Frases
"Hay una claridad absoluta en el municipio: no hay temporada de invierno programada para Pucón".
Carlos Barra,
"Estamos insistiendo en no reunirse, en no salir de sus casas".
Gloria Rodríguez,
"Hay una claridad absoluta en el municipio: no hay temporada de invierno programada para Pucón".
Carlos Barra,
"Estamos insistiendo en no reunirse, en no salir de sus casas".
Gloria Rodríguez,
La Intendencia de la IX Región destinó 1.600.000 pesos con cargo al Fondo Nacional de Desarrollo Regional, para la reparación del camino Traiguén a Los Sauces, en una extensión de más de 36 kilómetros, que es la distancia que separa a ambos puntos de la Provincia de Malleco, en la entrada norte a la Región.
Fuentes de la Tesorería General de la República detallaron ayer las facilidades otorgadas a los contribuyentes de las zonas afectadas por el sismo del 27F y la normalización de la atención al público de parte de esta repartición pública en estos territorios. Las medidas favorecen a las Zonas de Catástrofe y sus territorios.
El Austral accedió a cifras del Fondo de Tierras justo cuando se reactiva la agenda indígena del Gobierno, que coincide con propuesta de los senadores Kast y Huenchumilla. En total, Conadi ha entregado 266 mil hectáreas de terreno a lo largo de 26 años, con una inversión total de $591 mil millones en compra de tierras.
El INE entregó a fines de abril las cifras de empleo correspondientes al trimestre enero-marzo 2020, donde se indica que la tasa de desempleo nacional para llegó a 8,2% superando en 1,0 puntos porcentuales (pp.) a la observada en igual periodo de 2019.
El total de desocupados aumentó en un 15,8% anual (109.170 personas). La tasa de ocupación informal (TOI) llegó a 28,9% la cifra más alta desde el inicio de la medición de la informalidad en el trimestre julio-septiembre de 2017. Los ocupados formales disminuyeron en 96.960 personas en 12 meses; mientras que los ocupados informales anotaron un aumento de 160.280 personas en igual periodo.
La composición del empleo ya acusa signos de deterioro con el gran aumento que del empleo informal (sin cotización previsional ni salud) pero, ¿observamos signos de la pandemia en los datos de empleo?; ¿la crisis sanitaria es la causa del aumento del desempleo y la informalidad?; ¿son las peores cifras que veremos en empleo?
Este empeoramiento del mercado del trabajo se debe en menor medida al covid-19, ya que la foto que hoy vemos del desempleo es en retrospectiva, no refleja lo que actualmente está pasando donde con seguridad, el desempleo y la informalidad es aún mucho mayor.
Dado que la última cifra de empleo entregada correspondió al trimestre enero-marzo, ésta no captura o captura muy poco los efectos de la crisis sanitaria, ya que recién la primera semana de marzo el país registró los primeros casos de coronavirus, por tanto, esta "foto" del desempleo que tenemos disponible, a pesar que ya muestra deterioro importante en el empleo, aun no evidencia en su real y total magnitud los efectos de esta crisis.
Es esperable, por tanto, mayores niveles de desocupación en las siguientes mediciones, la que debieran superar los dos dígitos, junto a un incremento de la precarización laboral. Se vienen tiempos muy complejos en esta materia.
Desafortunadamente, la ley corta de empleo aprobada hace poco luego del bullado y mal enfocado caso de Cencosud no es una buena noticia para la situación de cesantía, es más bien una muestra del desconocimiento de gran parte de la clase política en relación al funcionamiento del mercado laboral y de la economía, exceso de ideología en desmedro del pragmatismo necesario para afrontar este tipo de mega crisis que tendrá millones de afectados.
Es al mismo tiempo una gran irresponsabilidad con los chilenos que serán afectados por la crisis y que con medidas como ésta aumentarán en número y magnitud, poner los gustos o preferencias personales con un análisis simplista y sesgado por sobre una discusión reflexiva y seria, tendrá un alto costo en actividad, empleo y pobreza para el país. También hay que ocuparse de la curva del desempleo y pobreza que traerá la pandemia.
Patricio Ramírez,
coordinador Observatorio Económico y Social Universidad de La Frontera
Hace algunos días, un estudio del Ministerio de Transportes daba cuenta del aumento en las velocidades de desplazamiento de los vehículos en el área urbana, luego de la llegada del coronavirus a Chile y el inicio de los confinamientos, obligatorios o voluntarios, de la población. El fenómeno se explicaba porque al haber menor cantidad de automóviles y personas circulando en las calles, los conductores tendían a desplazarse a velocidades más altas.
Lo más preocupante de los datos que aportaba la investigación, cuyos números indicaban aumentos considerables en las velocidades promedio en las regiones del país, era que la menor cantidad de vehículos en las calles no redundó en una menor accidentabilidad, por el contrario, en varias regiones ésta aumentó.
Este fenómeno no es desconocido para la capital regional, donde el exceso de velocidad en algunas arterias de la ciudad es evidente a ciertas horas del día, a lo que se debe agregar una serie de otras irresponsabilidades cometidas por un número no menor de conductores, como el manejo no atento a las condiciones del tránsito, principalmente por la revisión del teléfono celular, o bien derechamente a causa de imprudencias, como no respetar la señalética vial.
Por ello, cuando el país atraviesa la crisis sanitaria más grande de los últimos cien años a causa de una pandemia por un virus cuya transmisión eleva el número de contagios de forma drástica día a día, provocando, desafortunadamente, la muerte de muchas de personas, se hace más que nunca un deber ciudadano el respetar las normas del tránsito.
Con ello, además de proteger la vida propia y la de los demás, se estará ayudando a poner todos los esfuerzos sanitarios en la recuperación de las personas que necesitan hospitalización para superar los cuadros graves de coronavirus, y no en atender a heridos en accidentes de tránsito, los que casi en su totalidad, siempre podrían evitarse.