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La vida tardó 700.000 años en recuperarse tras el fin de los dinosaurios

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shutterstock

U na investigación internacional reveló que la vida tardó "solo" 700.000 años en recuperarse en el lugar donde impactó el asteroide que acabó con los dinosaurios.

El estudio, publicado esta semana la revista 'Geology', aportó nuevos datos sobre cómo y por qué se recuperó tan rápidamente la vida en la zona donde impactó el asteroide que acabó con los dinosaurios (Chicxulub, en Yucatán, México).

La investigación pone de manifiesto la rápida diversificación y estabilización de la comunidad bentónica (la formada por los organismos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos), tras el impacto del asteroide que ocasionó la extinción en masa de final del Cretácico (K-Pg). Revela además que, tras la rápida recuperación inicial de algunos organismos, ocurrida en el rango de las pocas decenas de años, la vida en el fondo marino del cráter volvió a niveles de abundancia y diversidad similares a los previos al impacto en solo 700.000 años, un tiempo significativamente rápido a escala geológica.

El impacto del asteroide tuvo lugar hace unos 66 millones de años, y ocasionó una de las cinco grandes (Big Five) extinciones en masa del Fanerozoico, la correspondiente al límite Cretácico/Paleógeno que provocó la desaparición de los dinosaurios de la faz de la Tierra.

Se trata de un cráter de 180 kilómetros de diámetro provocado por este asteroide, cuya violencia ha sido comparada con la de mil millones de bombas atómicas.

El impacto alteró significativamente el medio a nivel global, produciendo grandes terremotos de magnitud superior a 11 en la Escala de Richter, tsunamis de entre 100 y 300 metros de altura, aumentos de temperatura, fuegos a distancias de entre 1.500 y 4.000 kilómetros del cráter y lluvias ácidas, entre otras catástrofes.

Como consecuencia, se extinguieron alrededor del 70 % de las especies marinas y continentales que vivían en ese período, lo que supuso un gran cambio en la evolución de la vida sobre la Tierra, con importancia sobre las especies que habitan en la actualidad.

Análisis icnológicos previos llevados a cabo en el cráter del impacto en Chicxulub ya pusieron de manifiesto la rápida recuperación inicial de la comunidad tras el impacto.

El objetivo de la nueva investigación era evaluar las distintas fases de la evolución tras el impacto del asteroide, y calibrar cuándo tuvo lugar la completa recuperación de la comunidad bentónica hasta alcanzar niveles de diversidad y abundancia similares a los previos al impacto.

Los resultados obtenidos por el catedrático del departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, Francisco Javier Rodríguez-Tovar, revelan que, aproximadamente a los 700.000 años tras el impacto (un tiempo significativamente rápido a escala geológica), la comunidad de organismos generadores de trazas se había recuperado completamente, como lo atestigua el abundante registro de Chondrites, Palaeophycus, Planolites y Zoophycos.

"Sin embargo, esa recuperación no fue brusca, sino producto de distintas fases de diversificación, estabilización y consolidación", detalla.

A tenor de las características de las trazas y los organismos que las generaron se confirma, explica, la importancia de la productividad biológica como el factor clave de esta rápida recuperación.

reproducción de la caída del mateorito en yucatán, méxico.

Maracanazo: mitos y verdades según un algoritmo uruguayo

Cuando se cumplen 70 años de la final del mundo que dejó a Brasil en el suelo, un ingeniero informático creó una aplicación que siguió a cada jugador a partir del relato del partido y pudo obtener datos como la posesión del balón de cada equipo.
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AP - captura de pantalla twitter tyc sports

Mitos y verdades han rodeado durante 70 años a uno de los partidos más memorables de la historia de los mundiales de fútbol: el "Maracanazo", en el que la selección de Uruguay derrotó en la final de un Mundial a la poderosa Brasil en su casa por 1-2, y que un algoritmo uruguayo reveló esta semana, porque el encuentro se jugó el 16 de julio de 1950.

El partido fue "un infierno" para Uruguay y Brasil fue un equipo "muy superior". Estos son algunos de los mitos que se han levantado tras este encuentro, que gracias a la tecnología informática y un relato radiofónico de la época se han logrado descifrar para una aproximación casi real a los acontecimientos.

