Chile despertó: no normalicemos la violencia
"Chile despertó". Desde el 18 de octubre del año pasado esta frase se escucha y se lee en todas partes. Yo estoy de acuerdo y me sumé a cada una de las acciones destinadas a avanzar en justicia social…
Sin embargo, desde entonces el caos ha sido tal, que he llegado a pensar que lo que pasó es que "Chile se desbordó" y lo hizo en delincuencia, en acciones del lumpen y hasta en terrorismo.
Nosotros lo vivimos en La Araucanía desde hace 20 años. Fue un entrenamiento a lo que hoy está sucediendo en Chile, donde se normaliza la violencia. Incluso en nuestras vidas privadas, en nuestras casas, con nuestras familias, las preguntas son "¿qué va a pasar mañana?", "¿podremos ir a trabajar?", y si logramos llegar al trabajo "¿llegaremos sanos y sanos de regreso?"… Estas preguntas que ya son parte de nuestras vidas íntimas y cotidianas no son normales.
No es normal que estemos estresados, preocupados por nuestros hijos, por nuestras familias, nuestros vecinos, y por cada uno de los chilenos decentes de nuestro país.
Me preocupa la liviandad con que se toman las manifestaciones que sirven como excusa para destruir y crear caos… Me preocupa que justifiquemos la violencia y más aún que esta vaya en escalada sin que nadie haga nada.
Las tomas, saqueos, marchas… Y en Chile ahora se normalizó, porque todos nosotros nos hemos convertido en comentaristas de lo que sucedió el día anterior y nos preguntamos "¿qué sucederá hoy?" como si habláramos del clima.
Vivamos este proceso con tranquilidad y tolerancia. No podemos aceptar una polarización como la que mantuvo dividido tantos años al país. Hace 30 años que la democracia se instaló en Chile y en esa ruta debemos seguir avanzando en satisfacer las necesidades de una sociedad que por años se mantuvo en silencio, pero que hoy habló y con voz fuerte y clara exigió un cambio, con justa razón.
"Chile despertó", pero no podemos normalizar la violencia, por el bien de nuestra democracia. No a las posiciones extremas, no a los grupos que destruyen sin sentido, no a los saqueos, no a las tomas, no a los atentados terroristas en La Araucanía… No a la violencia, simplemente porque la violencia no es un estado natural.
Yo le pregunto al ministro del Interior, qué medidas administrativas se adoptarán y qué proyectos de ley se enviarán al Congreso para terminar con toda esta violencia normalizada; qué elemento y qué herramientas tecnológicas u operativas implementará para terminar todo esto y evitar que verdaderos delincuentes hagan lo que quieran y terminen sepultando esta democracia que nos costó tanto.
Chile merece más y todos estamos llamados a seguir avanzando, sin sacar dividendos políticos de una situación delicada a la que llegamos por culpa de una sordera política que no tiene excusa, como tampoco tiene excusa la violencia.
Yo quiero que despierten los chilenos que están dormidos normalizando la violencia, y que despierten las autoridades y cumplan con sus funciones, que despierte el Gobierno y tenga mano dura contra los vándalos y terroristas que ha diario destruyen nuestro país.
Chile despertó: no normalicemos la violencia.
Miguel Mellado Suazo diputado de la República
Coronavirus y teletrabajo
Frente a los recientes casos de coronavirus que se han detectado en Chile, y a los cientos de infectados que se espera se manifiesten en los próximos meses, la práctica del teletrabajo debiera por estos días adquirir una mayor relevancia dentro de las organizaciones.
Esto porque junto con ser una forma de reducir la posibilidad de contagio de esa enfermedad, también permite a las personas que están en cuarentena por sospecha seguir trabajando, pero desde su casa. En ambos casos, esta nueva forma de laborar, y que aprovecha el avance de las tecnologías, entrega una serie de beneficios a los trabajadores y empresas. Algunos de ellos son: estimula la proactividad, fomenta la orientación a metas, ayuda a ser sistemático, mejora la capacidad para administrar el tiempo, potencia la calidad de vida y genera importantes ahorros para las organizaciones.
No obstante, el teletrabajo no sería posible si no se contara con la infraestructura y conectividad adecuada para comunicarse. Para ello es clave disponer de soluciones TI que garanticen a los empleados el acceso a servicios de voz, datos y video, sin importar el momento o lugar.
Daniel Malaiu gerente general de Tesacom