decepción con la forma en cómo funcionan los partidos políticos en general. Renuncié porque no me sentía parte del circo de los partidos políticos, y aunque siempre fui políticamente correcta, marcaba la diferencia con mi voto en consciencia, el que siempre fue transversal".
"Fui tratada de comunista y traicionera. Todo esto derivó en que pidieron mi cabeza y el seremi tuvo que pedirme el cargo de jefe de gabinete". Fue mi dignidad la que se vio afectada. Esto fue la gota que rebalsó el vaso de mi desgano y decepción con la forma en cómo funcionan los partidos políticos en general".