Cochayuyeros
Por cierto que el tema de los cochayuyeros ha sido motivo de conversaciones, publicaciones y aclaraciones.
Nadie podrá negar que otrora esta actividad era parte de nuestra vida cotidiana. Así, las familias que provenían desde la costa se instalaban en distintos sectores de las ciudades y pueblos, sin causar molestias de ninguna índole. Sin duda, eran otros tiempos, con mucho menos congestión vial, mucho menos personas y con lluvias normales.
Hoy esta actividad está causando una serie de problemas a la comunidad; pero por sobre todo, como hoy existe mayor conciencia en cuanto al maltrato animal, es doloroso ver a los pobres bueyes sostener sobre sus cuerpo, cientos de horas, una carga bajo el sol, y lo más seguro, que con muy poca ingestión de agua. Recientemente pudimos ver con asombro en las redes sociales como un animal se desplomó de cansancio, calor y sed, ante la mirada estupefacta de los transeúntes que coincidieron en pasar por su lado en ese doloroso momento…
Aparte de ello, los pobres animales defecan y orinan en las calles centrales de nuestra bella y cuidada ciudad, causando desagradables y contaminantes malos olores (de seguro, los turistas no se llevarán una buena impresión de la "acogida" que les da nuestra ciudad).
Los defensores de las tradiciones, nada dicen de todo lo nefasto que esta actividad provoca. Porque se han quedado en el pasado o simplemente porque es otra oportunidad para criticar irresponsablemente a la autoridad edilicia,
¿Qué han dicho los defensores de los animales sobre este maltrato animal? Nada. ¿Por qué?...
La autoridad edilicia debe insistir con sus inspectores -y la comunidad respaldarla- en la prohibición de esta cavernaria forma de realizar esta actividad. Pero junto con ello -es bueno decirlo- habrá que crear las instancias necesarias para que los cochayuyeros tengan un lugar digno, en el que puedan establecerse con mayores comodidades, para sus familias y los animales. Y obviamente, quienes consumimos este producto, iremos donde estén.
Es un tema que no debe ser politizado, sino que mayoritariamente se debe respaldar a las autoridades edilicias en este delicado y urgente asunto.
Juan Enrique Acuña M.
Arriba Temuco
Cuando se cae con la frente en alto, no hay que lamentarse ni entrar en dramatismos. Deportes Temuco luchó, ganó partidos, y al final fueron los penales, siempre tan psicológicos, los que impidieron el sueño.
Cristian Neira A.
Contingencia
Chile será incendiado si gana el rechazo, según algunos. La primera obligación de un político es hacer que el país sea incombustible. Esto se logra con ayudas sociales en la medida que lo permita la billetera de país subdesarrollado que todavía somos, pero también con medidas de fuerza para tranquilizar a los impacientes violentos que quieren "todo" y lo quieren ahora.
Los esfuerzos por mejorar la situación de una parte de la población endeudando al país son necesarios, dentro de ciertos límites. Pero también hay otros factores que no permitirán volver a quemar Chile tan fácilmente. En primer lugar, la gente se dio cuenta que quemar el país no es gratis, que muchos pagaron un alto costo personal con la pérdida de su trabajo y de sus bienes, y muchos más están siendo afectados por el empobrecimiento general de Chile. Por otra parte, está el hecho que el factor sorpresa ya no operará a favor de los vándalos pues a la larga la gente se organizó para defender sus casas y sus supermercados, y se defendieron de los que intentaron saquear y quemar esos lugares. Las Policías han jugado un rol importante capturando a unos cuantos que causaron enormes pérdidas al país, lo que habrá hecho reflexionar a otros en que el brazo de la ley puede caer sobre ellos mucho tiempo después de sus acciones. Y lo más importante, los políticos debieran colaborar a mantener el orden público con las leyes que sean necesarias para que el vandalismo y la piromanía de algunos no se vuelvan a imponer a la mayoría. Los temas sensibles generan rápidamente leyes con penas más altas y por eso es raro que, en base a la experiencia reciente, no tengamos ya una ley que, por ejemplo, duplique las penas para el porte y uso de bombas Molotov. Es necesario seguir poniendo a prueba la sinceridad de esos sectores políticos que poco o nada han hecho para tener un país incombustible, ya que Chile no debería tropezar con la misma piedra solo unos meses después por falta de diligencia de los poderes del Estado. Porque si las decisiones de voto de las personas son tomadas bajo amenaza, no hay democracia..
José Luis Hernández Vidal