Reconversión obligada
En el local de confecciones "The Best" de Alejandra Quezada (38) y su familia, normalmente se dedican a hacer uniformes clínicos y delantales. A mediados de marzo, los mismos profesionales a los que les hacen uniformes clínicos comenzaron a llamarla para pedirle que comenzara a hacer mascarillas de la tela "antifluidos", que es usada frecuentemente por dentistas. "Me pidieron muchas veces así que busqué el diseño y modelo más apropiado y me puse a hacerlas. Valen $2.000 cada unidad porque no hay nadie en Temuco que haga con esa tela", dice. El taller que tienen en el Carrusel está cerrado y no puede volver a abrir, así que por ahora, las mascarillas son hechas en la pieza de su hija, en su casa en Padre Las Casas. "Trabajamos hasta tarde con mi mamá, hasta las tres o cuatro de la madrugada para cumplir con los pedidos. Le hemos hecho a empresas, por más de 500 unidades. Es algo que nos ha permitido parar la olla, como se dice", sostiene orgullosa. Su fono de contacto es +569 65782629.
Hace tres años que Mauricio Carrasco (47) dejó su trabajo para dedicarse por completo a colaborar y trabajar junto a su esposa Susana Barrera (44). Ella es costurera y modista. En el año 2000, en su casa en Fundo El Carmen, armó su taller y es conocida por hacer uniformes para bomberos, trajes y vestidos para ocasiones especiales. La contingencia les paralizó los pedidos, pero el trabajo no ha parado. "Mis clientes y mis vecinos comenzaron a preguntarme si podía hacer. Nos atrevimos por ahí como el 17 de marzo y no hemos parado. La CCU nos pidió 600 y otras empresas nos piden de a centenares. Pero también vendemos por unidad", dice Susana. Agrega que las hace de dos tipos: una de tela impermeable+algodón que vale $1.000 la unidad y otra de una tela TNT que vale $600 la unidad. "Entregamos como donación un pack de 50 mascarillas a los bomberos de la 12° Compañía, somos casi vecinos. Esperamos que nuestra labor sirva en esta tragedia", concluye. Fono contacto: +569 77738472.
Telenia Painefilo (48) es conocida en todo Curarrehue por su calidez humana y por su nivel de detalle en sus trabajos de costurería. Es la solución para problemas en la ropa para muchos habitantes de la zona, quienes conocen sus dotes con la máquina de coser. "Quizás por eso que cuando se supo que había un contagiado acá, un muchacho que es taxista me dijo que le hiciera una mascarilla", dice. Desde la primera que hizo hasta ayer ya ha hecho más de 60, todas a pedido. "La gente me llama, me dice cuántas quiere y yo se las hago", cuenta. "Las mujeres me piden que sea con diseño de florcitas o colores, los hombres me dicen que les da lo mismo, que solo sea oscura", añade. Sus mascarillas son de doble capa de tela de algodón y valen $1.000 pesos por unidad. "No cobro más porque no es para lucrar. Es solo por ayudar", dice teléfono desde Curarrehue.