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GIRO DE 180°

Con la llegada de la pandemia, el escenario en el que nos movíamos cambia para todo el mundo. Pero particularmente se transforma en un reto mayor para dos grupos profesionales o laborales: los trabajadores de la salud y los trabajadores de la educación, quienes - a juicio de la psicóloga educacional y directora de la carrera de Psicología de la UA, Ana María Salinas - son quienes realmente hoy están en la primera línea, y por ende, requieren de un respeto mayúsculo y apoyo extraordinario para que no decaiga la calidad de su función, y no se descuide su calidad de "persona".

"En el estudio que hicimos con grupos focales, que involucró a profesores y a los facilitadores con los que trabaja AraucaníAprende - fundación que abarca 300 escuelas, 4 mil familias y 1.200 docentes - la principal necesidad que asomó fue la de compatibilizar el trabajo con la familia (…). Ahí empieza a haber una primera situación de estrés que es difícil de visualizar, y que requiere de un espacio de contención y desahogo, y también un espacio para aprender nuevas estrategias", explica la psicóloga.

De esta situación también da cuenta, desde la experiencia, la profesora de inglés, Leonor Flores Espinoza, madre de tres hijos que hace clases en la Escuela AMI y en el Liceo España de Temuco, y quien por estos días debe lidiar con el hecho cierto que menos del 50% de sus alumnos "asisten" a las clases virtuales que organiza y prepara.

"Siento que en el día avanzo más lento, porque al final uno tiene que hacer de todo (…). Lo que antes me significaba dos horas de tiempo ahora es todo el día y avanzando de a poquito, porque hay que ocuparse de diversas situaciones que, si bien se pueden prever, muchas veces se escapan de nuestro control", relata Leonor.

Esta falta de control es reconocida igualmente por la profesora de segundo año básico, Evelyn Quevedo Fuentealba, que si bien tiene un curso de 8 alumnos, admite que en un comienzo el giro de 180 grados que significó la pandemia para el ejercicio docente hace que también sea un caos organizarse para ella.

"En un comienzo para mí fue un caos, no sabía cómo organizarme. Tenía que compatibilizar ser dueña de casa, mamá, esposa y profesional, y aparte de eso estaba el temor por la pandemia, entonces, de apoco tuve que irme ajustando, sin de dejar de lado a mi hija, porque me estaba concentrando mucho más en mi responsabilidad profesional que en mi familia, lo que resulta paradójico cuando ahora se trabaja desde la casa. De a poco lo he resuelto, por último, quedándome hasta más tarde", confiesa Evelyn.

EXPERIENCIAS

Lo cierto es que no lo han tenido fácil estas y otras profesoras y profesores. Todas concuerdan en el hecho que hubo que habituarse a un nuevo escenario de golpe y porrazo, y curiosamente, para ellas, lo más difícil no ha sido asumir el uso de herramientas tecnológicas al servicio de la enseñanza-aprendizaje, sino las brechas sociales y emocionales con que se han encontrado de golpe y que imponen nuevos retos, mucho más que antes.

A la pregunta ¿cómo se las han arreglado para dar continuidad a la tarea educativa? Las tres docentes entrevistadas concuerdan con que han hecho uso de todos los recursos disponibles, plataformas y dispositivos, pero asumen que existen situaciones por resolver aún y que la dimensión psicosocial, sobre todo la tarea de mantener la comunicación con sus alumnos y alentar a los padres a seguir apoyando la tarea educativa, son un reto constante y un trabajo extra que, prácticamente, implica un horario completo de 24/7.

"Yo he hecho hasta lo imposible, llamando hasta por teléfono, cosas que no hacíamos, porque muchas veces nos sentimos con la responsabilidad de que el sistema funcione para todos. En este sentido hay un desgaste mayor para los profesores. Siempre estamos llamando a los apoderados y a los estudiantes para saber por qué no se conectaron. Porque lamentablemente aquí hay brechas sociales, educativas y reales problemas de acceso a un internet de buena calidad", comenta Leonor Flores Espinoza.

