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Foto: Rocío Cuminao Rojas / Agencia UNO

"(Chile Comparte) lo que hicimos fue armar una red de almaceneros en regiones y comunas, donde a las familias ahora pueden ir a buscar insumos al negocio más cercano".

"Hoy hay un porcentaje en aislamiento, pero alrededor de 40 personas siguen en calle. Por ello, lo que decidió el Hogar de Cristo es mantener abiertas las hospederías de noche".

"Hemos llegado a plantear que después de esta pandemia el Hogar de Cristo va a ser distinto, pensando en capacidad, en cuanto al volumen de personas que podemos cobijar en los programas".

extra, sobre todo por el tema de los ingresos. Es una necesidad para la cual tienen que entrar recursos frescos y no solo una caja de alimentos que viene a paliar una circunstancia bien particular. Entonces, tomamos estas dos variables, la salud y la vulnerabilidad económico-social, que tiene que ver cómo hoy esta pandemia está afectando y haciendo visible que la estructura económica que tenemos no responde al desarrollo de las familias.

- Pedro, como profesional cercano a un tema global y fundamental como es el hambre. ¿Qué puede decir sobre esta realidad local a julio de 2020?

- Lo que nosotros planteamos hoy es que tenemos 45 mil personas con escasez alimentaria en la Región y esto se refleja, por ejemplo, en los más de 30 comedores solidarios que se instalaron en distintos sectores de Temuco. Aquí hay historia. Los comedores siempre han existido y son parte de la historia de los sectores más vulnerables, ya sean los de parroquias o de sedes sociales, siempre han existido (…). Lo que pasa es que hoy se masificó y volvemos al punto de preguntar ¿qué tan frágil veíamos esta sociedad y a esta economía particular? Donde sentíamos que cada uno de forma individual podía satisfacer sus necesidades, y que quizás la alimentación no era tema, pero en realidad siempre ha estado. Hoy esto se masifica y se visibiliza porque muchas personas que tenían ingresos familiares precarios al perderlos requieren ayuda. El alimento es fundamental. Desde nuestros programas, como Hogar de Cristo hemos entendido que la alimentación es un pilar para el desarrollo de las personas. Nadie se puede acostar con el estómago vacío. Nosotros hace dos años ya teníamos comedores para adultos mayores y personas en situación de calle, y hoy esos comedores están en manos de personas voluntarias que los han mantenido.

- Como se dijo, ¿no es que hayamos vuelto a revivir escenas de los 80's?

- No, no es que hoy haya una nueva realidad de comedores de los años 80, sino que hoy se visibiliza porque se manifiestan más personas que, en un minuto y con vergüenza, han tenido que llegar a ellos. Y eso ha sido preocupante. Aunque primero hay que felicitar la solidaridad que ha habido (…).

- Ustedes están trabajando en paralelo a la ayuda estatal con una modalidad innovadora en alimentación, ¿de qué se trata?

- Hace tres meses hemos desarrollado lo que se llama Proyecto Chile Comparte, que nace de la necesidad de llegar con alimentos a los sectores más vulnerados. Para ello hicimos una alianza con Fundación Techo Chile y Fondo Esperanza con la idea de llegar primero a 5 mil familias, aunque hemos ido aumentando. Primero entregamos cajas, pero nos dimos cuenta que la acción no podía ser centralizada. Así que, a través de la coordinación con Fondo Esperanza, que trabaja con microcrédito y con almaceneros, lo que hicimos fue armar una red de almaceneros en regiones y comunas, donde a las familias ahora pueden ir a buscar insumos al negocio más cercano. Aquí hay una canasta, un listado de productos, pero además hay un monto de alrededor de 17 mil pesos donde la familia puede decidir qué comprar y así ajustar la compra a sus necesidades. Esta ayuda se activa en dos días, por lo tanto, la ayuda llega más rápido. Y en paralelo, apoyamos la economía local a través de los almaceneros, con lo que se produce un círculo bien virtuoso.

- ¿A qué familias llega Chile Comparte?

- La selección de las familias viene de los mismos programas que tenemos y están identificadas por las tres instituciones involucradas. Con este modelo se evita el gasto de transporte y de distribución. Y vuelvo a insistir, prima la rapidez de respuesta, porque solo en dos días se activa el beneficio, y se produce un círculo virtuoso.

ADULTOS Y CALLE

- Esta institución trabaja con la población más vulnerables de la Región. Uno de los grupos de riesgo identificado desde un comienzo en esta emergencia es el segmento adulto mayor. ¿Cómo está este grupo humano en La Araucanía desde el punto de vista del Hogar de Cristo?

