Tres meses han transcurrido desde el momento en que los deportistas de alto rendimiento y los deportistas aficionados de la Región entraron a un periodo que los alejó de las prácticas formales y de las competencias.
La extensión del instante de sequía ya empieza a dejar secuelas.
"Después de un periodo tan extenso empiezan a aparecer síntomas. El deporte está asociado a actividades con entrenadores y compañeros y cuando se pierde ese vínculo por largo tiempo se generan sensaciones de ansiedad y depresión. Obviamente todas esas situaciones se ven acentuadas en contextos de encierro", explica Ronald Velásquez, sicólogo deportivo y director del Centro Nous.
"Con todo este escenario, los deportistas profesionales y quienes hacen deporte de manera aficionada empiezan a experimentar una disminución de neurotransmisores como la endorfina (genera sensación de felicidad), serotonina (placer) y dopamina (motivación). También baja la morfina, que disminuye la sensación de dolor. Eso explica, por ejemplo, que cuando se vuelve a hacer ejercicio después de un periodo de inactividad aparecen molestias que no estaban antes", añade Velásquez, quien extiende su análisis y propone alternativas para contrarrestar los efectos del panorama actual.
Nivel de exigencia
"Lo que recomiendo en este periodo es entrenar con un nivel de exigencia medio o alto. Hay que acercarse a lo que se hace en prácticas en periodo de competencia", expresa el también académico de la Universidad Autónoma.
Antián Peret, preparador físico de AB Temuco Ufro, aporta más antecedentes. "Lo que más se pierde en este periodo es el ritmo de competencia y la realidad de juego. Nunca será lo mismo entrenar que competir", afirma Peret, quien puntualiza que los deportes colectivos son los que más sufren en el esquema actual.
"Lo que pasa es que no trabajar con el compañero al lado y el no realizar trabajos ya internalizados afecta mucho. El recuperar lo que se estaba haciendo antes costará un montón. Yo estimo que se necesitarán entre nueve y 12 semanas para retomar los niveles de competencia", acota el también director del área de carreras de actividad física y deportes del Centro de Formación Técnica Santo Tomás.
"Lo que propongo en el contexto actual es entrenar con una buena frecuencia y potenciar especialmente las zonas donde el deportista se resiente con mayor recurrencia. El trabajar el fortalecimiento muscular es muy útil", añade Peret.
Claudio Aravena, tenista del Club Unión de Padre Las Casas y ganador del último Máster Regional también entrega su punto de vista.
"Este periodo sin competencias y de muy poca actividad ha sido difícil. Sé que hay compañeros que muestran señales de ansiedad y estrés. Eso los ha llevado a comer más de lo normal y a subir de peso", sostiene Aravena.
"Ha pasado mucho tiempo desde que empezó todo esto y eso es lo que más complica. Estamos acostumbrados a otra cosa", subraya Aravena, quien espera que poco a poco se entreguen las autorizaciones para normalizar el deporte local.
Los permisos para que eso ocurra dependen de la evolución que tenga la pandemia en La Araucanía. Antes de conseguir esas autorizaciones, el estrés y la ansiedad se perfilan como acompañantes de quienes cultivan la actividad física en la Región.