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Fiscal confirma que muerte de madre e hija en Ercilla fue a causa de un suicidio

AUTOPSIAS. Peritajes del Servicio Médico Legal descartan participación de terceras personas en el trágico hecho.
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Peritajes practicados por el Servicio Médico Legal confirmaron que la causa de muerte de Iris Rosales Quiñilén (53), y su hija R.Q.R. (17), quienes fueron encontradas en el interior su una vivienda en la comunidad Juan Pinoleo de Ercilla, fue un suicidio por ahorcamiento.

La información fue dada a conocer por el fiscal Enrique Vásquez, quien investiga junto a la Brigada de Homicidios de la PDI el deceso de las víctimas. "La conclusión de las autopsias encomendadas al Servicio Médico Legal da cuenta que la causa de muerte de ambas mujeres es una asfixia por ahorcadura del tipo suicida", afirmó el persecutor, destacando que lo anterior es concordante con los antecedentes preliminares obtenidos en la concurrencia al sitio del suceso, que también descartaban la intervención de terceras personas.

Asimismo, el persecutor agrega que "el análisis del Servicio Médico Legal data la hora de muerte (de ambas víctimas) entre las 3 y las 9 de la mañana del (viernes) 7 de agosto y confirma la inexistencia de lesiones atribuibles a terceras personas, en el mismo sentido que lo había señalado ya la Policía de Investigaciones cuando concurre a realizar las primeras diligencias instruidas por la Fiscalía", dijo Enrique Vásquez.

últimas horas

El fiscal explicó que familiares de las mujeres que viven a no más de 30 metros, señalaron haberlas visto por última vez la noche del jueves. "Indican que les pareció extraño que la menor no quisiera cenar aquella noche con el grupo familiar, cuestión que realizaba permanentemente", dijo.

Al día siguiente, para poder ingresar al inmueble señalan haber fracturado una de las ventanas, toda vez que éste estaba cerrado desde el interior.

El fiscal Enrique Vásquez indicó finalmente que instruyó diligencias que apuntan a determinar la motivación de las mujeres, como el análisis de sus teléfonos celulares, y que familiares han aportado información en tal sentido que es necesario corroborar. "Sin embargo, no podemos entregar antecedente alguno para de esta manera resguardar la intimidad de las personas fallecidas", precisó.

El hecho registrado ayer en la comunidad de Pinoleo, en las cercanías de Pailahueque, Ercilla, causó gran conmoción en la Región.

"La conclusión de las autopsias encomendadas al Servicio Médico Legal da cuenta que la causa de muerte de ambas mujeres es una asfixia por ahorcadura del tipo suicida".

Enrique Vásquez,, fiscal

La historia de Alejandra Vera y su reinvención del telar tradicional

Luego de 18 años trabajando en altamar como investigadora pesquera y tras el terremoto del año 2010, esta coronelina supo reinventarse y dar, de paso, nuevos bríos al arte de la textilería tradicional en la zona de Cañete y Tirúa.
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Alejandra Vera Concha nació y creció en el Asentamiento Escuadrón, localidad de la comuna de Coronel. Ya egresada de la enseñanza media, ingresó al Instituto de la Universidad Católica en Talcahuano, donde estudió la carrera de Investigador Pesquero, profesión que la llevó a desempeñarse en altamar durante 18 años.

Su trabajo como investigadora pesquera, entrega pistas respecto al temple y la personalidad de Alejandra; una mujer observadora e inquieta. El terremoto de 2010 terminó con su labor de investigación y la bajó a tierra; responsable de su familia y acostumbrada a generar sus propios ingresos, buscó qué hacer.

Fue así como se vinieron a su mente los recuerdos de las entretenidas vacaciones en la casa de sus abuelos paternos, en Contulmo. En esta ciudad -recuerda- siempre había exposiciones en verano, y fue el trabajo hecho a telar, los colores que ella admiraba y la necesidad de darle vuelta a la cesantía, el punto de partida para su nuevo emprendimiento.

Así y en noviembre de 2011, Alejandra Vera aprovechó el aviso de una amiga sobre un curso de un mes que CMPC impartiría sobre telar, oportunidad que aprovechó para aprender esta labor que la había cautivado en su niñez.

Dicha capacitación, más su visión y habilidad para trabajar con el telar, le permitieron a los pocos meses salir a vender sus primeros trabajos. "Yo quedé cesante cuando mi hija Silvana estaba cursando la enseñanza media, y le pagué la universidad solo con esto; entonces, siento más orgullo de lo que yo hago, porque de repente uno puede pensar que al artesano no le da porque vende de vez en cuando, pero hay que ser ordenado con las finanzas", asevera Alejandra.

Marcando la diferencia

Buscando su propio horizonte, Alejandra Vera buscó la manera de diferenciar sus trabajos a telar. Para ello, las capacitaciones permanentes le permitieron dar un sello a sus artículos.

"Siempre tuve la idea de diferenciarme en lo que era la textilería de Cañete, de Tirúa, porque es una textilería tradicional. Yo lo que hago está fuera de lo tradicional, tiene un toque de modernidad, eso es, la tradición llevada a otro plano. Siempre tuve claro que yo no podía competir con las antiguas expositoras de este arte, entonces fue un tema el qué hacer para poder desarrollar lo que yo quería. Con ese fin estudié, me capacité, fui a Santiago, compré libros y manuales traídos de Argentina; hoy tengo una biblioteca rica en conocimiento escrito y en realidad a mí me encanta lo que hago. Yo tengo raíces campesinas, mis papás viven en el mismo sector, en el Asentamiento Escuadrón y comparto entre el campo, la agricultura y el tejido, en eso se me va el tiempo", reseñada emocionada la emprendedora.

Asimismo y destacando el gran apoyo de su compañero de batallas, Alejandra puntualiza que "tengo una hija a quien amo y a mi pareja Alex Carrillo, a quien adoro. Ellos siempre creyeron en lo que yo hacía. Mi pareja es primer piloto de una embarcación pesquera; él siempre me ha apoyado. Cuando me llegó el telar, me ayudó a armarlo o cuando tenemos que ir a buscar algún material, él me traslada; entonces, sin duda ha sido un gran apoyo para mí".