Joven temuquense es la primera chilena vacunada contra el covid-19 en EE.UU.
HISTORIA. La bioquímica Magdalena Esparza (35) vive en Houston y recibió la vacuna Pfizer. Dice estar "feliz" y lamenta que "la incredulidad de la gente ayude al virus".
"Estoy feliz. Conozco la tecnología y he visto la ciencia que hay detrás de esta vacuna". Así de emocionada dice estar Magdalena Esparza (35), la joven oriunda de Temuco que se transformó en la primera chilena en vacunarse contra el coronavirus en Estados Unidos.
Al ser bioquímica de profesión y estar trabajando en el área de la salud en Houston, Texas, fue considerada dentro de la primera etapa de aplicación de la vacuna Pfizer.
"La inmunidad y el nivel de protección que da la vacuna es un tema del que hay que seguir hablando y estudiando, pero mi llamado es a que la gente confíe y se vacune", dice Magdalena en conversación con El Austral.
De Temuco al mundo
Magdalena Esparza Cerda tiene 35 años y, aunque nació en Santiago, se considera una temuquense de corazón: llegó a Temuco cuando tenía cinco años y sus recuerdos los tiene en los alrededores de la Avenida Andes. Estudió en la Escuela Municipal Llaima y luego cursó la enseñanza media en el Liceo Camilo Henríquez.
Dejó la ciudad para irse a estudiar Bioquímica a la Universidad Austral de Chile, en Valdivia, y luego de trabajar allí, retornó a Temuco para trabajar en la Universidad de La Frontera. Tenía 28 años cuando se abrió una oportunidad laboral en Estados Unidos, postuló y la tomó. Allá lleva viviendo siete años.
"Acá trabajo en el Texas Children Hospital, un hospital de niños, y también me desempeño en el Baylor College Medicine, que es una escuela de medicina y un centro para la investigación biomédica y clínica. Vivo con mi esposo, que es chileno, y estoy trabajando con especial dedicación en el desarrollo de un kit de detección del covid en la saliva de niños, un método mucho más amigable que el hisopado", dice.
Una de las cosas que más preocupa a la profesional es que exista incredulidad de la ciudadanía en torno a la existencia del virus, sus graves consecuencias y, peor aún, dudas ante una esperanza de control: la vacuna.
"Acá también hay mucha gente que pone en duda que el virus exista y eso hace muy difícil aplicar medidas de control para la pandemia. No quieren usar mascarillas, no creen y ahora hay mucha incredulidad. Yo entiendo y me alegro que la gente quiera saber más, pero de ahí a especular que le van a poner un chip u otras cosas... mi llamado es a educarse, leer e instruirse, pero en fuentes confiables, con científicos de verdad y revistas, no en cualquier red social o video", plantea.
311 mil personas han fallecido por coronavirus en Estados Unidos.