Honor y gloria a nuestras y nuestros bomberos
La verdadera participación comienza en cada unidad, en la junta vecinal, en el centro de padres, etcétera. En estos días, digamos en ánimo de reconocimiento y justicia: "Honor y gloria a nuestras y nuestros Bomberos".
Las sirenas de los cuarteles de nuestros Bomberos, no descansan. Así ocurre en nuestras atribuladas comunas, los llamados lacerantes son por accidentes de tránsito en nuestros caminos, siniestros en viviendas, quemas increíbles para preparar las siembras, quemas muchas intencionales de cosechas de cereales y cientos de hectáreas de bosques, sobre esto perdónenme les cuente, le señalé mi preocupación a un agricultor, y me contesto con frialdad, "las tengo aseguradas". Me parece muy correcto, pero no para quedarse tranquilos.
Abnegados hombres y mujeres, en su inmensa mayoría obreros, empleados, gente humilde, arriesgan sus vidas por controlar dichas realidades ardientes, lo hacen por una maravillosa vocación de Ser Humano, sin recibir un centavo por sus acciones.
Sobre esta materia, solo días atrás me encontré en una calle con dos bomberos que vendían números de una rifa destinada a buscar financiamiento para combustibles, para diversos materiales imprescindibles para sus labores, incluso para adquirir colaciones para sus integrantes que pasan largas horas frente a las llamas. Lo que me llamó la atención fue la impavidez, la frialdad de los transeúntes que pasaban de largo sin decir siquiera una palabra de aliento o de justificación por la no adquisición. Es indignante, las damas y caballeros del fuego siguen con estoicismo su cometido.
Somos, tristemente, desde hace cerca de 4 meses un país con muchos problemas, destacando la ausencia -cada día más distante- de paz social. Sin ella, el progreso es imposible, hoy, oficialmernte se reconoce casi un 8 % de cesantía, casi un millón y medio de chilenas y chilenos, y se nos dice que eso es poco, para lo que se viene en el mes de marzo.
Bomberos se destaca muy, muy pero muy poco, respecto a que es la institución que no se ha manchado al igual que casi todas las que integran la República, son un espejo de ética de sublime vocación de amor por su Patria.
Finalmente quiero recordar que durante varios años integré Comisiones en la discusión del presupuesto de la Nación, nunca se pudo conseguir los votos para que el Ejecutivo mandara una ley o una glosa creando un sistema normal de financiamiento para Bomberos, ya fuere por un porcentaje muy pequeño de los excedentes del cobre o un leve porcentaje a las contribuciones de bienes raíces de valor elevado por los costos de ellas.
Muchas veces debíamos hacer diabluras entre un grupo de parlamentarios para incluir en el presupuesto modestos recursos para financiar un carro bomberil o un pequeño cuartel en algún punto lejano de nuestra larga geografía.
En estos días, digamos en ánimo de reconocimiento y justicia: "Honor y gloria a nuestras y nuestros Bomberos".