Correo
La agricultura como eje principal de la economía de un país
El Estado gasta recursos de todos los chilenos en un Parlamento para que rija los destinos de este país, pero el poder lo tiene el empresariado.
Tenemos Ministerio del Medio Ambiente, pero se contamina y se privatiza lo poco de agua que está quedando debido al cambio climático, calentamiento global y al mal manejo de este importante recurso natural. Algo no funciona, además con el engañoso argumento de la inversión extranjera, que no fue más que plantaciones de pinos y eucaliptus, con esto se llegó al fin de la agricultura, que desempeña un papel crucial en la economía de un país, que es la columna vertebral del sistema económico, social y ambiental, ya que de esta depende la alimentación primaria de millones de personas de la mayoría de los países del mundo, y no solo proporciona alimentos y materias primas, sino también empleos a una importante cantidad de la población. Además, se evitan las migraciones a las ciudades más grandes.
Aquí es donde el Estado juega un papel importante ya que con cada gobierno de turno se deberían crear leyes para recuperar y reforzar la agricultura y ganadería como eje principal de nuestra economía, darle la real importancia puesto que, desde tiempos ancestrales, gracias a la agricultura se encontró la solución para el abastecimiento regular de los seres humanos y con ello, la reducción de la mortalidad de los mismos.
Las actividades agrícolas además tienen consecuencias ambientales, pues construyen el paisaje y aportan ventajas medio ambientales en la conservación del suelo, preservando la biodiversidad y procurando una gestión sostenible de los recursos naturales.
No es muy bien visto para el resto del mundo que se estén haciendo ollas comunes en poblaciones de nuestro país y además comprando granos y legumbres a otros países habiendo sido un país autosustentable con el sistema agrícola que existía. Doy como ejemplo lo que pasó con las provincias de Malleco y Cautín, siendo Malleco hace tres décadas el granero de Chile, hoy está sumido en la sequía y pobreza de sus habitantes, teniendo que migrar a la capital. La mayoría, sin tener ninguna experiencia en otras actividades que no sea la agricultura, vendieron sus tierras obligadamente, agricultores que tuvieron que dar un giro a sus vidas para subsistir a esta grave situación.
Todas estas personas ahora son un problema para el Estado, problema creado por el propio Estado.
José Lino Mardones
El costo político
La votación en la Cámara de Diputados, sobre el retiro del 10% de los fondos previsionales, nos ha dejado varias lecciones: por un lado está la evidente pérdida del poco capital político que le quedaba al Presidente Piñera. Fue él quien lideró las negociaciones con su coalición y no logró revertir el resultado. Además, está la incapacidad del Gobierno de actuar proactivamente. Una vez más llegó tarde con sus propuestas.
El rescate del 10% ya estaba arraigado en la sociedad, cuando La Moneda reaccionó con alternativas que, siendo buenas y objetivamente atractivas, no lograron revertir la oportunidad social de recuperar parte de los fondos ahorrados y, de pasadita, doblarle la mano a las AFP.
Otra lección fue que el populismo no puede acaparar la agenda pública. Ni los ofertones del Gobierno, ni las amenazas de la oposición tienen cabida en un tema tan sensible como la situación de extrema precariedad que están viviendo muchos hogares chilenos; menos hacer de una votación tan relevante, un show con bailes estilo Naruto, garabatos en pantalla y cacerolazos en el hemiciclo.
Pero quizá la lección más importante de esta votación es que el actual sistema de pensiones no cumple el objetivo para el cual fue creado y requiere de una reforma profunda que migre del actual modelo a uno más justo que involucre una mayor cotización individual (con aporte del empleador); un pilar solidario más robusto y generoso; una redefinición de las edades de jubilación; mayor competencia en la administración; y el término del actual sistema de retiro de las Fuerzas Armadas y de Orden: no puede ser que su costo sea prácticamente igual al pilar Solidario, siendo que en el caso de los primeros corresponde a alrededor de 170 mil uniformados y el segundo a más de 1.2 millones de trabajadores.
Si queremos avanzar en mejores pensiones deberemos dejar de discutir aspectos formales y entrar de una vez por todas, con los costos políticos que ello signifique, en una real y profunda reforma al sistema previsional, que a 40 años de su creación ha demostrado, que tal como actualmente está, no sirve.
Felipe Vergara , U. Andres Bello
Doble inconstitucionalidad
Lo más grave de la votación del miércoles 15 en la Cámara de Diputados sobre el proyecto de reforma constitucional para permitir el retiro de parte del ahorro previsional es el atentado contra el orden institucional de la República que ello significa, por cuanto tal reforma adolece de una doble inconstitucionalidad: por una parte, porque al referirse a una materia de iniciativa legislativa exclusiva del Presidente de la República según lo establece el artículo 65 de la Carta Fundamental constituye un fraude a la Constitución y, por otra, porque al recaer en el capítulo III de ella su aprobación requería de las dos terceras partes de los diputados y senadores en ejercicio.
Adolfo Paúl Latorre