La Araucanía… los eternos postergados
Siempre pasa algo. Siempre hay algo que sepulta los intentos por avanzar en soluciones a los profundos problemas que aquejan a La Araucanía. Desgraciadamente sus demandas históricas y sus necesidades endémicas, no solo persisten, sino que se agravan. Las carencias de la región más pobre de Chile se ven con especial fuerza en estos tiempos de pandemia. Durante estos últimos meses, donde la violencia y pobreza aumentan y la inversión sigue desapareciendo, una vez más somos los postergados.
Si bien el 24 de septiembre de 2018, a los pies del cerro Nielol, el Presidente Sebastián Piñera dio a conocer su propuesta de Acuerdo Nacional para La Araucanía, a menos de dos meses de este anuncio se produjo la lamentable muerte de Camilo Catrillanca, y con ello la notoria dilación del gobierno en la agenda por La Araucanía y en política indígena. Los avances del plan que contemplaba ejes en materia de desarrollo económico, medidas respecto de los pueblos indígenas y acciones para prevenir hechos de violencia junto con apoyo a las víctimas, perdieron prioridad y nuevamente otras necesidades ocuparon su lugar en la urgencia pública. Particularmente en materia indígena quedaron sepultados, por ejemplo, el proceso de consulta para la modificación de la Ley 19.253 en materia de tierras, los proyectos de ley de la nueva institucionalidad indígena, la iniciativa de generar una representación política de los pueblos y el anhelado reconocimiento constitucional de estos.
Desde la Fundación Aitue, creemos que aún hay tiempo para avanzar en estas materias y que incluso en las particulares circunstancias que estamos viviendo, se puede dar mayor celeridad tanto la agenda por La Araucanía, como en la agenda indígena. Los diagnósticos están claros y hay consenso en las soluciones. La Comisión Asesora Presidencial por La Araucanía (2016) y el Acuerdo Nacional por La Araucanía (2018) debieran ser la guía de este avance y una clara forma de medir sus avances y resultados.
Rosemarie Junge, Carlos Llancaqueo, Modesto Huenchunao, monseñor Héctor Vargas, Andrés Millanao, José Miguel García, Lorenzo Dubois, Joaquín Tuma, María Elizabeth Brand. Directorio Fundación AitueLo que el virus se llevó
El virus conocido como covid 19 desde que llegó a Chile se ha llevado padres, madres, hijos, familiares, amigos entrañables, un montón de sueños que nunca se materializarán, ideas que se quedaron en el papel, abrazos que deberán ser guardados como vívidos recuerdos, la libertad de vivir el libre albedrío, la tranquilidad y nos dejó la intranquilidad, el temor a lo desconocido y tantas otras cosas que, a medida que pasa el tiempo de cuarentena, las vamos echando de menos o notamos más marcadamente sus ausencias.
Ocupando la frase de Scarlett O´Hara de la última escena de "Lo que el viento se llevó", ojalá que más pronto que tarde podamos decir... "Mañana será otro día" y no sigamos pensando "mañana será más de lo mismo". En gran parte de nosotros mismos depende, para que el covid 19 no se siga llevando a quienes más queremos o lo que hemos formado con tanto esfuerzo y cariño.
Luis Enrique Soler Milla
No es la primera vez
Estos días he podido apreciar la triste realidad de muchas familias que sobreviven a través de un beneficio que muchos no han recibido todavía. Hay muchos comentarios que circulan a través de redes sociales en un grupo oficial de las becas estudiantiles lo cual me he podido comunicar con gente de mi universidad familias y amigos que son indígenas y residentes de una misma comunidad, los que postulan cada año ya sea de enseñanza básica media o superior, ya que se supone que la misma Junaeb o la municipalidad de Temuco te pide diversos requisitos los cuales encuentran en su sitio web (www.portal becas.cl).
Ahora, en medio de esta pandemia, muchas personas necesitaban para útiles de aseo o mercadería. Supuestamente el dinero venía retroactivo en este mes y en el siguiente ya que por apellidos paterno y materno tienen de primera a tercera generación indígena para postular con esos requisitos. Yo seré madre con solo 19 años de edad, soy tercera generación, y pertenezco a una comunidad indígena y en enseñanza media obtuve este beneficio sin problema.
Ahora, desde fines de marzo 2020 estaban a la espera de los primeros resultados pero publican en el portal de becas "no hay información, en revisión y no becado" que estaban bajo el corte de apelación de los requisitos hasta ya pasado el 5 junio 2020.
Solo dicen que el día 5 julio de 2020 saldrán los últimos resultados y que estemos revisando el portal de becas y "no perdamos la esperanza".
¿Porqué no pueden respetar y verificar bien la información de las personas vulnerables?, ¿por qué esperan que lleguemos a enseñanza superior y nos quitan un beneficio?
¿Para qué seguiremos esperando si cuando uno llama a los números para que nos expliquen y solamente nos dicen "espere en línea y será comunicado con un ejecutivo del portal de becas" esperando horas y horas porque la página esta "saturada"?
Hay mucha gente preguntando. ¿Porque somos indígenas nos rechazan así? No es primera vez que sucede algo así con los beneficios.
María José Albarrán Jiménez, estudiante UCTemuco