- Tenemos dos variables aquí. Primero, hoy trabajamos directamente con más de 300 adultos mayores en forma focalizada y ambulatoria, porque después están los programas residenciales. A ellos les tocó fuerte el tema de la pandemia, y no solo por la fragilidad de sus ingresos o el acceso a medicamentos, sino por el hecho de vivir solos en este aislamiento social que se generó. Esto los ha perturbado mucho. La soledad que ya viven en forma regular se intensificó, porque si bien a través de acciones del Hogar de Cristo, del voluntariado o de algunos vecinos, ellos pueden tener alguna relación o ayuda, esto de un minuto a otro se detuvo por la emergencia e hizo que esta población terminara siendo mucho más frágil en los vínculos sociales. Ahí ha habido todo un trabajo que el hogar ha tratado de mantener con distintas propuestas (…). Nosotros creemos relevante poder insertar la idea que los adultos mayores no pueden quedar solos y aislados. En la Región hay un alto porcentaje de adultos mayores, y muchos viven solos o dependen un cuidador que también es adulto mayor. Desde ahí la necesidad de proveerles alimentos, insumos médicos y elementos de protección personal. Sentimos que hay mucho adulto mayor invisibilizado para el Estado y eso hace frágil su vinculación con el entorno, más cuando hay también una brecha digital importante que juega en contra.

- ¿Cómo lo han hecho para gestionar sanitariamente residencias como el Hogar de Larga Estadía de Nueva Imperial?

- Lo que hemos visto habitualmente en las noticias es que las personas que viven en residencias son el mayor porcentaje de adultos mayores que fallece (…), desde este punto de vista ha sido una preocupación permanente mantener protocolos activos, separación de espacios, áreas de aislamiento, elementos de protección personal para los trabajadores y un trabajo en red con Salud y Senama para ir conteniendo esta situación.

- ¿Cómo ha sido el trabajo con personas en situación de calle en este tiempo?

- Es complejo, por dos particularidades. Por no contar con dispositivos necesarios para atenderlos, un lugar para aislamiento, y hubo una disyuntiva desde la institución al decidir si cerrábamos puertas y hacíamos cuarentena, qué pasaba con las personas que no entrarían en esta cuarentena y quedarían en la calle. Eso nos tensionó mucho. Los dos primeros meses fueron bien dificultosos, y recién ahora con la Red Protege Calle que obtuvo la Seremi de Desarrollo Social se pudieron abrir albergues que están en cuarentena con personas de calle, pero eso a dos meses de iniciada la pandemia. Así que lo primero fue una fragilidad de dispositivos y, segundo, el tema de salud de ellos que en la habitualidad no es tratada o demoran mucho su atención. También nos pasó que no querían quedarse encuarentenados. Eso ha hecho difícil contenerlos. Hoy hay un porcentaje en aislamiento, pero alrededor de 40 personas siguen en calle. Por ello, lo que decidió el Hogar de Cristo es mantener abiertas las hospederías de noche. Otro tema complejo con ellos es el uso y el buen uso de elementos de protección personal (…). El trabajo con calle ha sido de mucho convencimiento para que hagan cuarentena y también instalar la idea de la importancia del autocuidado.

- ¿Cuántas personas viven esta realidad en la Región? Y ¿qué pasa con las cifras en 2020?

- En la Región hay 230 personas en situación de calle, de estas personas un gran grupo es atendido a través de las hospederías que poseemos en Collipulli y Temuco, y el resto toma distintos rumbos. Esta es una realidad que se ha ido identificando este año. Desde marzo han llegado muchas personas en tránsito de situación de calle, sobre todo, por el cierre de algunos albergues en cuarentena, ellos se han visto obligados a movilizarse a distintas ciudades. Este es un tema aún. Hay una política a través del Ministerio de Desarrollo Social, pero no da abasto, en el sentido que no está vinculada con otros sectores y servicios. Y para hacer realmente efectiva la intervención se requiere un trabajo integral, con Salud, Trabajo, Vivienda. Ahí hay un abismo importante.

- ¿Cómo trabaja el Hogar de Cristo en este tiempo de emergencia? ¿Ha habido muchas transformaciones?

- Sí. Hemos llegado a plantear que después de esta pandemia el Hogar de Cristo va a ser distinto, pensando en capacidad, en cuanto al volumen de personas que podemos cobijar en los programas. En cuarentena hemos visto cómo hoy las personas requieren un espacio diario diurno, no solo albergue de noche, porque hemos visto que ellos se empoderan, hacen actividades, los alejamos del consumo, se responsabilizan de su actuar y trabajan con otros. Entonces, el tema es cómo hacemos que las hospederías se transformen en un lugar que cobije diariamente a estas personas para que logren hacer proyectos individuales. También hemos visto que el trabajo remoto para distintas intervenciones empieza a ser efectivo, creemos que son herramientas que debemos ir tomando. El Hogar de Cristo se ha ido replanteando cómo vamos a volver (…). Pero tanto en adultos mayores, programas de tratamiento, programas con personas con discapacidad, el trabajo remoto y la distribución de espacios, son asuntos que se están reflexionando.

- ¿Han podido sortear económicamente bien esta pandemia? ¿Es suficiente el apoyo o se requiere más participación?

- Para que esto siga funcionando se requiere un financiamiento importante. Hoy en el Hogar de Cristo y muchas fundaciones más del 50% del ingreso depende del aporte individual de socios o aportes directos. Hace un mes hemos ido haciendo el llamado para la campaña de la segunda línea, que las personas que están en casas, que no han perdido la fuente laboral y han podido mantener su economía puedan aportar a la primera línea que está trabajando con las personas vulnerables o en riesgo. La información está en la página web del www.hogardecristo.cl.