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PDT: el estrés de una prueba atípica
Durante el año 2020 todos nos vimos obligados a cambiar nuestra forma de vida, agregando estrés a nuestra vida diaria y hoy a una etapa de la vida que por sí misma eleva los niveles de ansiedad de quienes la viven, como es rendir la Prueba de Transición, PDT.
Egresar de la educación media marca un antes y un después en nuestras vidas, marca el inicio de la vida adulta y un aumento de la independencia, sin embargo, con las modificaciones de la vida cotidiana que trajo la crisis sanitaria estos procesos se han visto desdibujados enfrentando a quienes se graduaron, con o sin celebración, a posponer estos procesos que se vivían con mayor naturalidad hasta el año pasado.
Por otra parte, enfrentar la PDT en este contexto agrega estrés a una situación que por sí misma es compleja. Este año los jóvenes que rinden el examen se enfrentan a una prueba de transición por lo que se despierta cuestionamientos respecto a cómo estará planteada, cuál será su nivel de dificultad, etcétera.
Además, quienes egresaban de cuarto medio en el pasado podían prepararse para la evaluación por medio de preuniversitarios presenciales donde eran guiados en el proceso de estudio, sin embargo, debido a los confinamientos, quienes rinden la esta prueba este año se vieron obligados a estudiar de forma autónoma, lo que podría generar un aumento en la sensación de desconfianza en las propias capacidades de desempeño frente al proceso.
La ansiedad y el temor podrían expresarse como irritabilidad, preocupación constante respecto a la evaluación en cuestión, alteraciones del sueño, alteraciones del apetito, cansancio, problemas estomacales, entre otros.
Es fundamental que quienes rodean a estos jóvenes este año, intenten empatizar con las emociones que estos están sintiendo, evitando hablar constantemente del tema, preguntar cómo le fue, hablando de los planes que se cumplirán cuando pase esta "prueba". Además, es recomendable mantener un hábito de sueño saludable durante los días en que se rinda el examen.
Es útil no imponer el tema a los jóvenes, pero también es importante escuchar cuando tengan intención de hablar del tema, al enfrentar estas situaciones en que los jóvenes y, a veces, sus familias, tienen la sensación de que si no obtienen el puntaje esperado ocurrirá algo muy negativo, es importante recordar que cada año hay ingreso a la universidad y que si no es posible ingresar a la carrera soñada este año puede prepararse adecuadamente para poder rendir nuevamente la prueba de ingreso en el futuro.
María José Millán, directora Clínica Psicológica Universidad Andrés Bello sede Concepción
Un mal chiste
Sin duda que la madre naturaleza da para todo. Para los habitantes de esta bella Araucanía, el día del eclipse total de sol sin duda fue un mal chiste, ya que pasamos de ser el lugar priviliegiado para ver este fenómeno celeste a ser casi el único punto del sur de Chile donde no se vio nada por la lluvia.
El pasado martes, nuevamente la naturaleza nos sorprendió. Estaba junto a mi familia de visita en Cunco, cuando de pronto se cerró el cielo, se cargó de nubes negras, comenzó a llover, luego a granizar y terminó con potentes truenos y rayos que iluminaron la oscura tarde. Todo esto mientras en Temuco el termómetro pasaba por sobre los 25 grados y el sol quemaba la piel.
Es la belleza de lo inesperado.
Génesis Romo
La ficción de las encuestas
Los números, tendencias y proyecciones de las encuestas firman certificados de nacimiento y defunción de proyectos políticos. Un 7% o un 33%, puede equivaler al desahucio de un periodo presidencial.
La percepción de poco más de mil personas entrevistadas tiene el poder de revocar gobiernos, porque las cifras se presentan como verdades o post-verdades y se apropian de la apariencia de la realidad social, de lo que pensamos.
Ofrecer datos con certificación de realidad, para que candidaturas soñadas se transformen en ficticias y, sondeos mediante, en realidad social; no importa que sean 300 o 400 personas de una base de datos desconocida ¡Esa es la magia particular del material narrativo que proveen estos estudios!
Una pregunta es una manera de fijar la mirada, un sesgo razonable, una forma honesta de observar. Pero, no existen preguntas objetivas si preguntar es elegir algunos aspectos por sobre otros.
Preguntar es destacar y, por eso, las respuestas siempre estarán ancladas a las preguntas, aunque a veces las respuestas se rebelen. Quizás sea mejor preguntarse más por las preguntas que se hacen y menos por las respuestas que se dan; más por la ficción que están construyendo los sondeos que por los números que arrojan.
Fernando Cruz, escritor de Caña Moral y Alabama, sociólogo