Se trata de un algoritmo informático que, partiendo del relato de ese partido y su transcripción a texto, lo procesa y encuentra "todos los instantes donde los jugadores tienen protagonismo" y reconoce a cada jugador por separado y, a partir de eso, se modela lo que se llama "una máquina de estados temporizada".

Las estadísticas

Así lo explica el ingeniero informático creador de este sistema, Pablo Sartor, quien destaca que a partir de su aplicación pueden extraerse estadísticas como porcentaje de posesión de pelota de los equipos, porcentaje de actividad o intensidad de trabajo que tuvo cada jugador y la evolución de ese número a lo largo del partido.

De acuerdo a los resultados obtenidos, afirmó que se encontraron con "algunas afirmaciones clásicas" sobre ese partido que tienen asidero y otras que no lo tienen.

"Yo crecí escuchando que ese partido había sido un infierno para Uruguay, que Brasil era un equipo muy superior y que, a base de garra y soportar el partido y aprovechar muy bien las chances que tuvo Uruguay, lo había ganado 2-1", expresa el ingeniero.

Sin embargo, tras el análisis del partido lo que surge, en cuanto a la posesión de la pelota, se obtuvo que globalmente fue un 60% -40%, lo que indica que Brasil tuvo "un poco más la pelota, pero no exageradamente".

Otro dato extraído del estudio fue que luego del primer gol brasileño la posesión cambió a 57% -43 % y al cabo de 33 minutos, cuando Uruguay anotó dos goles, se nota un cambio "muy fuerte" en las estadísticas en la posesión de Brasil que vuelve a ser mayor, con el 64 % y 36%, respectivamente.

"Se ha dicho tradicionalmente que el segundo tiempo con los goles se volvió más intenso y en realidad lo que observamos nosotros es que la dinámica del partido cayó en el segundo tiempo. Cae Brasil 18% y Uruguay 11%. Esto entendido como la cantidad de rotación de la pelota entre distintos jugadores. En el primer tiempo hay más juego asociado y toque", explica Sartor.

Máspoli se aburrió

Para Sartor, quien también es profesor en la Escuela de Negocios de Montevideo, un dato curioso del segundo tiempo es que, a pesar del dominio brasileño en la posesión del balón, en los últimos 11 minutos del partido el arquero celeste Roque Máspoli tuvo en ese lapso menos trabajo que el que tuvo en la primera mitad.

"Lo que uno puede ver a través de este análisis es que este fue un partido entre dos estilos diferentes. Un equipo de mucha posesión de la pelota frente a otro más vertical y agresivo, pero un partido parejo en el cual uno de los dos equipos tiene siete chances y otro seis (...). El resultado podría haber sido un empate o ganado Brasil por un gol. No tiene nada de increíble ni afortunado", asevera.

Sartor insiste en que estos resultados "echan por tierra" una tradición de considerar ese partido, más allá del talento de los jugadores, "muy afortunado" para Uruguay o en el que los celestes obtuvieron un resultado "inmerecido" de acuerdo al trámite.

Además, defiende que el factor de diferencia que un humano generaría como datos de posesión de balón ronda entre 5% y 10% de diferencia con el algoritmo, que es lo que surge del relato de radio.

A Sartor y su equipo les queda "la satisfacción" de aportar un "grano de arena" para que se entienda lo que "realmente sucedió" en esos 90 minutos, "abstrayéndose" tanto del contexto del entorno previo y de las 200 mil personas en las tribunas.

"Es hacer justicia también con esos futbolistas, en el sentido de que a nosotros nos gusta repetir que eso fue una hazaña, que ese día lograron algo imposible y si uno repite eso lo único que está diciendo es esos jugadores no estaban a la altura del rival y ese día con esfuerzo, garra y fortuna lograron algo impensado que estaba fuera del calculo", concluye.

Juan Alberto Schiaffino anotó el primer gol de Uruguay.

Ghiggia celebra su anotación ante Brasil en el Maracaná.

de posesión de balón tuvo Brasil durante el partido, contra 40% de Uruguay, lo que indica que "Brasil tuvo un poco más la pelota, pero no exageradamente".

perdió Brasil la final del año 1950, en el Maracaná. Los goles fueron de Friaça para los locales y de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia para los uruguayos.