Correo
Prédica y pandemia
Frente a los acontecimientos del lunes en la Plaza de Armas de Santiago, como Comisión Nacional Evangélica por la Familia y la Vida declaramos que Chile necesita a Cristo y la Palabra de Dios, a pesar de evitar el uso de templos, o el uso de los medios de comunicación virtuales, para difundir la Palabra, se seguirá predicando al aire libre, mientras esté permitido transitar.
En ningún caso se justifica la agresión y falta de respeto al uso de libertades fundamentales de los cristianos, sufridos por el pastor Marcos Morales y hermanos de su congregación, por parte de militares y carabineros.
La falta de claridad del criterio aplicado a resguardo sanitario, que impide que un grupo reducido de cristianos a dos metros de distancia cada uno, pueda predicar, mientras que los últimos días, vimos cuadras céntricas de diferentes comunas, con aglomeraciones sin medidas de distanciamiento, a nadie han detenido, ni agredido por ello.
Los cristianos hemos sido masivamente obedientes a las medidas y siempre respetuosos hacia carabineros y FF.AA. reconociendo su gran labor. Si se entrega información para resguardar la salud pública se seguirán las instrucciones, pero en la situación mencionada, no se ve en ningún momento corrección a alguna falta a las restricciones sanitarias.
Solicitamos al Gobierno poner orden en este asunto y resguardar la libertad de conciencia, manifestación de todas las creencias, establecidas en la Constitución Política de la República y detalladas en la Ley 19.638.
Oramos por nuestro país, porque "dura cosa es darte coses contra el aguijón". Esperamos que Dios tenga misericordia y bendiga nuestra nación.
Freddy Cid Olivares, encargado regional Comisión Nacional Evangélica por la Familia y la Vida
Ruta en mal estado
Para quienes debemos transitar en vehículo periódicamente por la ruta que une a Padre Las Casas con Cunco, el pésimo estado del pavimento se ha convertido en un dolor de cabeza para quien conduce y en un gastadero de plata por el estado en que quedan los automóviles, especialmente los vehículos de menor tamaño.
En varios puntos de esta carretera se pueden ver hoyos de gran tamaño, algunos bastante profundos, que apenas llueve con algo de intensidad, quedan completamente tapados y es fácil meter una rueda allí. De verdad, es necesario que las autoridades escuchen las quejas de la gente, transitar por este lugar de La Araucanía es un suplicio.
Camila Hernández
La primavera
En medio de tanto descalabro que ha dejado el coronavirus, con comercio cerrado, con fuentes de trabajo cerradas, con niños sin clases en las escuelas, con tanta restricción que hemos tenido que soportar, al menos parciera que por estos días la naturaleza nos quiere dar un respiro, y al menos la próxima llegada de la primavera promete dejar atrás el frío y los aguaceros del invierno.
Junto con la llegada de los primeros botones floridos, es posible ver -para quienes debemos pese a la pandemia estar fuera de casa- como desde el municipio comienzan a embellecer la ciudad, plantando hermosas flores en distintos puntos de Temuco, como por ejemplo en las jardineras centrales de las avenidas.
Una imagen que de alguna manera nos alegra, pues nos recuerda que no todo se ha detenido por el virus, pues el ciclo natural prosigue, y así como el otoño dio paso al invierno, el invierno en menos de un mes dará paso a una estación más benigna.
Fernando Oliva
Se abre el cerro Ñielol
¡Qué buena noticia la de la apertura de los parques nacionales! Para quienes amamos la aventura y poder respirar aires limpios y puros, el estar casi medio año encerrado en las ciudades y dentro de las casas, también era un elemento que a mi juicio contribuía a estar en estado de malestar.
Si bien, esta apertura de los parques va a ser gradual, para quienes vivimos en Temuco el anuncio de que también abrirá otra vez sus puertas el cerro Ñielol -que no es parque nacional, sino Monumento Natural- es muy positivo.
Pocas ciudades tienen nuestra fortuna de contar con un pulmón verde en medio de la urbe, y por ello es que es tan importante recorrer sus senderos, o ascender hasta lo alto para ver desde allí la ciudad, intranquila y llena de ruidos más abajo.
Solo el regresar al cerro, a caminar bajo sus árboles, será un bálsamo para quienes vivimos en Temuco.
Adriana Jara