La Universidad Mayor triplica morosidad del copago a causa de la emergencia sanitaria
PANDEMIA. Vicerrector regional de la UM, Gonzalo Verdugo, asegura que están en riesgo "los proyectos institucionales". Rector de la UA, José Antonio Galilea, dice que eventual déficit "es preocupante".
Con planes de restricción presupuestaria, redistribución de recursos y postergación de inversiones, la Universidad Mayor y la Universidad Autónoma de Chile están enfrentando los mismos coletazos financieros de la pandemia vinculados a la morosidad y paralización de proyectos que denunció la Ufro y la UCT esta semana en El Austral, viéndose más afectada la UM, dado que no posee gratuidad como la UA, cuya cobertura llega al 70%.
Ambas casas de estudios privadas de Temuco cuentan con orgullo que lograron completar sus matrículas, pero que han debido incurrir en costos adicionales para la implementación de clases online, además de medidas de apoyo económico para diferir el pago de las mensualidades y becas de conexión a Internet, además de compra de computadores para que sus estudiantes puedan continuar con el semestre de manera remota, dejando en claro que el ahorro operacional de las clases presenciales es bastante marginal y que el mayor costo que enfrentan es el pago de remuneraciones.
DÉFICIT FINANCIERO
El vicerrector regional de la UM, Gonzalo Verdugo, informa con preocupación que están enfrentando un déficit asociado al diferencial que no cubre el CAE o becas, el cual se arrastra desde el estallido social de octubre del año pasado . "El déficit asociado a la morosidad del copago se ha triplicado respecto de un año normal. Hoy las instituciones de educación superior están en un déficit que es alarmante y el llamado es a mirar esto de manera conjunta entre todos los actores, entendiendo que el riesgo son los proyectos institucionales que pudieran verse afectados y la idea es que el día de mañana sean capaces de albergar a sus estudiantes con la misma calidad".
Al ser consultado el rector de la UA, José Antonio Galilea, señaló que el déficit de su casa de estudios aún es incierto y que dependerá de la evolución de la crisis sanitaria. "El déficit que se pueda generar es desde luego un tema de gran preocupación y difícil de pronosticar, por cuanto es incierto el tiempo por el que se prolongarán las medidas que ha debido adoptar la autoridad sanitaria, también los efectos que alcanzará la crisis económica que surge de la pandemia y su impacto en el empleo y en los ingresos de miles de familias", sentencia.
Verdugo además cuenta que los programas de postgrado y de educación continua están prácticamente paralizados. "Muchos programas que estaban en carpeta han sido postergados, ya que se frenó la demanda producto de la incertidumbre", detalla.
Respecto de las solicitudes de suspensiones, ambas casas de estudios explican que el porcentaje actual, afortunadamente, está dentro de los rangos tradicionales y que se han implementado planes de ayuda para los estudiantes. "Sabemos que muchos de ellos no han estado exentos de complejidades asociadas a la pandemia. Por eso, hemos tomado medidas en cuatro grandes áreas: financiera, académica, apoyo psicosocial y conectividad", resaltó Galilea.
En este mismo ámbito, Verdugo comunica que también han implementado becas de conexión de Internet, además de entrega de equipos vía préstamos y becas de renovación de tecnología. En ambos casos, la premisa para los pagos ha sido la flexibilización para postergar sin interés y atender las realidades caso a caso. "La universidad está dispuesta a colaborar con todas las problemáticas, en estos momentos debe surgir la empatía y la ayuda transversal, haremos todos los esfuerzos en este escenario tremendamente complejo en la historia de las instituciones de nuestro país", dijo Verdugo.