Correo
Reactivación sostenible: un deseo de Navidad
Hemos enfrentado la crisis sanitaria más grande de los últimos 100 años. La magnitud de la respuesta económica de los países para enfrentar la emergencia sanitaria y la reactivación de la economía poscrisis no tendrá precedentes, teniendo que desarrollar políticas de estímulo e incentivos a la inversión pública y privada con el fin de impulsar la reactivación.
El modo en que se definan, diseñen e implementen las medidas de reactivación, determinará el futuro desarrollo de nuestra economía y sociedad, por ello no podemos darnos el lujo de fallar. ¿Nuestra ventaja? un país con los recursos y capacidades para mutar hacia una economía baja en emisiones de carbono, regenerativa y circular que avance hacia un sistema económico con mayores niveles de inclusión y sostenibilidad.
Para transitar a una reactivación sostenible debemos prestar atención a muchos puntos, algunos son: apostar a la generación de energías renovables no convencionales y limpias, potenciando la investigación de nuevas tecnologías para su desarrollo; implementar la minería verde; desarrollar la producción de hidrógeno verde; potenciar el turismo sustentable; dar impulso definitivo a la electromovilidad (fabricación de vehículos e incentivo al uso de vehículos eléctricos), etcétera.
Esta es la oportunidad de alcanzar una recuperación económica bajo un enfoque de desarrollo sostenible, desde una perspectiva resiliente, ética, inclusiva, que resulte de la articulación de las agendas políticas, empresariales, económicas, sociales y ambientales; que permita la generación de políticas, programas y acciones que posibiliten una recuperación económica sostenible y coloquen a nuestro país a la vanguardia de la economía global. Espero que no sea solo un buen deseo de Navidad.
Mauricio Castro
Campaña comunicacional covid ahora
Si a la ciudadanía se le ofreciera pasar a la fase cuatro con el compromiso que se cuide como debe ser durante solo 11 días, ¿estaría dispuesta a hacerlo? Seguro que sí, porque la población está cansada de confinamientos interminables. En cambio saber que al final de un esfuerzo de poco tiempo no habrá encierros puede cambiar totalmente su disposición.
El tema es como lograr esta conducta ejemplar de todas o casi todas las personas. Primero que nada, convenciendo a la ciudadanía que no es una ilusión, sino algo real. Porque 11 días dura la cuarentena y porque cumpliendo con todas las indicaciones en todo momento, dentro y fuera de la casa, simplemente nadie se contagia, aunque esté en un ambiente contaminado entre personas con covid.
Lo segundo es informar eficazmente cuáles son las indicaciones para no contagiarse. Hay mucho desconocimiento en la población al respecto. No se sabe por qué no se debe usar mascarillas con válvulas, a cuanto puede llegar la contaminación aérea. Cuántas veces nos llevamos las manos a los ojos, nariz o boca sin darnos cuenta, la importancia que tienen diferentes formas de ventilación, que hacer en la casa, mascarilla versus escudo facial, etc.
Lo tercero y fundamental es disponer de un buen comunicador con carisma. Un animador que llegue a la gente, que ya cuente con cierta empatía con el público. Que tenga capacidad de persuasión para que entusiasme con este desafío social y lidere esta especie de Teletón de la generosidad y del autocuidado.
Finalmente debe confeccionarse un programa que contemple una etapa previa a los 11 días informando sobre este experimento, publicitándolo y anunciando su fecha de inicio, creando expectativas y conquistando voluntades. Ojalá el gobierno pudiera distribuir elementos de seguridad sanitaria.
Lo fundamental es prometerle a la población que si al día 11 los nuevos contagios bajan de cierta cantidad determinada por región, se pasa automáticamente a etapa 4. Sin esta promesa no se llega a ninguna parte.
Se nos presenta una gran oportunidad para destacar con algo positivo. Unirnos frente a una causa común muy importante para todos y quizás podamos salvar gran parte del verano si se implementa con rapidez.
Podemos dar una lección al mundo demostrando que sí se puede.
Miguel Paúl Latorre
Recordar lo que es importante
Estamos ad-portas de terminar el 2020 con varias zonas del país aisladas en "Transición", un año marcado por el distanciamiento social y las medidas sanitarias, por la pérdida de seres queridos, reencuentros y abrazos.
Si bien las celebraciones de Navidad y Año Nuevo suelen traer consigo alegría y un cierto atisbo de esperanza por lo que pueda venir, vemos con preocupación cómo las aglomeraciones denunciadas en los últimos días amenazan un inicio de año 2021 con una segunda ola covid-19.
Como funerarios, personas que conviven con la realidad más dura de la pandemia y que buscan dar homenaje a cada ser querido en su último adiós, hacemos un llamado a regresar al autocuidado, recordar a aquellos que se fueron, y saber que lo más importante en estas fiestas no es lo que pongamos en nuestro árbol o sobre la mesa, sino que entender desde lo más profundo que cuidarnos a nosotros es cuidar a los demás.
Juan Andrés Fuentealba, gerente general de Funeraria Hogar de Cristo