"Yo comencé enviando libros y material de estudio para mis niños de kínder. Pero no hubo caso con las vías más lógicas en uso. Además, había problemas de acceso a internet. Lo que me resultó mejor fue el Whatsapp y Youtube. Si bien aún no logro habituarme a esta nueva realidad, frente al desgano que comienza a sentirse de parte de las madres, hablé con algunas colegas para cruzar información y decidí cambiar la estrategia. Hablé con mi director y lo que haremos es comprar una batería de juegos como tangramas, puzzles y pizarras mágicas, para usar el juego con un propósito educativo. Esto también porque el Mineduc nos dice que lo primordial son las emociones y que al niño (a) hay que tenerlo (a) estable y feliz", cota Patricia Andrade del Río.

El acceso a una buena red de internet, es también puesto en evidencia como un reto diario en la tarea docente por la profesora Leonor Flores. Fruto de estudios que han realizado al interior del Liceo España, la profesora explica que si bien el 95% de los alumnos tiene acceso a redes sociales, no tiene acceso a un buen servicio de internet para conectarse a clases a través de Google Meet o Zoom, situación que se hace más patente entre el alumnado de la Escuela AMI.

Fruto de esta brecha tecnológica o de calidad de servicio, Evelyn Quevedo explica que si bien ha elegido hacer clases en línea ha tenido que adaptarse para aquellas familias que no pueden conectarse con regularidad. Para un grupo de sus alumnos ha optado por la edición de cápsulas informativas que resumen sus clases y agrega material complementario que comparte con ellos en sus teléfonos o en los dispositivos celulares de sus madres, y paralelamente, hace uso de video llamadas para reforzar el apoyo afectivo y emocional de sus estudiantes y sus madres. "Si desaparecen muchos días los llamo y hago un seguimiento para saber qué pasa y qué necesitan", acota.

SESIONES

Producto del notable giro que tuvo la educación desde abril a la fecha, la profesora Leonor Flores hace hincapié en que el sector docente tuvo que adquirir ciertas competencias y adoptar tecnologías al servicio del ejercicio profesional, sin embargo, como han tenido que asumir también situaciones del ámbito personal de las familias de sus alumnos, además de las propias, hoy considera necesario el reforzamiento de la salud mental o emocional del gremio para afirmar su compromiso y capacidades.

En este sentido emerge hoy el programa "sesiones de conversación" de AraucaníAprende, cuyo director ejecutivo, Carlos Dreves define como un necesario apoyo a la "persona docente".

"Entendimos que era necesario apoyar a los educadores, porque si este engranaje fundamental de la educación se estresaba en sus cimientos, los alumnos tendrían mayores dificultades para proseguir en sus aprendizajes", detalla Dreves.

La directora de la Carrera de Psicología de la Universidad Autónoma de Chile sede Temuco, Ana María Salinas, explica que las sesiones serán para grupos de no más de siete docentes y facilitadores de la fundación, presididos por un profesional de la psicología e implicarán un abordaje clínico, organizacional y educativo, para generar acompañamiento, contención, entregar herramientas de gestión y acerca de cómo está ocurriendo el aprendizaje ahora.

La académica cree en la capacidad de los docentes y, en general, en la capacidad del ser humano para adaptarse a nuevos escenarios, algo - dice - en lo cual los chilenos podemos dar cátedra. Por ello cree que los profesores saldrán fortalecido de esta crisis, y explica el ¿cómo?

"Lo que tenemos que valorar es que el ser humano evoluciona. Hemos superado muchas situaciones complejas, pero no solos. No nos olvidemos que colaborativamente lo vamos a resolver mejor, en tribu vamos a ser la especie que sobrevive. Ese es el paso que hay que dar, dejar de estar aislados de nuestros equipos, volver a conectarnos. Somos resilientes y, en Chile, vaya que lo somos. Estamos atravesando una situación rara, pero no debería descolocarnos, porque hemos pasado por mucho como sociedad chilena, y un buen profesor puede seguir siendo un buen profesor siempre que trabaje colaborativamente y que comprenda que hay necesidades distintas".