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Pensamiento de un mapuche urbano
Cambiar el discurso de las aspiraciones de muchos mapuches es un tema complejo y lleno de aristas. Por un lado hay un sector minoritario en número pero grande mediáticamente que tiene como bandera la recuperación de tierras, pago deuda histórica y otros. Y hay otro sector que solo quiere trabajar, marcar huellas, generar desarrollo y mejor calidad de vida a sus familias.
Es por eso que las aspiraciones de ambos sectores son una paralela, por cuanto los menos quieren representación parlamentaria, reconocimiento constitucional y subsidio más subsidios.
Los más que trabajan el día a día no les interesa la OIT y menos tener un reconocimiento por ley como personas mapuches, porque son mapuches.
Este grupo está exento de dirigentes vecinales o líderes políticos. Su mayor aliado es el Servicio de Impuestos Internos, el cual no pregunta por raza, clase o sexo, solo le interesa que le agreguen valor al país.
Por todo ello, la pregunta que me hago, es: ¿Si queremos ser los afroamericanos mapuches con representación parlamentaria incluyendo un presidente y seguir siendo pobres y esclavos o conquistar una autonomía económica donde podamos aportar al país, a nuestros lof, mantener nuestra identidad y cultura? La verdad prefiero la segunda alternativa...esa es una meta ambiciosa y lejana para los seudo líderes que piensan que para construir hay que destruir.
Por primera vez en este siglo queremos cambiar la imagen y visión de muchos mapuches, que siendo un aporte a la sociedad son menoscabados por grupos que usan la fuerza para conquistar intereses comunitarios casi particulares y nos complican a quienes trabajando en forma limpia, privada, ganando espacios profesionales en la sociedad en general nos marcan.
Son cientos, miles las personas mapuches que desde sus puestos de técnicos, profesionales, emprendedores, empresarios, comerciantes, artistas o empleados buscan un futuro mejor para ellos y sus hijos, sin perder la identidad y son a ellos a quienes invito a sumarse a una nueva mentalidad mapuche y mostrar nuestros logros, nuestros aportes, nuestras huellas para que sean estas las que superen las malas noticias e imagen creadas por algunos pequeños sectores.
Quizás el cambio que debemos pedir en la nueva Constitución para el mundo mapuche o indígena en general es tener las herramientas para generar valor agregado, impuestos, empleo, empresas, desarrollo en nuestra Región y así poder demostrar que la vigencia cultural de nuestra raza es más que una pintura, cerámica o chal.
Víctor Melinao, empresario mapuche
Proceso constituyente
Al terminar el proceso constituyente que ahora empezamos sabremos si la Constitución de 1980 "neutralizaba la política" o solo establecía límites a los políticos. Espero que todos los cambios que vengan sean para mejor.
Juan L. Lagos
¿Se justifican primarias?
Luego de una bajísima participación ciudadana es evidente que las elecciones primarias legales, una vez más, han sido un fracaso. Siendo así, ¿se justifica el costo que le significan al Estado? Se trata de elecciones políticas, hechas por políticos y para elegir a sus propios representantes. Un asunto que se hace evidente que, al menos para elecciones regionales y comunales, se hace mucho más lógico buscar un camino diferente para designar candidatos y evitar mover a todo el aparato del Servel para una elección con tan poca representatividad. Demás está decir que nuevamente quedan al debe los partidos políticos en lo que a participación ciudadana se refiere, y a la promoción de una equidad de género entre sus candidatos.
Felipe Vergara, Universidad Andrés Bello
Hugo Gutiérrez
El honorable diputado Hugo Gutiérrez se destaca por eso, su In-honorabilidad permitiéndose agredir, mofarse, insultar, amenazar, etc., a quien se le venga en ganas, incluso al Presidente y luego de haber sido acusado como ocurrió recientemente es declarado inocente por un tribunal. ¿Entonces cuál es la credibilidad que podemos tener en nuestros tribunales, o como entender cuál es el país que se quiere construir, con este tipo de ejemplos? Ahora, si un ciudadano cualquiera se encuentra con un ministro o el mismísimo presidente y le insulta ¿deberá entender que está en su derecho y que finalmente no ocurrirá nada? Obviamente, no podríamos entender que así haremos una mejor sociedad o sencillamente muchos están en el país equivocado, pues en éste han cambiado muchas cosas pero ¿será para bien o para mal? Ya tengo cierta edad, he visto suficiente y por viejo, no por diablo mi opinión es clara.
José Manuel Caerols Silva