Juan Carlos Poblete
Soy una taza, una tetera, una cuchara…" es parte de la canción infantil que sorpresivamente comenzó a sonar frente a varias casas de la comuna de Padre Las Casas.
Asombrados, los vecinos se asomaron a sus ventanas y vieron a un grupo de mujeres bailando con disfraces mientras, al otro lado de un portón, un niño gritaba de felicidad. Así fue la escena que se vivió en Padre Las Casas, donde las "tías" de un jardín infantil salieron a los frontis de las casas de sus pupilos a hacer un show artístico de baile y entretención didáctica, como una forma de reencontrarse con ellos al cumplir dos meses sin verlos.
"Los echamos de menos y ellos a nosotros, por eso nos organizamos para ir a verlos desde afuera de sus casas y así darles un momento de alegría, a ellos y a sus familias que sabemos que lo están pasando mal", cuenta Bárbara Arroyo (33), directora del jardín infantil "Manitos Pintadas" dependiente de la Municipalidad de Padre Las Casas.
El jardín que salió a la calle
El jardín infantil "Manitos Pintadas" fue fundado hace 10 años en calle Radal 443, en las cercanías del acceso sur de Padre Las Casas. Allí trabajan 11 funcionarias, todas mujeres: tres educadoras de párvulos y ocho técnicos en educación parvularia. El establecimiento funciona, normalmente, cada día entre las 08:30 y las 19:30 horas.
Las "tías" tienen dos turnos para poder cuidar, educar y entretener a 52 niños de dos niveles: 32 del "nivel Medio" y 20 de sala cuna. "Nuestros niños son pequeñitos: la menor tiene ocho meses y el mayor tiene tres años. Todos los días nos vemos con ellos y por eso, estar lejos de ellos por tanto tiempo, nos tiene haciéndonos volar en creatividad para encontrar formas para estar con ellos", cuenta la directora Arroyo.
Llevar alegría
La directora del jardín cuenta que, en marzo, estaban en pleno proceso de evaluación diagnóstica de cada uno de los pequeños cuando la pandemia obligó a que todos se fueran a sus casas.
"En este intertanto hemos ido diseñando y perfeccionando una estrategia para no restarnos de la cotidianidad de nuestros niños. Así fue como decidimos salir a hacer estos shows musicales afuera de los domicilios, pero también estamos haciendo talleres virtuales y videollamadas con cada uno", precisa.
Las parvularias saben que algunos padres deben continuar saliendo a trabajar y que otros, en cambio, están sin trabajo. Por lo mismo, reunieron cajas de alimentos para las familias de los 52 pupilos.
"Fuimos las primeras en hacer esto y nos encantaría que se replique. A nosotros nos encantaría volver a estar con ellos, pero sabemos que es peligroso. Mientras tanto, seguiremos saliendo a dar sorpresas a sus casas, llevándoles globos, dulces y mucha alegría en forma de canto y baile", concluye Bárbara Arroyo.
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Los echamos de menos y ellos a nosotros, por eso nos organizamos para ir a verlos desde afuera de sus casas y así darles un momento de alegría".
Bárbara Arroyo,, directora del jardín