Transformación digital
La actual pandemia que, lamentablemente, afecta a Chile y al planeta ha contribuido, entre otros aspectos, a acelerar la transformación digital que estábamos experimentando como sociedad. Esto lo podemos ver, por ejemplo, en el teletrabajo que están llevando a cabo muchas organizaciones, la teleducación que vienen realizando gran parte de los colegios e instituciones de enseñanza superior, y la telemedicina que están practicando diversos centros y profesionales ligados al área de la salud.
Y es que el confinamiento de las cuarentenas y la distancia social nos ha llevado a aislarnos físicamente, pero a utilizar masivamente las tecnologías y redes de comunicaciones existentes para, por el contrario, seguir conectados, educarnos y/o trabajar desde la casa, generando con ello un importante cambio en nuestra manera de vivir.
Herramientas como Teams y Zoom, entre otras, permiten hoy realizar a distancia reuniones de trabajo, capacitaciones, clases educativas y hasta ejercer profesionalmente, atendiendo a los clientes. Esto se suma al uso de otras aplicaciones que posibilitan compartir y almacenar información en la nube, realizar compras online, administrar las tareas, etc.
Sin embargo, a lo anterior hay que agregar otros conceptos que también han adquirido fuerza por estos días y que son la telemetría, gestión remota e Internet de las Cosas, tan cruciales en sectores como la minería, acuicultura, energía, transporte e industria en general.
Y es en este contexto en donde la tecnología satelital cumple un rol crucial, pues permite hacer realidad tales conceptos, sin importar el momento o lugar, entregando una amplia cobertura para llevar a cada rincón de nuestro territorio los beneficios de la transformación digital.
Daniel Malaiu gerente general de Tesacom
Laboratorios con planta local, un activo país
Entregar atención oportuna a las personas contagiadas con covid-19 y mantener el abastecimiento de medicamentos para los tratamientos de los pacientes, especialmente con enfermedades crónicas para evitar su descompensación, son grandes desafíos que realizan los funcionarios del sector salud y la industria farmacéutica.
Los laboratorios son considerados empresas de servicios críticos y es un deber continuar con sus operaciones. Esto es especialmente sensible en aquellos con planta de producción local ya que permiten dar mayor seguridad de stock porque no se enfrentan a una eventual retención por parte de otras naciones y los despachos se pueden realizar con mayor fluidez. Pero también ha sido relevante para preservar la operación de la planta, la disposición de la autoridad de salud local, especialmente el Instituto de Salud Pública (ISP), para abrir en forma proactiva canales de comunicación con la industria. Correos informativos y de coordinación para la verificación de stock de productos; el uso de plataformas informáticas para reuniones en el marco de la Ley de Lobby y la posibilidad de descargar resoluciones con firma electrónica, cuyo retiro antes se realizaba únicamente en forma física, son algunos ejemplos.
A ello se suma la autorización para elaborar durante esta pandemia productos indispensables, como el alcohol gel, a compañías con planta de producción de medicamentos como Synthon. Un aporte relevante de la industria local considerando el riesgo de desabastecimiento de alcohol gel que hay en el país y los cuestionamientos a la calidad de algunos artículos que se comercializan por la baja presencia de alcohol.
Esta disponibilidad, junto con aquellas que siguen en desarrollo como la evaluación y aprobación de registros sanitarios para fármacos que han demostrado bioequivalencia, han permitido una nueva forma de relacionamiento teniendo como norte la respuesta a tiempo para los chilenos. La continuidad operacional de la industria farmacéutica, especialmente las que tienen planta local, es un activo país que se debe cuidar en beneficio de los pacientes.
Q.F. Carolina Aravena directora técnica Synthon Chile
Una pena
Para quienes debemos transitar por el centro de Temuco, sea porque no hacemos teletrabajo o porque vamos a cumplir trámites, llama la atención cómo comienzan a aparecer los primeros daños irreparables que está dejando la pendemia, con restaurantes y tiendas, algunas emblemáticas y otras menos conocidas, que están cerrando sus puertas de manera definitiva.
El coronavirus está golpeando fuerte en materia económica, dejando a la gente cesante, cerrando sus fuentes de trabajo, haciendo todavía más terrible lo que ha dejado la cuarentena y el miedo terrible a contraer el contagio.
Realmente este 2020 ha sido un año para olvidar, para guardar bajo llave como la peor de las pesadillas.
Marianela Mora