Correo
Ideas y pensamientos
En un texto reciente (2017) escrito por el psiquiatra Adolf Tobeña, profesor de la Universidad de Barcelona, España, sostiene que el cerebro es "el órgano donde se generan nuestras ideas y pensamientos". Es el correlato responsable de lo que hacemos en la vida y de lo que podemos llegar a ser. J. Grau (1928-2014), periodista y parapsicólogo español nos recuerda que se divide en dos mitades o "hemisferios".
Uno derecho: como un niño, es emocional, espacial, intuitivo, no tiene leyes ni reglas; capaz de moverse por el espacio como un vehículo en el desierto; es lúdico e imaginativo; es mágico, metafísico, centro del "espíritu universal", lugar de las "humanidades y ciencias sociales".
El izquierdo, nos define como especie; reacciona como "chicharra frente al lenguaje". Es razonador, calculador, y argumentativo. Diseña ciudades, puentes y nos dice cuando hay (des)orden. Dicta la ciencia tridimensional (largo, ancho, alto). Es analítico, verbal, planificador, y verificador.
Hoy quedamos perplejos con internet, Facebook, Apps, celulares, fake news, y "ruidos de conflictos".
Las computadoras - productos del hemisferio izquierdo - ya han ensayado las batallas posibles, con ganancias y pérdidas, saqueos, hordas superiores a un millón de estos cerebros unidos, afirma.
Ciertamente que se trata miles de "cerebros enfermos" que dañan con discernimientos y automatismos dedicados al "engaño", "conductas parasitarias del poder", "espíritus pandémicos", el "mal nuestro de cada día", asiente también.
Propone Tobeña higienizar la "conciencia moral" en los "usos comunes del lenguaje". El resultado será la forma cómo la educación y la cultura organizan nuestro cerebro.
Ahí está el mundo como lo vemos hoy: armonía/conflicto; razón/ fe; Caín/Abel. ambición/codicia. Este libro es una brizna de esperanza. Se calcula que entre un 3% y 4%, acaso no más, lo constituyen "psicópatas de cuello blanco" en la economía, la política, comunicaciones, educación, posiblemente la misma ciencia.
Siempre listos, con mucho "ingenio" que, no hacen daño físico, pero son manipuladores (operadores/activistas). Sin escrúpulos para sobornar, camuflar y mentir.
Omer Silva Villena
Lo que la pandemia nos recordó sobre la inclusión
Este año ha estado lleno de cambios, desafíos y oportunidades. Como profesionales que apoyamos a los alumnos con necesidades educativas especiales tuvimos que reinventarnos y, al mismo tiempo, volver a lo esencial y a preguntamos ¿Cómo estamos haciendo nuestras terapias? ¿Cómo ayudamos a nuestros niños y niñas a ser realmente incluidos, aceptados y valorados por su entorno?
La teleterapia recordó la importancia de lo que sabemos como profesionales desde nuestra formación académica, pero que muchas veces no le damos el peso suficiente: El rol de la familia como coterapeuta y de cómo nuestro apoyo a los niños y niñas, solo va a poder tener un real impacto cuando, además de intervenirlos a ellos, debemos volver a los padres y familiares en nuestros mejores coterapeutas.
La terapia fonoaudiológica, muchas veces es extensa. En algunas condiciones comunicativas el ideal es más de una sesión a la semana, generando un gasto mensual importante para las familias, las cuales además deben asistir a otros profesionales. Por lo tanto, importante es no solo incluir a las familias a las terapias como espectadores o realizadores de "tareas", sino que realmente volverlos coterapeutas y trabajar con ellos, tanto como trabajamos con los niños y niñas que atendemos. De esa forma, podremos lograr un real impacto en la terapia ya que estaremos enriqueciendo directamente en el contexto real, en el cual está inmerso un niño, su familia.
Probablemente al lograr que nuestros padres sean los mejores coterapeutas, podremos lograr que el niño tenga un real proceso de inclusión partiendo por su familia empoderada, lo cual posteriormente nos ayudará a impactar en sus otros contextos: colegio, amigos y entorno.
Dayna Damiani Arias, U. Andrés Bello
Espacios de democracia
Llama la atención la inconsistencia que supone demandar más espacios de democracia directa en el proceso constituyente y al mismo tiempo pretender manipular la decisión popular del Plebiscito Nacional a través de reformar a una ley ya plebiscitada junto con alterar los resultados o el peso de las elecciones de convencionales a través de mecanismos como la paridad o los escaños reservados para pueblos indígenas.
¿Quieren escuchar de verdad a la ciudadanía o solo les basta con una apariencia de ella para confirmar sus ideas?
Juan L. Lagos