Responsabilidad en la pandemia
Las fiestas clandestinas son un claro ejemplo de la irresponsabilidad observada en los últimos días.
A más de diez meses de la llegada de los primeros casos del covid-19 al país, el cansancio y frustración de los equipos de salud en hospitales y clínicas es cada vez más evidente.
Así lo han hecho saber dirigentes del Colegio Médico, como también de los gremios de profesionales y técnicos que se desempeñan tanto a nivel de salud primaria como en los recintos asistenciales de la red pública y privada.
Esto se ve reflejado especialmente en los funcionarios que se desempeñan en las unidades de cuidados intensivos y de tratamientos intermedios, que han visto fuertemente recargadas sus labores a propósito de los nefastos efectos en la salud del coronavirus.
Convivir a diario con la peor cara de esta enfermedad en las salas de urgencia y, por añadidura, el temor permanente a contagiarse tanto ellos como su entorno familiar, ha ido provocando una mella en su salud y tranquilidad que debe ser considerada en toda su magnitud por la ciudadanía.
El mensaje debe ser especialmente claro para quienes en particular -por increíble que parezca a estas alturas- hacen caso omiso a las reiteradas prevenciones de las autoridades y los expertos para evitar aquellas conductas de riesgo que casi con toda certeza les significarán, tarde o temprano, convertirse en un paciente o un caso asintomático. Ejemplos hay varios en los últimos días en nuestra Región. Fiestas clandestinas, bautizos, visitas a camping y hasta carreras a la chilena organizadas absolutamente al margen de la ley son solo algunos de los últimos casos de irresponsabilidad observados en los últimos días.
A ellos se ha sumado otro grupo que duda de la eficacia de las vacunas y advierten con extremada liviandad sobre posibles riesgos de la inoculación, lo que ayuda a generar un manto de duda sobre un proceso que debería ser absolutamente respaldado, especialmente cuando a su favor está la evidencia científica trabajada por expertos nacionales y extranjeros que en los últimos meses han extremado esfuerzos y recursos para contar con celeridad con la ansiada inmunización frente al covid-19.